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Entrevista con Rosario García, nueva presidenta de Cruz Roja en Andalucía

“En cualquier emergencia, pones la tele y ves un chaleco de Cruz Roja”

Rosario García, en la azotea del edificio de la sede de Cruz Roja en Cádiz.

Rosario García, en la azotea del edificio de la sede de Cruz Roja en Cádiz. / Ramón Luis Núñez (Cádiz)

–¿Este nombramiento ha sido realmente una sorpresa para usted?

-Realmente una sorpresa no. Yo era vicepresidenta autonómica de Cruz Roja en Andalucía. Lo que sí ha sido una sorpresa es que nuestra presidenta autonómica, María del Mar Pageo, haya sido nombrada presidenta a nivel nacional. Para nosotros en un orgullo porque en los 156 años de la institución sólo hemos tenido una mujer presidenta que estuvo muy poco tiempo. Elegida por el comité y de manera unánime, la primera ha sido María del Mar Pageo.

-¿La mujer ha pasado a tomar las riendas de Cruz Roja?

-Es cierto que Cruz Roja tiene una estrategia de género que se ha ido trabajando para la incorporación de la mujer en la gobernanza de los órganos de gobierno y ha dado sus frutos. Tanto que le hemos dado la vuelta a la situación. Al fin y al cabo Cruz Roja es una réplica de nuestra sociedad, y a pesar de que somos más voluntarias que voluntarios, en los órganos de gobierno la pirámide se va invirtiendo.

-¿Que siga habiendo más voluntarias que voluntarios es buena o mala señal? ¿Está aún la mujer más ociosa que el hombre como para dedicar su tiempo al voluntariado?

-Primero le diría que la mujer es más solidaria que el hombre. También le hablo de un porcentaje de a lo mejor de un 67% contra el 33%. Pero es verdad que somos más mujeres que hombres. De hecho en esta sede trabajamos más hombres que mujeres.

-Usted es sevillana pero... (no deja acabar la frase)

-Bueno. Soy sevillana porque en mi carnet lo dice así. Nacida en Sevilla pero yo estudié en el colegio San Martín, después en la Salle Viña, me casé con un gaditano… Yo me siento gaditana aunque es verdad que me gusta mucho Sevilla, su Semana Santa, la Feria, pero también me gustan los Carnavales. Y, eso sí, le digo que en Sevilla me pierdo y en Cádiz no. 

Uno de los muchos servicios prestados por Cruz Roja durante la pandemia Uno de los muchos servicios prestados por Cruz Roja durante la pandemia

Uno de los muchos servicios prestados por Cruz Roja durante la pandemia / Julio González (Cádiz)

-¿Es incompatible, por lo tanto, su nombramiento a nivel autonómico con el cargo provincial?

-Sí. Lo es. Ahora mismo hay una presidenta en Cádiz en funciones que es la vicepresidenta provincial. Nosotros ahora renovamos los órganos de gobierno. El proceso de elecciones en Cruz Roja es ascendente y el 11 de mayo tenemos el comité provincial de donde saldrá el presidente o presidenta del comité provincial. Son incompatibles. Ya es Mamen de Lara la personas que ha asumido las funciones de manera transitoria y la que será ratificada en unos días como nueva presidenta de Cruz Roja en la provincia de Cádiz.

-¿Qué méritos han llevado a Pageo a convertirse en presidenta a nivel nacional?

-El buen hacer en el territorio andaluz. Era la vicepresidenta nacional pero Andalucía, aparte de extensa, es compleja. Hemos tenido años muy complicados con llegada masiva de inmigrantes y en la costa de Cádiz no le cuento nada. La disposición geográfica de Andalucía la hace complicada y somos referente en muchísimas cuestiones.

"En cuestiones políticas, Cruz Roja no se mete. Somos files a nuestros principios de neutralidad e imparcialidad”

-¿Ya le noto que habla en tono andaluz?

-Es que le pongo pasión a todo lo que hago. Creo que Cádiz también ha sido una buena escuela.

-¿Cádiz es como una pequeña Andalucía a la que no falta casi de nada, por desgracia?

-Así es. La provincia de Cádiz es también muy compleja. Porque sólo por extensión es como dos provincias. Tenemos sólo en la provincia doce asambleas locales. Estoy motivada y, a la vez, me siento con mucha responsabilidad por la dimensión que tiene Cruz Roja en Andalucía.

-¿Y miedo? ¿O no conoce el significado de esa palabra?

-Bueno. Más que miedo, respeto. Pero le damos la vuelta a esa inquietud al ver el equipo de personas que me acompaña.

-¿Se siente bien arropada?

-Sí. Y es más, la propuesta de mi nombramiento ha salido directamente de la presidenta a nivel nacional pero del comité autonómico me avalan el cien por cien de los vocales. Y eso te impulsa y te da seguridad. Si puedo tener algún miedo, se me quita rápido viendo a las personas que tengo a mi alrededor, viendo el número de socios que en Andalucía son más de 150.000. Son más de 40.000 voluntarios. Empresas socias son muchísimas. Hay una masa social importante que te apoya…

"La subida de precios también nos afecta. Con lo que antes comprábamos tres cosas, ahora compramos dos”

-¿Se siente también arropada por el gaditano de la calle? ¿O el ciudadano sólo se acuerda de Cruz Roja cuando truena?

