Huelga de autobuses en Cádiz: la paciencia de los usuarios tiene un límite
Una quincena de paros ininterrumpidos en el servicio de transporte urbano provoca que la resignación ciudadana se torne en indignación
Las asambleas de trabajadores rechazan el preacuerdo
La huelga de los autobuses en Cádiz y San Fernando cumple este jueves 24 de julio 15 días de paro ininterrumpido. Medio mes de conflicto sin que ni la empresa ni los representantes de los trabajadores hayan encontrado aún la fórmula precisa para desatascar un asunto que ya va haciendo mella en los usuarios del transporte urbano de la capital. La paciencia de la ciudadanía tiene un límite, como en todo en la vida, y la indignación de los usuarios es cada vez más patente. Autobuses repletos y largas colas en las paradas convierten en una odisea tratar de coger un autobús en Cádiz en estas fechas veraniegas.
Esta mañana eran varios los usuarios del transporte urbano que trataban de armarse de paciencia en las paradas de las distintas líneas. Pero llueve sobre mojado y quienes necesitan diariamente hacer uso de este servicio no ocultan su hartazgo. Hay un colectivo, sobre todo muy afectado: el de las personas mayores y con problemas de movilidad. Personas para quienes el autobús es su medio de transporte habitual y que no pueden suplir las carencias del servicio caminando por la ciudad. Algunos se quejan, también, por la dificultad para hacerse con los servicios de un taxi. "Es casi imposible".
En la parada de la calle Juan Ramón Jiménez, esta misma mañana, una mujer llevaba esperando más de 20 minutos la llegada de un vehículo de la línea 2 porque tenía que llegar a la zona del Parque Genovés. "Se me hace tarde, me parece que no voy a llegar a tiempo", decía mientras echaba a andar hacia la parada del baluarte de San Roque, al entender que el autobús había modificado ya su trayecto para evitar el corte de tráfico en la Avenida por la marcha de los propios trabajadores del servicio.
Porque esta manifestación que cada día, excepto los fines de semana, realizan los trabajadores desde la plaza Asdrúbal hasta San Juan de Dios, por la avenida principal, viene a ser la combinada perfecta para que la huelga se haga sentir en la ciudad y en los usuarios del transporte urbano.
Y es que hasta que esta manifestación no se pone en marcha, sobre las diez y media de la mañana, los servicios mínimos del 50% van cumpliendo generalmente los horarios y las frecuencias de paso. Con algún retraso porque en las paradas hay más gente de lo habitual, y la subida de viajeros dura más tiempo, el servicio se resiente en menor medida que cuando, por la marcha de los trabajadores, la Policía Local desvía el tráfico desde la avenida de Andalucía hacia la avenida de la Sanidad Pública, a través de la avenida de la Constitución de 1812.
Esta circunstancia obliga a cambiar el itinerario de las líneas 1 y 7, que buscan la avenida de Astilleros a través de la avenida de la Sanidad Pública (la línea 7 sube posteriormente por la Cuesta de las Calesas desde la plaza de Sevilla para alcanzar el Campo del Sur), al tiempo que un rato después son las líneas 2 y 3 las que también son desviadas al no poder salir a la Avenida principal a través de la calle Juan Ramón Jiménez. Estos cambios trastocan la frecuencia de paso de los servicios mínimos, cargan los vehículos y llenan aún más las paradas de usuarios que esperan en ellas con la incertidumbre de no saber cuándo pasara el autobús o si habrá sitio para subirse.
Al tiempo, estos cortes de tráfico afectan de manera paulatina al entronque de la avenida de la Sanidad Pública primero y después a la confluencia de las avenidas de la Guardia Civil y Cortes de Cádiz: la rotonda del Parque de Bomberos. En estos puntos, desde hace quince días se están produciendo atascos con tráfico muy lento en dirección al casco histórico de la capital gaditana que llegan a afectar a los accesos a la ciudad desde el segundo puente.
Pero sobre todo son los usuarios de este servicio municipal los afectados por la huelga indefinida y por la ausencia de un acuerdo válido entre las partes. Muchos gaditanos y visitantes optan por realizar andando los trayectos que necesitan en su día a día, pero otro grupo, sobre todo de gaditanos, depende del autobús para desplazarse. Y en este colectivo, la paciencia es una virtud que puede llegar a acabarse.
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