Siete empresas han presentado a la Junta su candidatura para ejecutar las obras de reforma integral de la plaza de España de Cádiz, en la que es la mayor operación en materia de peatonalización en la última década en el casco histórico promovida por el Ayuntamiento.

Ahora se abre un periodo de tiempo en el que los técnicos de la Consejería de Fomento analizarán las propuestas antes de que se proceda a su adjudicación. Este proceso administrativo nos llevará al último tramo de este año para poder ver el comienzo efectivo de las obras.

La inversión prevista es de 1,8 millones de euros. De esta cantidad la Junta pone, a través de fondos europeos, 1,2 millones, correspondiendo el resto al propio Ayuntamiento.

El plazo de ejecución es de 10 meses. La intención del gobierno local es que las obras estén terminadas en septiembre de 2022, coincidiendo con la Semana Europea de Movilidad. Curiosamente fue durante la Semana de 2016 cuando el gobierno de José María González planteó por primera vez este ambicioso proyecto urbanístico.

A la vez que se ultima la adjudicación de la obra, desde el Ayuntamiento se perfila un plan de tráfico y de movilidad urbana que estará vigente durante estos diez meses de trabajo.

Dada las características de la operación se ha optado por no ejecutar la obra en fases sino actuar en todo el conjunto a la vez. Por ello, se adoptarán todas las medidas necesarias para permitir el paso a todos los residentes, así como los accesos a los garajes y la circulación de los vehículos de emergencia.

El número de comercios que hay en la plaza es muy limitado aunque sí abundan los centros oficiales, como la Diputación, dependencias de la Junta de Andalucía y la sede de la Autoridad Portuaria.

Hay que tener en cuenta que el proyecto incluye la renovación de toda la red de abastecimientos de agua y suministros eléctricos, algunos con varios decenios de antigüedad lo que favorecerá también a todos los residentes en la zona.

Se crean espacios para juegos infantiles, el uso de los espacios verdes y suelo para la celebración de eventos festivos, además de una fuente seca y la ampliación del arbolado.

El proyecto de peatonalización es el más ambicioso que se emprende en Cádiz en la última década y se pone al nivel de las reformas integrales que se realizaron en la plaza de la Catedral en la etapa de gobierno de Carlos Díaz, y en la plaza de San Juan de Dios, con Teófila Martínez.

En este caso, además, se da una circunstancia ajena en las otras dos plazas. Mientras que Catedral y San Juan de Dios han sido siempre espacios muy vividos por la ciudad, la plaza de España ha estado siempre en un segundo plano dentro de la movilidad urbana.

Metida en una esquina del casco antiguo apenas ha tenido relevancia ciudadana más allá de los edificios administrativos que en ella funcionan y como paso constante de vehículos camino de la ronda de circunvalación. Por el contrario, no se ha sabido aprovechar ni su amplitud ni la fuerza visual del monumento a las Cortes. Ni, tampoco, la existencia de fincas esenciales en nuestro urbanismo, como la Casa de los Cinco Torres, la propia sede de la Diputación o la cercana Casa de las Cuatro Torres en la vecina plaza de Argüelles y donde, hace ya unos meses, el Ayuntamiento dio el primer paso de la peatonalización de este entorno.

La intención de la concejalía de Urbanismo y Movilidad Urbana, según destaca su titular Martín Vila, es convertir este proyecto "en nuestra avanzadilla de nuestro modelo de ciudad sostenible, que situará a Cádiz en el mismo nivel de las ciudades europeas que están trabajando en estos diseños desde hace años".

Por su parte, la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, afirmaba el pasado mes de junio que este proyecto "es mucho más que una peatonalización, es la recuperación de un espacio que brindará nuevas oportunidades a sectores como la hostelería y el comercio. Esta plaza reforzará su condición de “puerta de entrada del turismo".

A la vez, tendrá conexión directa con la zona de expansión de Cádiz que supondrá la integración entre el muelle y ciudad.