-Le diré que no. Hemos vivido situaciones complicadas desde que entré en 2015. Cádiz es muy solidaria y en estos cuatro años quién nos iba a decir que íbamos a vivir una pandemia, una guerra tan cerca, un volcán a tan pocos kilómetros… Y tú ves cómo responde Cruz Roja, como una gran institución. Ves que en cualquier tipo de emergencia a nivel nacional o internacional, pones la tele y ves un chaleco de Cruz Roja. A mí, eso me da seguridad.

-¿Le gusta pisar la calle o ser presidenta es encerrarse en un despacho?

-Me gusta trabajar sobre el terreno. Yo soy enfermera y yo he ido a hacer PCR a Crinavis. Cuando entré en 2018, antes de la pandemia, he ido a atender pateras… Y hay momentos que no olvidaré en la vida. Recuerdo ese principio de julio de 2018 cuando fuimos a Tarifa porque llegaron casi diez mil personas y siete chicos fallecidos. Fue muy duro. Y yo recuerdo que venía una mujer con un niño en brazos y sonreía. Y yo me preguntaba que cómo podía sonreír después de lo vivido y ella me contestó que para ellos llegar a Europa y ver nuestros chalecos rojos era emocionante. Eso te da energía y te lo compensa todo.

-¿Hay asuntos que la sociedad debe dar por perdidos como puede ser el hecho de que cada año tengamos que ver llegar pateras a nuestras costas sí o sí?

-Nosotros damos atención humanitaria. Hay ciclos o períodos. Ahora mismo, por ejemplo, aunque lleguen pateras todos los días, por suerte no es el mismo volumen que en 2018. También le digo que en cuestiones políticas Cruz Roja no se mete. Somos fieles a nuestros principios de neutralidad e imparcialidad. En ese sentido no hacemos análisis políticos sino que lo que vemos es a una persona vulnerable que necesita atención humanitaria.

-¿Y las instituciones también os arropan?

-Así es y tengo que agradecerlo. Cruz Roja no es una ONG al uso. Somos una institución auxiliar de los poderes públicos. Llegamos donde no llegan los poderes públicos. Por ejemplo, llegó la pandemia y montamos el centro de Elcano pero necesitábamos mantas, camas y faltó poco para recibir la llamada del alcalde de Cádiz preguntándome que qué necesitaba que aquí estamos. O la Junta de Andalucía con las tarjetas monedero. Ven que ellos no lo puede canalizar y fueron más de 24 millones de euros a nivel andaluz en tarjetas monederos para la población que lo estaba pasando mal.

"Nos gusta ver que el voluntariado, colaborador, vea siempre el impacto que genera su ayuda”

-¿Y hay colores políticos más solidarios unos que otros?

-No. En ese sentido le puedo decir que la confianza es plena en todas las administraciones tanto públicas como privadas.

-¿La calle es agradecida o siente que es una obligación que se les ayude?

-No somos una institución asistencialistas. Un ejemplo: una persona viene porque le cortan la luz y vienen a que le paguemos el recibo. A esa persona lo que hacemos es una valoración integral. Hacemos un diagnóstico sobre por qué esa persona está en esa situación. Y a lo mejor vemos que a los hijos de esa persona hay que darles un apoyo a nivel escolar, o que a esa persona hay que derivarla a nuestro plan de empleo o a lo mejor al entorno familiar hay que darle un curso de economía doméstica… Ese tipo de cuestiones.

-¿Y cómo reacciona una persona que llega aquí para que le pague una factura y vosotros le decís que haga un curso?

-No, no. Esa factura se le paga. Pero firmamos una especie de compromiso porque lo que no queremos generar es un clientelismo. Aquí lo interesante es ver la situación que vive esa persona y dotarle de unos pilares sostenibles para que pueda salir de esa situación de vulnerabilidad. Por eso ese abordaje y, a lo mejor, lo primero que tenemos que hacer es darle apoyo psicológico porque llega aquí hundida.

-¿Y son agradecidos?

-Por regla general la gente es agradecida. Y tenemos muchos casos de personas voluntarias que primero han sido usuarios. Es, en muchas ocasiones, la forma de devolver esa ayuda que alguna vez Cruz Roja le dio.

-Sube la hipoteca, la luz, la comida… ¿Se siguen generando aún perfiles nuevos de personas que, tal vez, pensaban que nunca iban a tener que acudir a vosotros?

-La realidad es que antes parecía que tener un trabajo era suficiente pero con los precios de la cesta de la compra, el tema de suministros hay muchas familias que con un trabajo no es suficiente y les resulta complicado. De ahí que sigamos viendo perfiles nuevos. La subida de precios también le recuerdo que nos afecta a nosotros también de manera directa porque con lo que antes comprábamos tres, ahora compramos dos.

