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Un marroquí en Cádiz: "El terremoto de Marruecos ha dejado a toda mi familia en la calle"

Mostapha Lahcen Igarnite Bihi, en el interior de su bazar de la calle Callejón Cardoso de Cádiz

Mostapha Lahcen Igarnite Bihi, en el interior de su bazar de la calle Callejón Cardoso de Cádiz / J. B. (Cádiz)

Mostapha Lahcen Igarnite Bihi es un hombre de origen marroquí que vive desde hace 25 años en Cádiz junto a su esposa y a sus tres hijos. Entre todos llevan para adelante el Bazar Ceuta, ubicado en la calle Callejones Cardosos, a muy pocos metros del Mercado Central. 

El pasado viernes por la noche su vida ha cambiado. Un terremoto de magnitud 7 sacudió el centro de Marruecos dejando tras de sí una cifra de muertos que se multiplica cada día y que, en las últimas horas, ascendía ya a más de 2.500 el número de fallecidos.

Bomberos y voluntarios colaboran en las labores de rescate de las víctimas del terremoto de Marruecos Bomberos y voluntarios colaboran en las labores de rescate de las víctimas del terremoto de Marruecos

Bomberos y voluntarios colaboran en las labores de rescate de las víctimas del terremoto de Marruecos / Agencia (Cádiz)

Mostaphan Lahcen vive aquí con su mujer e hijos, pero allí, en la vecina Marruecos tiene al resto de su familia. Buena parte de ellos residen en la localidad de Et Emlalen, un pueblo o poblado perteneciente a la ciudad de Imintanoute ubicada en un valle entre dos grandes ciudades turísticas, Agadir y Marrakech, al pie del gran Atlas.

"Allí viven sus padres, tíos, sobrinos... Toda mi familia". Pero la suerte de Mostapha, que es como es más conocido en los callejones y en todo el entorno de la Plaza, es que no ha habido ninguna víctima entre sus seres queridos. "Conozco a muchas personas que han fallecido o que han quedado mal heridos después del terremoto. Hablo con mi hermano muy a menudo y cada vez que hablo con él me habla de más muertos".

Mostapha Lahcen recibe a este periódico en su bazar de los callejones en el que los artículos de piel y enseres del hogar engalanan buena parte de su escaparate de la calle. A este marroquí que se trasladó a Cádiz siendo muy joven hace ya un cuarto de siglo se le cambia el rostro cuando habla de la cantidad de personas del entorno de su familia que han perdido la vida en este gigantesco terremoto o de los que aún ni siquiera han aparecido por lo ya se les da casi por fallecido. Sin embargo, una medio sonrisa vuelve a su rostro cuando recuerda que no hay ni muertos ni heridos entre sus familiares.

Mostapha Lahcen, en su bazar del centro de Cádiz Mostapha Lahcen, en su bazar del centro de Cádiz

Mostapha Lahcen, en su bazar del centro de Cádiz / J. B. (Cádiz)

Cuenta Mostapha que su hermano, que sí reside en Imintanoute, le llamó al móvil sobre las doce o doce y media en la madrugada del viernes al sábado, es decir hora y pico después del terremoto que azotó Marruecos. "Pero yo a esa hora estaba ya acostado y no vi su llamada". Fue ya por la mañana cuando, al ver las noticias muy temprano se percató de lo ocurrido en su tierra natal y, entonces, cuando entendió el motivo de la llamada de su hermano.

"Corrí a llamarlo pero me costó mucho contactar de nuevo con él porque allí no todo el mundo tiene móviles ni teléfono de ningún tipo y con el terremoto todo era aún más complicado". Pero Mostapha logró hablar con su hermano, que lo primero que hizo fue tranquilizarlo diciéndole que su madre y su padre, a pesar de su edad, se encontraban en perfecto estado al igual que el resto de su familia, con todos sus miembros en paro. "Pero se han quedado todos en la calle", lamentaba Mostapha Lahcen: "Dese cuenta de que allí las casas las construyó mi propia familia y todas están fabricadas con un material arenoso muy parecido a la arcilla, por lo que el terremoto hizo que en dos minutos todas las casas del pueblo quedaran destruidas".

De momento su familia vive en la calle "y de la solidaridad y ayuda que les llega a través de las organizaciones internacionales y de los propios vecinos que sí han logrado salvar parte de sus pertenencias".

Afirma que nunca pensó que iba a vivir una situación como ésta, ya que su territorio no ha estado nunca especialmente castigado por los terremotos ni por los desastres naturales. "Siempre nos hablaban en casa del terremoto de Agadir pero es fue hace ya muchos años (1960), pero nunca pensé que íbamos ver imágenes como las que estos días estamos viendo en la televisión con los testimonios de mi propia familia".

El terremoto ha reducido a polvo buena parte de las ciudades El terremoto ha reducido a polvo buena parte de las ciudades

El terremoto ha reducido a polvo buena parte de las ciudades / Agencias

Mostapha Lahcen Igarnite lo tiene claro. "No sé realmente qué hará más falta que me lleve para allá, pero este sábado que viene me voy a ver a mi familia a Marruecos y hasta que no los vea a todos no me quedaré realmente tranquilo. Vivir esto en la distancia es muy difícil".

El muro de facebook de Mostapha está plagado de fotos y vídeos con contenido desgarrador tanto de rescate de compatriotas vivos como de personas de localidades cercanas cuyos cuerpos han ido apareciendo bajo los escombros sumándose a esa cifra de fallecidos que cada día alcanza una magnitud mayor.

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