2012

En los doce últimos años de gestión municipal, la inversión pública en la mejora de las plazas, calles, paseos y mobiliario urbano de la ciudad se cuantifica en varias decenas de millones de euros. Un recorrido por la ciudad, sin embargo, no permite constatar tal esfuerzo económico: las pintadas llenan cualquier espacio libre, el acerado recientemente arreglado está parcialmente levantado en muchos tramos, y hay jardines secos o cubiertos de excrementos caninos, por poner algunos ejemplos de este peculiar desgarro de una ciudad que en apenas cuatro años quiere ofrecer al visitante una imagen idílica para celebrar el Bicentenario de la Constitución de 1812.

Desde el Ayuntamiento se reconoce que no hay medios suficientes para conseguir un adecuado mantenimiento de lo ya realizado. Aunque la concejalía correspondiente dispone de varias brigadas, éstas no dan abastos: sólo en pintadas se calculan que hay más de 10.000, y que éstas van en aumento. "No hay personal preparado para esta labor", se afirma desde el equipo de gobierno.

El paseo perimetral del casco antiguo, en la trasera de la Cárcel Real, es uno de los ejemplos más claro de este estado de abandono ciudadano. Aunque se ha denunciado de forma repetida, jardines, balaustrada y acerado ofrecen una imagen de total estado de dejación municipal, a lo que se le ha unido una proliferación de pintadas que ya no se limitan a ocupar los muros de la peña La Perla de Cádiz o el blanco de la balaustra, desde hace unas semanas llenan también los históricos muros de la Cárcel Real, una vez ha dejado de funcionar como edificio de Justicia, junto a papeleras y otros mobiliarios urbanos total o parcialmente destrozados.

El estado de toda esta zona contrasta con el interés del Ayuntamiento por recuperar todo el recinto amurallado de la ciudad, especialmente la muralla de Puerta Tierra y el baluarte de San Roque, donde ya está trabajando una escuela taller.