El gobierno local propone a Dora Reyes como Hija Predilecta de la ciudad
La iniciativa quiere reconocer la labor realizada "por muchos gaditanos" de esta recordada vecina, que murió en 1996
Salvadora, Dora Reyes, será nombrada Hija Predilecta de la ciudad a título póstumo. El equipo de gobierno inició ayer los trámites para hacer efectivo el nombramiento, con el traslado de la propuesta a la Comisión de Honores y Distinciones, tras lo que tendrá que ser ratificada por pleno. De esta forma se quiere honrar la labor relizada "por muchos gaditanos", algo que se pone "aún más de manifiesto en estos tiempos de crisis", según explicó ayer el primer teniente de alcaldesa, José Blas Fernández.
Salvadora Reyes Giménez falleció en un accidente de tráfico el 1 de junio de 1996, cuando contaba cincuenta años de edad. Ya había finalizado su jornada de trabajo en el Ayuntamiento gaditano y se dirigía a Chipiona para visitar una casa destinada a la recogida de personas sin recursos.
Después del accidente Dora se interesó por el estado de los heridos, creyendo que no había sufrido lesiones de gravedad.Pero, al llegar al Hospital comenzó a sentirse mal, falleciendo poco más tarde. Cientos de gaditanos acudieron a despedir a quien les había ayudado en momentos difíciles a la capilla ardiente instalada en el convento de San Francisco.
Salvadora Reyes estuvo vinculada durante muchos años a la residencia Valvanuz y colaboró con la residencia Alvernia desde su fundación; su trabajo no terminaba cuando abandonaba su puesto en los servicios sociales del Ayuntamiento donde trabajaba como funcionaria.
Fue pionera en la atención y cuidado de las mujeres maltratadas, siendo su constante preocupación que se sintieran seguras y acogidas; de hecho, cuado falleció estaba buscando la fórmula para poner en marcha de una casa de acogida tomando como modelo otra existente en Salamanca. También las madres solteras contaron con su ayuda.
Pero al igual que se ocupaba de resolver problemas de acogida, Dora también acudía al mercado de abastos a buscar un puchero para los pobres.
La obra de Dora no terminó con su trágico fallecimiento. Fiel continuadora de su obra, la Fundación Dora, regida por sus familiares más cercanos, prosigue actualmente con esa admirable labor, buscando trabajo a los desempleados, ayudando a pagar alquileres, medicamentos, la luz y el agua y estando, en definitiva, al lado de los más necesitados.
Hasta la fecha tienen la distinción de hijos predilectos de la ciudad Concepción Aranda Fosa, Juan Ramirez Sarabia (Chano Lobato), José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo, Carlos Edmundo de Ory, Salvador Guerrero Reyes, Sara Pereyra Baras y Manuel Vasallo Rubio.
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