-¿Hay gente sigue sin confiar en entidades como Cruz Roja?

-Para nosotros ha sido siempre un compromiso la trazabilidad, la rendición de cuentas y la transparencia. Es fundamental. No lo veo de otra manera. Inevitablemente te salpica cuando salen noticias sobre otras entidades pero tenemos órganos de gobierno que velan por esa garantía.

-¿Y salen ovejas negras de vez en cuando?

-Afortunadamente no. Pero ya le digo que para esto es fundamental que todo el mundo asuma que cuando nos ponemos un chaleco rojo yo dejo de ser Rosario, sino que yo ahora soy la presidenta autonómica de Cruz Roja y debo seguir a rajatabla los ejes fundamentales de la institución. El principio de voluntariado, neutralidad, universalidad, independencia… Y nos gusta ver que el voluntariado, el colaborador, vea siempre el impacto que está generando su ayuda. Vemos los datos de reinserción laboral en la memoria y son brutales. Tengo los datos de 2021 y en plena pandemia conseguimos que cerca de 600 personas en la provincia de Cádiz consiguieron trabajo y eso me llena de orgullo… Y eso hay que contarlo.

-¿Pero esos trabajos perduran en el tiempo?

-El empleo lo abordamos por distintas vías. Por un lado están las personas que no tienen empleo, personas sin cualificación o personas mayores que han perdido su trabajo y se ven forzados a reinventarse, mujeres víctimas de violencia de género, mujeres que se incorporan ahora al mercado laboral, personas sin hogar… Son distintos perfiles y no se pueden abordar a todos bajo la misma perspectiva. Trabajamos en esa línea y luego trabajamos con las empresas de Cádiz. Vamos a las empresas a preguntarles que qué necesitan. Desde un taller de manicura permanente hasta un taller se sushi o un taller de hostelería. Escuchamos los empresarios y tratamos de darles herramientas.

-¿La picaresca aún existe? ¿Os encontráis con muchos casos de personas que os piden ayuda y luego están en la playa tiradas tomando cerveza y fumando Winston?

-Nosotros siempre hacemos una valoración. A la hora de gestionar cualquier ayuda, muchas veces viene derivados de los Servicios Sociales de los ayuntamientos. Y al margen, nosotros aquí también les hacemos una valoración. ¿Que se te cuela alguno? Puede. Pero intentamos poner todos los filtros posibles. También le digo que nuestras bases de datos están plenamente interconectadas, por ejemplo, con la Junta de Andalucía para el tema de las tarjetas monedero. Tratamos de comprobar a qué a ido a parar cada céntimo que damos.

-¿Deja en Cádiz muchos asuntos pendientes?

-Todavía las cifras del plan de empleo no son suficientes.

-Entiendo que nunca serán suficientes, ¿no?

-En la provincia de Cádiz, más todavía. Tenemos también ahí pendiente un proyecto con las personas mayores. No tenemos que olvidarlos. Es una realidad que la pirámide poblacional se está invirtiendo y creo que la soledad y las personas mayores, si me dices una espinita, creo que me quedo con ésta. Pero también le digo que se ha empezado una línea a la que se le va a dar continuidad y tenemos que dar respuesta a las personas mayores.

¿Cree que la soledad también tiene solución?

-Se puede paliar la soledad de muchísimas maneras. Nosotros tenemos un servicios de atención telefónica que no se puede usted imaginar lo que agradecen estas personas mayores una llamada de teléfono felicitándoles el día de su santo, el de su cumpleaños. Tenemos una ficha en la que tenemos apuntadas sus citas médicas y las llamamos para recordárselas: “Oye, Paquita, tienes esta cita, ¿quieres que te acompañemos?”. Son cuestiones que son difíciles de abordar pero fíjese qué detalle más tonto esa llamada y el impacto que tiene. Pues desde eso a otros proyectos que tenemos en mente como la soledad por las noches de estas personas. Necesitamos también que las administraciones confíen en nosotros, la local, por ejemplo, cuando hay urgencia de tipo social por la noche… Ahí Cruz Roja da un paso adelante y necesitamos que la administración vaya con nosotros de la mano.

-¿Se lleva a Andalucía muchos proyectos?

-Sí, muchos. Son tiempos complicados en los que hay mucha incertidumbre. Ahora me toca recorrer el territorio y pisar el terreno. Mira, de las pocas cosas que no tenemos en Cádiz son los asentamientos. Me refiero a asentamientos de magrebíes o de sudafricanos que van a trabajar al campo y son asentamientos que se forman de manera espontánea. En Huelva, por ejemplo, los temporeros que trabajan en el campo y, a veces, forman extensiones impresionantes. Es lo primero que visitaré, los asentamientos porque si uno no los ve no sabe de lo que está hablando.

-¿Por lo tanto le quedan aún por pasar muchos malos ratos?

-Sin duda.

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