Familiar de una víctima de la represión franquista en Cádiz: "Después de 90 años mi abuelo va a estar donde debería haber estado desde el primer momento"

El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz acoge la entrega a sus familiares de los restos de dos gaditanos asesinados por los golpistas del 36

Cádiz honra la memoria de dos víctimas de la represión franquista

Un momento del acto de entrega a los familiares de los restos de Manuel Moreno Cortés y Juan Diego Cortés Pacheco, dos víctimas de la represión franquista en Cádiz. / Lourdes de Vicente

Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés. Bajo los claveles rojos, enclavados en uno de los laterales de las pequeñas cajas de madera, por fin, están escritos sus nombres. Los nombres nos distinguen, señalan nuestra existencia y, cuando no estamos, son el sortilegio que nos devuelven a la vida en la memoria de los que se quedan. A Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés le quitaron sus nombres hace casi un siglo. El tiempo los convirtió en simples huesos, huesos sin nombre, perdidos en una madeja de arena y tiempo. Eh aquí el último acto, si cabe el más cruel, de la dictadura franquista, que no sólo arrebató vidas, también muertes. Huesos sin nombres y nombres sin huesos. Por eso, actos como el que este miércoles 29 de octubre ha tenido lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz, el de la entrega de los restos de dos víctimas de la represión a sus familiares, son necesarios, son "importantes", como ha destacado el teniente de alcalde de Memoria Democrática, José Manuel Cossi. Porque los huesos se reencuentran con los nombres, la muerte con la vida, y lo que se perpetró en la oscuridad se sana en la luz pública. "Un acto de justicia y de dignidad", dice el alcalde.

Porque fue Bruno García quien ha presidido, y cerrado con sus palabras, el emocionante homenaje en el que Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés se reencontraron con sus familiares. "Después de 90 años mi abuelo va a estar donde debería haber estado desde el primer momento", dice profundamente emocionado Manuel Segundo Moreno, nieto de Manuel Moreno Cortés, que al igual que su primo Rafael Sánchez Moreno y que Ismael Cortés, sobrino nieto de Juan Diego Cortés, recibían los féretros que unas horas después serían depositados en el Mausoleo de las Víctimas situado en el cementario mancomunado de Chiclana junto a otros restos de asesinados en Cádiz por los golpistas de 1936.

"Este es un acto de justicia, de dignidad, de reconciliación, un acto de convivencia y también para señalar la crueldad con la que Diego y Manuel vieron cómo sus vidas se le arrebataba, se las destrozaba, el Golpe y la dictadura franquista. Por tanto, queda aquí también nuestra unidad en este arco plenario para homenajear a estas dos personas, símbolos también de otras tantas que quedan por reconocer", ha señalado el primer edil que, rodeado por concejales del Partido Popular, PSOE y Adelante Izquierda Gaditana, ha destacado "el papel fundamental", "clave", del anterior equipo de Gobierno, de los técnicos municipales, con el arqueólogo José Gener a la cabeza, y de la Asociación para la Recuperación y Divulgación de la Memoria Histórica de Cádiz a la que Bruno García ha agradecido "su lucha", además de comprometerse a "continuar" con el camino iniciado.

El principio de un camino que Felipe Barbosa, presidente de esta entidad memorialista, fecha en 2016, con las primeras labores de localización y exhumación en el clausurado cementerio de San José donde, hasta 2023, se han encontrado los restos de "110 víctimas", un número, lamentablemente, escueto de las "casi 700 personas" que fueron asesinadas por la dictadura franquista en Cádiz. Un trabajo "que se amplía ahora" con la etapa de las identificaciones presuntivas que contribuirán "a cerrar las heridas" de los familiares de las víctimas "que llevan demasiado tiempo esperando".

