Cádiz

Galletas a la gaditana... y sanas

  • Nace en el Mercado de Abastos ‘Capitán Cookie’ con un producto ecológico

Las dos emprendedoras en su nuevo puesto del Mercado de Abastos de Cádiz.

Las dos emprendedoras en su nuevo puesto del Mercado de Abastos de Cádiz. / Lourdes de Vicente

Jill Hali (británica) y Aida Rincón (jerezana) llevan diez años afincadas en Cádiz. Emprendedoras, y la primera también cantautora, pusieron en marcha una panadería en la calle Alcalá Galiana que después trasladaron al Mercado Central y que logró una fiel clientela.

Desde hace apenas unos días han cambiado su rumbo, y aunque se mantienen en el Mercado, ahora en el puesto 8, han dejado a un lado la fabricación del pan (que por su horario les afectaba en el desarrollo de la carrera musical) y se han puesto a elaborar galletas.

Galletas con un matiz por aquello, primero, de buscar algo diferente, y después, por la premisa de elaborar productos naturales y por ello más saludables.

Así nació ‘Capitán Cookie’, una marca con un guiño al mundo de los tebeos que las empresarias pretenden ampliar con más productos y abriendo con ello más su mercado, incluyendo celebraciones festivas.

"Nuestro objetivo era montar algo diferente, incluso la marca la diseñamos nosotras. Con la panadería no podíamos porque necesitábamos tiempo para otras actividades. Entonces vimos que aquí no funcionaban tiendas dedicadas a las galletas, a la vez que en muchas ciudades no había de galletas ecológicas", comenta Hali.

Así que se plantearon un producto saludable "que no lleva ni conservantes, ni colorantes, ni productos químicos", a la vez que ahora experimentan con el mercado de las galletas sin azúcar, aunque todavía no han acertado con la receta adecuada.

Mientras, ofrecen trece galletas de sabores diferentes que van desde el chocolate negro al jengibre con cacao o la de coco y piña, con recetas propias o modificadas sobre ya existentes. Incluyen, incluso, sabores con productos para veganos, como las galletas de muesli o las de avena con chocolate, entre otras.

"Consideramos que es muy importante comer bien. Y aunque sea un dulce, un capricho, no debe ser insano", comenta Jill Hali.

Asumen que la fabricación ecológica tiene un sobrecoste, pues los productos naturales que se utilizan son más caros. "Todo lleva el certificado ecológico que significa que está fabricado de forma respetuosa con el medio ambiente". Para evitar repercutir en el consumidor estos costes "hemos reducido el margen de beneficio". Así, un paquete con seis galletas se vende por apenas 10 euros.

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