Los cuatro policías imputados por la muerte de un hombre en el barrio de Santa María durante la pasada Semana Santa declararon ayer en el Juzgado de Instrucción número 1 de Cádiz que su intervención el día de los hechos "fue una cuestión de vida o muerte".

Según las fuentes judiciales consultadas, los agentes ofrecieron idéntica versión de lo ocurrido ante la jueza que instruye el caso, aludiendo siempre a la legítima defensa. Así, todos coincidieron en apuntar que la víctima, Juan Antonio Martínez González, apareció con un destornillador en la mano y se abalanzó sobre uno de ellos. Manifestaron igualmente que entre los cuatro no podían con él, por lo que tuvieron que reducirlo empleando la fuerza. "Fue una cuestión de vida o muerte", subrayaron.

Los policías explicaron que fue durante la maniobra de reducción cuando el supuesto agresor dejó de respirar y falleció, al parecer, por un fallo cardiaco.

En ningún momento los agentes implicados reconocieron haber golpeado al detenido en la cabeza. La única explicación que dieron a que Juan Antonio Martínez presentase una contusión en esa parte del cuerpo es que, quizás, se hubiese chocado con el pasamanos de la iglesia de Santa María.

Esta causa llegó a los juzgados a partir de la denuncia que los familiares del fallecido interpusieron contra los agentes que llevaron a cabo la detención tras conocer el informe de la autopsia, donde se especifica que la causa de la muerte de Juan Antonio Martínez fue un golpe en la cabeza, concretamente, "un mecanismo funcional que tiene su origen en un trauma craneoencefálico cerrado". El dictamen forense contabiliza además 32 lesiones repartidas por el cuerpo, cuatro de ellas en la cabeza.

El día de los hechos, la víctima, de 50 años y natural de Albacete, sufrió un brote psicótico causado por un trastorno bipolar que arrastraba. Hacía tiempo que había dejado de tomar la medicación y, según se desprende del examen toxicológico de sus cabellos, había consumido bastante hachís, pero no otro tipo de sustancias: ni alcohol en ingestas excesivas ni nada de cocaína.