Patrimonio

Las murallas de Cádiz están en los huesos

  • Junto al Baluarte de los Mártires hay dos tramos en los que el pretil ha desaparecido medio metro al descarnarse la zona sobre la que se asentaba

Lugar en el que se ha llegado a perder medio metro del pretil junto al Baluarte de los Mártires.

Lugar en el que se ha llegado a perder medio metro del pretil junto al Baluarte de los Mártires. / Lourdes de Vicente

Decenas de turistas buscan la foto perfecta de cara al mar en todo el perímetro del casco histórico en una de las mejores imágenes que tiene esta ciudad. Sin embargo, a veces el entorno no ayuda por el estado lamentable de algunos tramos de la muralla.

En general, a simple vista la labor de maquillaje funciona porque generalmente el pretil está en buenas condiciones salvo en dos sitios muy concretos que ha sufrido un derrumbe y que indica claramente lo que hay detrás de lo que se ve realmente.

En la plaza donde se encuentra el busto de Paco Alba, justo pegado al baluarte de los Mártires, el pretil de 70 centímetros de anchura se ha quedado en apenas 20 porque todo lo que está debajo y tiene que servir de sostén, se ha quedado hueco. Aquí no hay vallas que protejan el lugar para evitar caídas en un sitio ideal para hacerse fotos de cara a la Caleta y al Castillo de San Sebastián. Sí las hay, en cambio, al otro lado del Baluarte de los Mártires, donde se da una situación similar al haberse caído parte del pretil, mientras que el resto queda como una visera suspendida en el aire.

Si se hace un recorrido empezando desde San Roque en dirección a hacia el Campo del Sur, este baluarte tiene el contraste de que la parte de abajo está rehabilitada, mientras que en la de arriba se puede ver claramente el paso del tiempo. Al final se trata de cuestión de competencias, ya que lo de abajo lo tenía que ejecutar Costas y, según esta en tiempos del PP, la superior decía que la tenía que hacer el Ayuntamiento. Hace unos días hubo que hacer una actuación en San Roque, ya que se produjo un pequeño desprendimiento, pero sobre el que ya se ha actuado.

Una de las zonas donde se puede apreciar el desastre es en el Paseo del Vendaval, que se encuentra cerrado al público desde hace dos años debido al riesgo de derrumbe. De hecho, en el talud se puede observar una grieta de varios metros.

Ya en un recoveco que hay enfrente de la iglesia de Santa Cruz, ya se empieza a poder ver que debajo del pretil se ha ido perdiendo todo el relleno que se había utilizado muchos años atrás para tratar de contener el deterioro.

La parte que se ve desde el Paseo está en mejores condiciones en la mayoría de los sitios, pero con nada que alguien se asome hacia abajo, se pueden ver las vergüenzas de las murallas, y no sólo es deterioro, sino una cantidad importante de basura, entre ellas los restos de los desperdicios que se deja para alimentar a los gatos.

Costas dijo hace apenas dos meses que “riesgo conocido de hundimiento no hay, pero se han colapsado zonas que no se preveían”, como ha ocurrido en el castillo de Santa Catalina.

Con los dos bocados ya citados anteriormente que ha recibido el pretil de la muralla y que la ha dejado en unos metros en la mínima expresión, uno de los lugares más delicados está en el castillo de Santa Catalina y en todo lo que rodea al foso. En una de las partes, incluso, se ha tenido que poner una valla para que las personas que anden por allí no corran el riesgo de sufrir una caída de varios metros.

Ya en dirección al Paseo de Santa Bárbara y el Parque Genovés la situación empieza a mejorar de manera considerable. De hecho, en la primera se puede ver una de las ultimas actuaciones que se produjo hace cinco años, cuando Costas arregló la muralla tras las obras en el aparcamiento de Santa Bárbara y, además, depositó unos bloques para servir de contención a la fuerza del agua y que en su día fueron muy polémicos por el impacto visual que representaban.

En la Alameda lo que hace falta, sobre todo, es mantenimiento, ya que de la parte alta sale abundante vegetación.

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