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Análisis

El desarrollo de Cádiz: ¿Qué hacemos con este edificio?

El edificio de la Ciudad de la Justicia en el proyecto fallido de San Severiano.

El edificio de la Ciudad de la Justicia en el proyecto fallido de San Severiano. / D.C.

Cuando el Ayuntamiento de Teófila Martínez comenzó la batalla para conseguir el soterramiento de la vía del tren a su paso por la ciudad, la oficina técnica de Urbanismo elaboró un proyecto con el que defender esta operación en Madrid.

El plan, como es sabido, se aprobó con gran rapidez una vez llegó a la Moncloa José María Aznar. El documento municipal, con leves retoques, se convirtió en la base para el proyecto definitivo. En aquel momento, recuerdan quienes estuvieron en esta negociación entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento, desde San Juan de Dios “optamos por iniciar el túnel en la glorieta de la Zona Franca. No queríamos disparar los costes y que nos dijesen al final que ‘no’ a la operación”.

Así se hizo, y con el tiempo se ha constatado que el túnel debería de haber llegado hasta el mismo límite de entrada a la ciudad. Hubiera costado más, sí, pero hoy existiría una conexión directa del polígono exterior de la Zona Franca con el resto de la trama urbana, facilitando la reorganización de este medio millón de metros cuadrados, pendiente desde hace décadas.

Cuando se pinta una ciudad, y más una como Cádiz de espacio tan reducido donde lo que se hace al final son operaciones de microcirugía urbana, es esencial tener claro qué se quiere hacer, cuáles son las necesidades de la ciudad, si existe financiación para ello y si se cuenta con un plan de futuro para lo que se plantea.

En los últimos años, diversas administraciones han ido poniendo sobre la mesa proyectos urbanos de gran envergadura y de evidente relevancia para la ciudad. Operaciones de elevada inversión que al final no han salido adelante por las broncas entre administraciones y por la falta de financiación.

Ahora que parece que se quiere recuperar buena parte de estos proyectos, que hay dinero para ello y que las instituciones implicadas han asumido que olvidarse de ellas les resta votos entre los ciudadanos, tal vez sería el momento de dar una última pensada y ver si lo previsto es lo que se necesita.

El antiguo Rosario

El último ejemplo ha sido el uso que Diputación le quiere dar al antiguo IES del Rosario. En un primer momento se planteó un Centro de Arte Contemporáneo (en estrecha competencia con el ya gestionado por el Ayuntamiento), después se modificó por un complejo de oficinas y ahora se habla de buscar otro uso, pendiente de definir por la institución provincial y el Ayuntamiento.

De mayor relevancia es la actuación en los Depósitos de Tabacos. El plan para este histórico complejo industrial ya es más que conocido. Aquí la Junta trabaja en la instalación de la Ciudad de la Justicia, aprovechando varios edificios cedidos por la ciudad, entre ellas dos de las grandes naves históricas.

Desde 2017 se habla de este proyecto en esta ubicación. El coste ha ido crecimiento hasta ser similar a la inversión que se había previsto inicialmente para la Ciudad de la Justicia en San Severiano.

Teniendo en cuenta que la Junta tiene que cerrar el diseño del complejo y que deja para el 2025 el inicio de las obras, puede ser la oportunidad de reflexionar si, para la ciudad, no sería más interesante volver a utilizar San Severiano para ubicar la sede judicial.

La potencia de los Depósitos de Tabaco

No debemos obviar el valor de ciudad que tienen los Depósitos de Tabaco. Es un complejo con un alto valor histórico y arquitectónico, extenso en superficie y con una amplia zona ajardinada. Con la cesión de suelo a la Junta, el espacio ciudadano se reduce a la mitad de todo el conjunto. ¿Es lógico?

Basta mirar actuaciones realizadas en otras ciudades (Matadero, en Madrid; o las atarazanas en Barcelona y Sevilla. Y la utilización de antiguos espacios industriales en capitales del norte de Europa con gran éxito ciudadano), para constatar lo que nos podemos perder ubicando allí un centro administrativo.

El espacio que se pierde para la celebración de eventos, para el uso de las naves para el rodaje de series, para la organización de talleres y jornadas nacionales e internacionales, es algo que no nos podemos permitir como ciudad. Y más, cuando la Junta tiene el solar original de San Severiano para ubicar allí, como en principio se pensó, la Ciudad de la Justicia.

Otro proyecto: la conversión del antiguo Valcárcel en la Facultad de Ciencias de la Educación. Uno de estos proyectos sobre los que llevamos años de anuncios y compromisos incumplidos. Y todo porque se dejó perder la oportunidad de convertirlo en el primer hotel de 5 estrellas de la ciudad.

Un hotel en Valcárcel

Proyecto para este uso ya existe, firmado por Rafael Moneo. La salida del mismo de Zaragoza Urbana, la promotora original, tras años de disputas entre las administraciones, no debería de haber sido óbice para buscar a otra empresa hotelera. En estos años ha aumentado el interés de muchas cadenas por abrir en Cádiz. Y Valcárcel era, y es, un tesoro de la ciudad.

En este caso, tal vez sea tarde para replantearse esta actuación (que incluye convertir parte del Campo de las Balas en unas pistas deportivas: un balcón al mar de la ciudad que se desaprovechará), cuando hay edificios sin uso como la antigua Escuela Náutica y la sede de Ingeniería, pero puede que sea una de esas oportunidades perdidas para una ciudad mejor planificada.

En cola para ver qué se hace está el eterno castillo de San Sebastián y el mismo frente de la Puerta de Tierra.

En todos estos casos debería de jugar a ganar la ambición como ciudad. Si se logró el soterramiento cualquier plan debería de ser posible.

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