Cuando la humedad se vuelve crónica

Quejas de vecinos de una finca de Santa María

La finca de Santa María, 17-19, propiedad de la Junta, se rehabilitó en 2002 y los inquilinos aseguran que desde el principio tiene problemas a los que no se les da solución

Manchas de humedad en una pared del salón de la vivienda de Isabel, en la tercera planta, donde también se ha desprendido la pintura del techo.
Manchas de humedad en una pared del salón de la vivienda de Isabel, en la tercera planta, donde también se ha desprendido la pintura del techo. / Lourdes De Vicente
Pilar Hernández Mateo

Cádiz, 31 de marzo 2019 - 06:13

Los vecinos de Santa María, 17–19 llevan años denunciando a la Junta de Andalucía —propietaria de la finca— la situación de este edificio de tres plantas que tiene muchísimos problemas de humedad, "pero solo han hecho lavados de cara. Han repellado las paredes varias veces, pero para nada", aseguran.

Estos vecinos cuentan que la finca se sometió a una reforma integral para acabar con los cuartos de baño y las cocinas comunitarios. Las llaves de los nuevos pisos se entregaron en el año 2002, pero, según sus inquilinos, "desde el principio tenemos problemas. A los pocos meses empezaron a caerse las paredes porque el edificio está hecho con materiales malos y se filtra el agua".

La finca se encuentra frente a un busto de Enrique el Mellizo y en su fachada cuelga una placa que recuerda que en esa casa nació la cantaora Luisa Butrón en diciembre de 1874. Una fachada que está muy deteriorada, con la pared desprendida en algunas zonas, y en la parte inferior hasta se ven los ladrillos. El portón de entrada no está en mejores condiciones.

Al entrar, la visión es desoladora: boquetes en las paredes de la casapuerta y enormes desconchones en el patio interior que al tocarlos cae arena e incluso algún insecto. De hecho, al levantar una vecina parte de la cal que se desprendía de una pared para que viéramos cómo caía arena, salió una cucaracha. Los desconchones y las manchas de humedad son una visión constante en toda la finca tanto en las zonas comunes como en el interior de las viviendas.

"Los boquetes de los muros de la casapuerta se hicieron hace unos tres años, y ahí siguen", comenta Loli, vecina del segundo piso. Esos mismos boquetes los tiene Manuela en las paredes de su casa, en el bajo A. Explica que "los hicieron para la humedad. Nos dijeron los albañiles que en seis meses venían a cerrarlos, pero no han venido ni a resanar las paredes ni a cerrar los boquetes. No han vuelto a aparecer desde hace tres años y tengo miedo porque por esos huecos se meten los bichos". Además de los boquetes, Manuela tiene la pintura de todas las paredes de su vivienda levantada por la humedad.

Al subir las escaleras hacia los pisos superiores, pueden verse los zócalos desprendidos de la pared, debido a la humedad, y grietas en la zona inferior de la barandilla, donde se une a los peldaños. El suelo de los pasillos de las zonas comunes también tiene baldosas levantadas y el escalón de acceso a la azotea está suelto.

Los desconchones y las manchas de humedad son una visión constante en toda la finca

Dolores, vecina del 1º B, cuenta que a ella se le ha caído el techo del cuarto de baño en varias ocasiones, "y lo arreglo y se vuelve a caer". Su casa tiene en general buen aspecto porque su marido ha puesto fibra en las paredes para protegerlas, igual que ha hecho Loli en su piso.

Mª Ángeles, vecina del 2º C, se queja de que del techo del cuarto de baño salen cucarachas.

Cuando subimos a la tercera planta, se observan grandes grietas en las vigas de soporte del pasillo, que, además, están vencidas. Las vecinas aseguran que "esto es un peligro. Y lo peor es que están agrietadas casi desde el principio. Tememos que un día se derrumben".

La casa de Isabel, en la tercera planta, es una de las que está en peor estado. Todas las paredes tienen manchas de humedad. Una humedad que se siente al pasar la mano. "Cuando llueve, se filtra el agua por la azotea y por el muro lateral, y hasta se me hacen charcos dentro de la casa", lamenta. Esta mujer, viendo que la Junta no ponía solución a los problemas de humedad del edificio, se arregló ella misma la casa. "Me gasté más de mil euros en septiembre del año pasado y todavía no he podido pintar las paredes porque están húmedas debido a que se filtra el agua", manifiesta.

Estas vecinas aseguran que han puesto varias reclamaciones individuales, además de otras presentadas "con fotos incluidas" por los distintos presidentes de la comunidad que han tenido en todos estos años. La última reclamación la hicieron hace poco y recibieron una contestación de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, perteneciente a la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, sellada el 12 de febrero, en la que el jefe de la Sección Técnica afirma que "esta promoción está integrada dentro del programa de fomento de la regeneración y renovación urbana que se desarrolla en colaboración con la Administración autonómica en aplicación del Plan Estatal de Vivienda, teniendo la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de la Junta de Andalucía un proyecto en licitación el cual deberá iniciarse las obras antes del verano". Pero los inquilinos temen que no sea así, ya que "estamos en primavera y no sabemos nada al respecto". De hecho, Manuela asegura que fue hace unos días a la Oficina de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación, ubicada en la calle Cristóbal Colón, y "pregunté si sabían algo sobre el inicio de las obras y me dijeron que, de momento, no se sabe nada".

Isabel y Loli cuentan que ellas eran inquilinas de esa finca antes de que se hiciera la rehabilitación integral y en ese tiempo nunca tuvieron problemas de humedad. "Yo vivía en este edificio desde el año 1974, en el tercer piso, que es la última planta, y jamás tuve una filtración ni se me cayeron las paredes, y ahora tengo la casa fatal. Estaba mejor antes de la rehabilitación", sentencia Isabel.

Un proyecto para reparaciones cuyas obras no tienen fecha de inicio

Desde la Junta de Andalucía recuerdan que en las fincas del casco antiguo de Cádiz son habituales los problemas de humedad por capilaridad, que son difíciles de combatir. Y más en edificios como los de Santa María, 17–19, cuyos muros son antiguos, ya que cuando se hizo la rehabilitación de estas dos fincas que están unidas, en una de ellas se mantuvieron los muros portantes. Fuentes de la Junta de Andalucía señalan que en el último trimestre de 2016, Santa María, 17–19 fue sometida a un tratamiento para eliminar las humedades, trabajo que fue llevado a cabo por una empresa especializada. Reconocen que actualmente existe "un cierto deterioro" en el edificio y aseguran que hay un proyecto redactado para reparar las deficiencias de las zonas comunes y mejorar el aislamiento de las cubiertas, cuyo presupuesto alcanzaría casi los 200.000 euros. Las obras están pendientes de licitación, por lo que no hay fecha prevista para el comienzo de los trabajos.

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