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Cádiz

La hostelería de Cádiz, “muy atenta” al Carnaval de la calle, tras una Navidad “agridulce”

  • “Que hay movimiento es indiscutible. Y si los gaditanos salen, tendremos que estar preparados”, dice De María desde Horeca

  •  “Si en febrero hay fiesta, lo celebraremos”, apunta Raúl Cueto, del Grupo Arsenio Manila

Miembros de una agrupación carnavalesca en la barra de calle de un bar, durante el Carnaval de febrero de 2020.

Miembros de una agrupación carnavalesca en la barra de calle de un bar, durante el Carnaval de febrero de 2020. / D. C.

Enero es siempre un mes de aletargamiento en el sector hostelero de Cádiz, a caballo entre las Navidades y el arranque del Concurso de Agrupaciones del Falla, que tradicionalmente confina a los gaditanos en sus casas con más eficacia que un estado de alarma. Este año, a falta de una fiesta oficial en febrero, aplazada por el Ayuntamiento para el mes de junio, los propietarios de bares y restaurantes permanecen muy atentos a lo que ocurra a finales del próximo mes con el Carnaval callejero. Siempre en función de la evolución de la cifra de contagios de Covid-19, disparada por la expansiva variante Ómicron.

Todo eso, después de salir de unas Navidades agridulces que arrancaron con un tsunami de cancelaciones de comidas de empresa y con un aguacero de varios días que afectó a todo el primer fin de semana, el de Nochebuena, y que sólo pudieron remontar el segundo, el de Año Nuevo. Mientras tanto, algunos establecimientos aprovechan para cerrar unos días por vacaciones mientras que la mayoría se mantiene al pie del cañón, pese a los efectos de la pandemia.

“En enero nunca hemos tenido ninguna expectativa porque es un mes en el que no hay programado ningún tipo de evento. Nuestra principal esperanza que remita la cifra de contagios y podamos seguir trabajando con la máxima normalidad”, explica Antonio de María, presidente de Horeca, la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Cádiz. “Luego, a finales de febrero, creo que el Carnaval de la calle se va a celebrar. A no ser que todo vaya a peor, que no parece que sea así. Y los hosteleros tenemos que estar preparados para dar ese servicio. Hay romanceros, chirigotas y otras agrupaciones que ya han confirmado que van a salir a la calle. Que ya hay movimiento popular en torno a la celebración de la fiesta en febrero es indiscutible. Lo que mueve a la hostelería es la calle. Y eso es imparable. Así que si el gaditano responde a la fiesta con el talante de otros años, habrá que estar preparado. Salvo que haya un repunte de la pandemia. Y ahí el gaditano suele ser responsable y estoy seguro que dirá: quieto, que esto así no se puede hacer. Pero si los datos son propicios, el Carnaval de la calle no hay quien lo pare”. Entonces ¿podemos decir que la hostelería se prepara ya para el Carnaval de febrero?. “Está atenta a prepararse en función de lo que vaya pasando”, matiza De María.

El presidente de los hosteleros hace balance de la campaña navideña: “Las discotecas y los bares de copas, los establecimientos de noche, lo han pasado fatal estas Navidades, sobre todo por la semana de agua y frío que hizo. Luego, en Fin de Año volvió el buen tiempo, pero coincidió con un incremento de los casos de Covid, de manera que hubo que suspender por responsabilidad muchas convocatorias y cotillones. En la hostelería de día, el caso de Málaga [todos los compañeros de la UCI de un hospital se contagiaron en una comida] fue un detonante para que se cancelasen las reuniones de grandes empresas en toda España. Pero hay que recordar que en todo el país hay 350.000 establecimientos de hostelería; en Andalucía, 50.000, y en la provincia de Cádiz, 8.000. Y en ningún sitio se dio otro caso como para que se generase la alarma que se generó”, sostiene De María. “Las pérdidas son difíciles de calcular, porque el daño producido se aminoró con reservas de grupos y reuniones más pequeños que encontraron el hueco que dejaron las comidas multitudinarias de las grandes empresas”.

Raúl Cueto, gerente del grupo Arsenio Manila, con cuatro establecimientos abiertos en la capital gaditana, coincide con el resumen de De María: “La campaña de Navidad ha sido agridulce:fue muy mal a partir del tsunami de anulaciones de comidas de grandes empresas que se produjo a partir del 15 de diciembre. Se perdieron más del 50%. Eso, después de un aprovisionamiento que resultó caro y difícil por el anuncio de la huelga de transportistas y de lo invertido en personal extra. Luego, entre el 22 y el 25 de diciembre diluvió en Cádiz, de manera que Nochebuena y Navidad fueron muy malas. Luego se enmendó un poquito a partir del 31, porque el tiempo acompañó muchísimo, hasta prácticamente el 10 de enero. Pero sólo de día, porque la noche ha estado muy cortita”.

Algunos restaurantes y bares arrancan cerrados una cuesta de enero que promete ser muy dura

¿Temen entonces que esta cuesta de enero sea mucho peor que otros años? “Sin duda. Hay algunos locales en el Paseo Marítimo que han cerrado esta semana, otros lo están haciendo lunes y martes, cuando antes no lo hacían. Antes, si había un día negativo, no pasaba nada, pero ahora, como falles lunes, martes y miércoles y llueva el fin de semana, comprometes el beneficio de todo el mes y te cuesta el dinero”, responde Cueto.

¿Y qué expectativas tienen respecto al mes que viene? “Si en febrero hay un Carnaval popular en la calle, nosotros lo vamos a celebrar. Que será más cortito que otros años. Seguro. Que será más fuerte el de junio que el de febrero. Vale, pero tendremos dos Carnavales. Lo importante para la hostelería es que haya movimiento y alegría en la calle. Y si hay un Carnaval espontáneo, maravilloso. Yo creo que a estas alturas de la pandemia la gente es consciente de donde se puede meter y donde no. Si el Carnaval se masifica en una plaza, la gente no irá, pero si hay agrupaciones cantando en algunas esquinas, sin mayores aglomeraciones, pues sí que saldrá”.

“La Navidad fue muy bien hasta que se empezaron a cancelar las comidas de empresa”, coincide también Fabián Vidussi, que regenta dos restaurantes, uno en el Paseo Marítimo y otro en el casco histórico. “En total habremos perdido entre 400 y 500 comensales a razón de 50 euros el menú”. Eso hace nada menos que entre 20.000 y 25.000 euros menos de caja. “Aunque sí que es verdad que parte de esos cubiertos se cubrieron con mesas pequeñas, pero el gasto a la carta no es el mismo que el del menú navideño”, añade.

“Luego, el fin de semana del 24 fue un auténtico desastre por el temporal de frío y lluvia mal tiempo que hizo... no sé si las comidas de empresa que no se hicieron se recuperarán a finales de enero o principios de febrero y no sé qué pasará en Carnaval... creo que algo habrá, pero no será nada parecido a lo que estamos acostumbrados... tendremos actuaciones en los bares, pero no creo que se venda ni un 50% de los del año pasado”, remata este hostelero.

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