El imponente Cine Jerezano y la mítica sala Alameda de San Fernando van a recuperar su espacio de ocio en las dos ciudades. No volverán a funcionar como cines, pero sí mantendrán el papel cultural que tuvieron durante décadas, el primero como un nuevo teatro y el segundo como un auditorio.

Un proyecto similar en Cádiz resulta imposible. No por la falta de interés de inversores públicos o privados, si lo hubiera, si no por la ausencia de los viejos edificios que en su día albergaron las grandes salas cinematográficas en la ciudad.

Será por la proverbial falta de suelo de la ciudad que cuando se ha cerrado una sala de cine en la ciudad, ésta no ha tardado en derribarse para construir en su lugar un edificio de viviendas. El Cine San Miguel (antes el Teatro Cómico), ha sido el único ejemplo de un inmueble que se mantuvo en pie y cerrado con la vieja cartelería del cinematográfico durante años,  hasta ser derribado para la construcción de un teatro (sin saber que en su subsuelo descansaba uno de los grandes yacimientos arqueológicos de la ciudad).

El Cine Andalucía.

Más allá de este caso, todos han caído por acción de la piqueta. El inmenso Cine Andalucía, las salas de extramuros como el Gaditano, el Imperial o el Cine Avenida. Incluso desapareció el pequeño cine Juventud y el primero de los multicines de la ciudad, el Multicines Cádiz en los bajos del edificio Reina Victoria.

Un bloque de vivienda también sustituyó al Cine Nuevo, mientras que el Municipal se transformó en un multicines. Y antes de su reforma integral, el propio Teatro Falla llegó a funcionar como cinematógrafo.

El histórico Cine Gades fue el primero en caer. En pleno paseo de Canalejas, abre en 1932 y será la primera sala cerrada en contar con aire acondicionado, la "temperatura ideal" que se anunciaba en su fachada..

Eran en todo caso tiempos en los que predominaban las salas al aire libre. Así empezaron las proyecciones en Cádiz en la primera década del siglo XX, con precarios cines de verano ubicados en algunas plazas de la ciudad, más allá del Salón Escudero, donde se podían ver las primeras películas mudas además de otros espectáculos teatrales.

El primitivo Cine Delicias, que funcionaba frente al colegio San Felipe Neri.

Los cines de verano fueron objeto de deseo de las inmobiliarias antes de la caída de las salas de invierno. Eran, la mayoría, cines de gran superficie, ideal para construir edificios con decenas de viviendas. Un negocio seguro. Así cayeron, entre otros, el Cine España (el mayor de la ciudad, con su pantalla gigante), el Delicias, el Cine Maravillas, el Cine Mar, el Caleta (este sustituido por una residencia de estudiantes) y el Cine Brunete, el último en caer tras funcionar en sus últimas temporadas veraniegas como un exitosos multicnes 

Al final, la drástica evolución de la ciudad sólo nos permite ahora mantener la imagen de estas antiguas salas en el recuerdo que pueda tener cada uno y en las fotografías que de ellas quedan.