Así, la entrega de los restos a las familias de Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés, es el primer acto de estas características celebrado por un equipo de Gobierno comandado por el Partido Popular. Anteriormente, en la etapa de José María González Kichi en San Juan de Dios, se hizo lo propio con Alfonso López Quera, la primera víctima de Cádiz que fue exhumada en el camposanto gaditano e identificada por ADN, cuyos restos fueron recibidos por sus hijos y nietos en febrero de 2020; y con Dionisio Aretxabala, maquinista naval vasco cuyos restos también acabaron en el cementerio de San José y que fueron recuperados por su familia en enero de 2019 en el contexto del primer acto homenaje de este tipo que se celebró en la ciudad.

"Este era nuestro objetivo, nos hemos quedado muy tranquilos"

Este 29 de octubre son Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés los nombres que se suman a la cuenta de la verdad y la justicia. ¿Reparación? "Por nuestra parte, desde luego, no queremos más nada, este era nuestro objetivo, recuperar los restos de nuestro abuelo, nos hemos quedado muy tranquilos", dice Manuel Segundo Moreno que perdona pero que no puede dejar de olvidar "el fémur roto", la huella del "tiro de gracia" y "los antebrazos destrozados". Toda la violencia de la represión franquista que se rastrea en los restos de los represaliados.

Y otras violencias. "También en estos momentos nos acordamos mucho de mi abuela, que apenas la pobre nos contaba nada de mi abuelo, no quería hablar, y también nos acordamos de nuestras madres, que pasaron lo suyo. Cuando mataron a mi abuelo mi madre tenía dos meses y la suya 2 años. Mi abuela lo pasó fatal, fatal, en ese contexto no la trataron nada bien, y nuestras madres en internados, que los internados de la época y en esas circunstancias pues tampoco eran muy agradables...", cuentan al alimón Manuel y su primo Rafael en un día "tan triste", por los recuerdos que asoman, "como feliz", por el reencuentro tras un largo proceso que prende la luz cuando leyeron en Diario de Cádiz el nombre de su abuelo entre los cinco represaliados cuyos restos fueron identificados en el cementerio de San José.

"Cuando vimos su nombre en el Diario nos pusimos en contacto con la asociación y a partir de ahí ellos nos fueron pidiendo cosas, empezamos ese camino hasta que ya se confirmó tras tres pruebas de ADN que era él", explica Rafael que ha sido quien ha tomado la palabra en el acto en nombre de las familias.

Ismael Cortés, sobrino nieto de Juan Diego Cortés Pacheco, ha querido "agradecer" a "los técnicos, a este y el anterior equipo de Gobierno y a la asociación de memoria" todo el trabajo realizado hasta dar, por fin, con su familiar. Así, hay que recordar que, en su caso, fue la familia la que solicitó la búsqueda de los hermanos Cortés, Juan Diego, Enrique y Francisco, éste último del que nada se sabe.

Juan Diego Cortés Pacheco había ingresado en la prisión el 2 de octubre de 1936, donde fue sacado el 11, en teoría para ir a la prisión de El Puerto de Santa María. Fue enterrado el 12 del mismo mes tras ser asesinado en el foso de la Puerta de Tierra. Su hermano Enrique, de 34 años, panadero afiliado al PCE, fue detenido el 10 de agosto acusado de participar en la resistencia y enterrado el 22 del mismo mes. Juan Diego vivía en la calle San Bernardo 2. También era panadero y había nacido en junio de 1909. Tenía 27 años. Estaba casado con Milagros Muñoz Benítez con la que tenía dos hijos.

El cadáver de Manuel Moreno Cortés fue encontrado en los alrededores de la Plaza de Toros, enterrado el 28 de septiembre de 1936 en una sepultura sin causa de fallecimiento. Estaba casado con María Paredes Mateos con la que tenía dos hijas, María y Ana. Era trabajador de los Servicios Municipales de Aguas y Electricidad en las acometidas eléctricas del exterior, en redes y acometidas. Había estado entre los primeros despedidos del ayuntamiento en julio de 1936. Ingresó en la prisión provincial el 17 de septiembre y fue sacado el 27 de septiembre para, en teoría, ser trasladado a la prisión de El Puerto.

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