Las logias gaditanas

José Antonio Ferrer Benimeli es posiblemente la mayor eminencia hispanoamericana en la historia de la masonería. Este participó ayer en la conferencia inaugural del II Seminario Permanente Internacional de Historia de las Masonerías que se ha iniciado en la sede del Ateneo en la capital gaditana y que reúne a unos 25 estudiosos de muchos lugares del mundo bajo el lema ‘Masonerías, mar y migraciones’.

Ferrer Benimeli, que es presidente de honor del CEHME (Centro de Estudios de la Historia de la Masonería Española), dio la conferencia inaugural de este seminario titulada ‘Cádiz y Brest: primeras logia del siglo XIX’ de manera telemática, ya que tiene algunos problemas de salud. Y es que Cádiz siempre ha tenido un lugar importante en la formación de logias: “Efectivamente Cádiz es una de las ciudades que tradicionalmente se suele identificar con la masonería pero también es obligado hablar de su entorno, de su provincia, donde a fin de cuentas las logias fueron más numerosas que en la propia capital, sobre todo en el siglo XIX”.

Ferrer Benimeli dio unos datos muy curiosos, como que Andalucía en esa época superó en logias a Cataluña y Madrid. Así, en el territorio andaluz había un total de 435, frente a las 137 catalanas y las 172 madrileñas. Y de las de Andalucía, las más numerosas eran las de Cádiz, con 51 en la capital y las 75 restantes en el resto de la provincia.

Lo curioso es que la primera logia que es originaria de la Bahía de Cádiz no nace en este territorio, tal y como ha apuntado José Antonio Ferrer, sino en Brest cuando la escuadra española del Océano, que estaba radicada en Cádiz, se envía a Francia para ayudar en su lucha contra Inglaterra. El problema es que estos bloquearon el puerto y allí tuvieron que permanecer prácticamente dos años.

En ese tiempo empezaron a entrar algunos oficiales de los barcos españoles en las dos logias francesas que había allí instaladas, pero poco después formaron una propia llamada La Reunión Española. Esta logia permaneció intacta hasta que regresaron a Cádiz en 1802. Aunque todos los miembros de la logia dijeron que al tercer día de la vuelta tendrían que verse de nuevo en el Cafe San Francisco de la capital gaditana, según Ferrer Benimeli, este encuentro nunca se produjo. En Cádiz, sin embargo, se creó otra logia “que fue el reverso de la que se creó en Francia” por parte de oficiales franceses que estaban en Cádiz también para luchar contra los ingleses, pero cuando vino la invasión napoleónica, se disolvió.