Manuel Liñán (Cádiz en Danza): "Me gustaría pensar que el odio viene de una minoría"

El bailaor granadino regresa con su ‘Viva!!’ este 7 de junio al Gran Teatro Falla para inaugurar el 23º Festival Cádiz en Danza

El festival Cádiz en Danza arranca este sábado 7 de junio de la mano de Manuel Liñán

El bailaor granadino Manuel Liñán. / Gema García /EFE

Cuando Manuel Liñán puso el punto y final a la edición de Cádiz en Danza 2019 con Viva!! en el Gran Teatro Falla, los aplausos resonaron en toda la plaza Fragela, rodaron por Ceballos hasta llegar al Mentidero y, de ahí, a la mar. Seis años, muchos éxitos y hasta algún desagradable episodio homófobo después, el bailaor y su vestido rojo vuelven este 7 de junio a Cádiz, a inaugurar una nueva edición del festival gaditano, para reivindicar una libertad de movimiento, pensamiento, creación e identidad que no hay Red que la encarcele.

Pregunta.–Regresa usted, y ‘Viva!!, al Festival Cádiz en Danza tras la edición de 2019. ¿Cómo la recuerda?, y, ¿no se le hace raro volver con el mismo montaje?

Respuesta.–Pues cuando estuvimos en 2019 fue una función muy, pero que muy, especial. De hecho, recuerdo que antes de salir, y durante el espectáculo, el público tatareaba hasta los temas. Había muchas ganas y lo vivimos de forma muy intensa, así que me hace muchísima ilusión volver. Y, bueno, con Viva!! es que no sólo hemos repetido en Cádiz, también en Jerez, también volvimos a Madrid, donde hemos estado tres veces... Pero, de verdad, que volver a Cádiz es muy especial porque tenéis un público maravilloso y por ese recuerdo de aquella acogida tan espectacular.

P.–‘Viva!!’ le ha traído muchas cosas buenas: premios, público, posición... Pero a nivel personal, ¿qué más le ha dado?

R.–Lo mejor, lo más bueno, que me ha dado es el propio trabajo de mis compañeros. Esa energía que se produce en el escenario, y que se produce siempre, en todas las funciones, es algo muy único. Y, por encima de todo, si Viva!! ha servido para para quitar miedos a los bailaores jóvenes que vienen queriendo bailar con una bata de cola, que quieren travestirse, si ha servido para naturalizar, para quitar miedos y para avanzar, que creo y me consta que es así, para mí ese es el mayor de los regalos.

P.–¿Se esperaba que varios años después, y por un vídeo viral de otra de sus actuaciones, haya sido usted víctima de no pocos ataques homófobos? ¿No le cogió de sorpresa?

R.–Es que, desgraciadamente, en redes sociales te puedes encontrar este tipo de comentarios. Me duele decirlo, pero sí, nos ha pasado más veces, esta última vez fue una más, pero el vídeo se hizo viral y entonces ya fue como una avalancha. Pero yo lo que hago es una pequeña reflexión de todo esto porque, es cierto, que cuando el vídeo se viraliza creo que sale fuera del círculo del teatro, de las artes escénicas, de los artistas, para llegar a otro tipo de público donde los comentarios no hacen referencia a un juicio artístico, sino a un juicio estético, de ver a un hombre con una falda. Y es ahí donde se producen estos comentarios llenos de odio. Lamentablemente, pues es así. Me gustaría pensar que es una minoría, porque me he sentido siempre muy querido y muy respetado por el público, por la crítica y por toda la gente que ha venido al teatro a vernos. Y con eso me quedo.

P.–Y por los compañeros, porque contra el odio, la profesión lo ha rodeado de amor

R.–Totalmente, y eso me ha emocionado mucho, muchísimo, sentir a mis compañeros cerca, a la gente del flamenco y a las instituciones públicas. Eso me ha conmovido enormemente.

P.–Ahora anda ‘Muerta de amor’. ¿Cuesta salirse de esa piel y meterse en la de ‘Viva!!’ aunque le tenga ganas?

R.–¡Es que estoy deseando, es que estoy loco por afeitarme la barba, por pintarme y por ponerme mi vestido rojo! A ver, es que, aunque son dos espectáculos diferentes y con diferentes estéticas, en todos está la misma piel. No me salgo de una para meterme en otra porque los dos pertenecen al mismo ser, son parte de mi identidad. Y al equipo le ocurre lo mismo, tiene muchas ganas.

P.–Bueno, ¿y cómo va ese arranque de ‘Muerta de amor’?

R.–Muy bien, muy bien. También hay mucha expectación. Ahora acabamos de venir de Londres, vamos a Bogotá, a Granada, hemos estado en Málaga... Y, bueno, con dos premios Talía y nominados a los Max, a los Godot... Ha sido un arranque fuerte. Y, sobre todo, estoy disfrutando mucho de mis compañeros. Muerta de amor es que tiene mucha similitud con Viva!! en el sentido de que puedo seguir disfrutando de estos intépretes de los que me rodeo tan maravillosos. Es un lujo subirse a un escenario con ellos.

P.–¿Soñaba algo parecido a esto cuando empezó su carrera profesional?

R.–Para nada. Todo esto que me está pasando es un regalo. Nunca me he puesto expectativas, nunca me he trazado límites, ni metas que alcanzar. Lo que he intentado siempre es crear y bailar, que es lo que me hace más feliz en el mundo. Poder sentirme bien con mi baile, que es mi herramienta y mi lenguaje.

P.–¿Eso es lo que vino a buscar en el flamenco?

R.–Yo empecé con el flamenco porque me rodeaba un poco en mi casa, en el colegio. Empecé con 5 años cuando me sentí atraído por una mujer que bailaba y, al principio, fue un juego hasta que descubrí los poderes que tiene el flamenco y la danza, que me dieron la herramienta para poder manifestarme en esta vida. Es mi medio de expresión. Sin el flamenco sería una persona nula, sin la danza no sería nadie. No podría hablar, no me podría comunicar, no podría emocionarme. Para mí, lo es todo.

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