La gestión del Ayuntamiento

Otras tareas pendientes para el gobierno de Kichi

  • Un sector tan esencial como el turístico está pendiente de un plan de revitalización

Turistas por la plaza de la Catedral.

Turistas por la plaza de la Catedral. / Julio González

Asumiendo que, por lógica, ni Demetrio Quirós, ni Montemayor Mures, ni Paco Cano van a aburrirse con las nuevas labores que les han sido encomendadas, los tres gestionan también algunas áreas de la vida municipal que necesitan un especial empeño y, sobre todo, un especial impulso.

Entre todas hay que destacar la concejalía de Turismo, que sigue en manos de Montemayor Mures. Este área, como la de comercio, se ha visto duramente afectada por los efectos nocivos de la pandemia de coronavirus. Aunque Cádiz, como buena parte de la provincia, ha mantenido un nivel aceptable de visitantes durante el verano, siendo la tercera provincia con más turistas en el mes de agosto, es esencial poner en marcha un plan de revitalización.

El Ayuntamiento inició el proceso de confección del mismo, mediante la apertura de un concurso abierto a empresas privadas. Del contenido del estudio aún no se sabe nada. Esta lentitud, muy criticada por empresarios del sector, contrasta con la agilidad con la que ha trabajado el Ayuntamiento de Sevilla, que en plena desescalada presentó un extenso plan, elaborado por sus propios técnicos, apoyados por empresas turísticas, e instituciones públicas y privadas.

Tanto en la etapa de gobierno del PP como en los años que lleva gestionando la ciudad la coalición de izquierdas, Cádiz ha adolecido de un plan turístico adecuado. Sólo la buena imagen de la ciudad, los mensajes entre particulares y los artículos periodísticos en la prensa internacional y nacional han situado a la capital entre las ciudades con mayor proyección turística.

Sin embargo, las cifras de crecimiento, sin contar los efectos de la pandemia, quedan aún lejos de acercarse al potencial turístico que tienen las restantes capitales andaluzas, a lo que nunca ha ayudado una planta hotelera muy escasa, que solo ahora comienza a recuperarse aunque un ritmo muy lento.

Paco Cano está al frente de la concejalía de Participación Ciudadana.

Las relaciones del gobierno local con las asociaciones de vecinos nunca han sido buenas. Ni con el PSOE, ni con el PP, ni ahora con Podemos y Adelante Cádiz.

Cada gobierno municipal ha pretendido utilizar a las entidades vecinales para su provecho, aunque tanto con Carlos Díaz como sobre todo con Teófila Martínez se les dieron equipamientos para sus labores vecinales.

Con la llegada de Podemos se rompieron las relaciones entre las dos partes. Fue un enfrentamiento como nunca se había producido en la democracia, con protesta pública de las propias asociaciones, que el gobierno de izquierda quería suprimir y poner en su lugar a consejos de barrios, evidentemente controlados por ellos.

Esta operación, como tantas otras, no salió a delante. Pero lo cierto es que el movimiento vecinal, salvo casos muy puntuales, apenas funciona. A tres años de las próximas elecciones municipales, cuando José María González acumula ya cinco años de herencia política y de gestión de la ciudad, no parece lógico mantener en el ostracismo a estos colectivos ciudadanos.

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