Historia de Cádiz

El istmo de Cádiz a través de los siglos

Juan Antonio Fierro, con un ejemplar de su nueva publicación.

Juan Antonio Fierro, con un ejemplar de su nueva publicación. / Julio González

La franja de tierra que une Cádiz con San Fernando tiene más historia de la que parece; incluso más historia de la que se conoce. Esa vía de comunicación flanqueada por la Bahía por un lado y por las aguas abiertas del Atlántico por el otro; transitada diariamente por miles de vehículos a motor; atravesada también por la vía férrea y, recientemente, aprovechada en su zona dunar de la playa para diseñar un sendero peatonal y ciclista, el polémico eurovelo, no siempre ha tenido la configuración actual.

El investigador gaditano Juan Antonio Fierro Cubiella dedica su último libro a este estrecho pero significativo espacio. ‘El istmo de Cádiz. Consideraciones sobre las vías de comunicación de Gades en época histórica’ es el título de esta obra que indaga en el pasado para entender el presente. El arqueólogo Juan Miguel Pajuelo firma uno de los capítulos del libro, dedicado a los puentes romanos que hace unos 2.100 años sirvieron para unir lo que entonces era un archipiélago que transitaba desde su origen fenicio al conocido esplendor de la época de los Balbo.

Los fenómenos naturales y la mano humana han transformado este nexo de unión entre islas que comenzó a evolucionar con los romanos, cuando Gades se convirtió en ciudad relevante del imperio, y que después sufrió los embates de grandes temporales y también del maremoto de 1755, que supuso un punto de inflexión para diseñar un istmo que desde entonces se asemeja bastante más a su actual recorrido.

Porque este istmo no siempre transcurrió por donde lo hace ahora. Esa línea recta hasta Torregorda con su curva en dirección a la isla de San Fernando comenzó a configurarse tras el maremoto. Antes, el camino que habían diseñado los romanos corría más paralelo a la playa, con algunas curvas y vericuetos, hasta alcanzar una zona que hoy podría coincidir con Camposoto con el objetivo de unir Gades con... Sí, el controvertido templo de Hércules entre la Punta del Boquerón y Sancti Petri. Una línea recta distinta, pues, cuyo objetivo final podría ser llegar a aquella zona sagrada.

Hasta la llegada de los romanos, el actual Cádiz era un conglomerado de islas de “no excesivo tamaño”, como apunta Fierro señalando el archipiélago en el que los fenicios pusieron sus ojos para asentarse y para llevar a cabo toda su ingente labor comercial y marítima.

Pero cuando Gadir va mutando en Gades, cuando los romanos elevan aquella urbe, por obra y gracia de los Balbo y otras familias de abolengo e influencia en la mismísima Roma, es cuando se ordena la construcción del acueducto cuyos restos aún son visibles en Cortadura y en la zona de Asdrúbal y, de forma paralela, se construye esa calzada de nombre Vía Augusta y final en Roma que precisa de puentes para enlazar ese entramado de islas que paulatinamente se van uniendo de distintas maneras aunque con la mano humana, ya sea en forma de puentes o cegando canales como el de la Caleta, como principal protagonista.

Habla Pajuelo de al menos tres puentes romanos en la zona. El conocido, estudiado y existente puente Zuazo, el puente de la Alcantarilla, situado aproximadamente en la zona de Camposoto y, finalmente, un puente de longitud similar al de Zuazo que uniría las dos islas principales del antiguo Gadir fenicio y que el arqueólogo considera que podría haber sido construido entre Puerto Chico y la factoría de salazones del antiguo Teatro Andalucía.

Fierro, con su nuevo libro, dibuja una certera aproximación a esta estrecha franja de tierra que une Cádiz con la isla de León y que en estos 21 siglos ha sufrido significativas modificaciones en cuanto a su diseño y trayectoria. El libro, con abundante bibliografía y un interesante material gráfico, abre muchas puertas y sienta las bases para indagar aún más en las fuentes escritas que existen sobre esta estas estructuras, en las arqueológicas que han desvelado tantos datos y en futuras prospecciones que puedan aclarar algunas de las incógnitas que aún planean sobre este histórico istmo.

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