El desplante del crucero Arvia por miedo al conflicto del metal le costó a Cádiz casi un cuarto de millón de euros
El buque de la naviera P&O, filial de Carnival, decidió saltarse su escala en el puerto gaditano para no poner en peligro a sus 5.664 pasajeros
El crucero optó por cambiar Cádiz por Gibraltar, algo que no disgustó mucho ni al puerto gibraltareño ni a parte de su pasaje, eminentemente de origen británico
Un crucero suspende su escala en Cádiz por miedo a los incidentes con los trabajadores del sector del metal
El miércoles pasado anunciaba la delegación de Turismo del Ayuntamiento de Cádiz que al día siguiente iban a atracar en Cádiz dos buques de turistas: el MSC Música y el Arvia.
Pero el Arvia, de la naviera P&O Cruises, filial de Carnival Corporation & plc decidió a pocas millas de llegar a Cádiz que a la vista de que las protestas que se vivían en la capital gaditana se están recrudeciendo y que la situación estaba tensándose ya tanto que había que tomar una decisión para no poner en peligro la integridad de los 5.664 pasajeros y pasajeras que este crucero de la clase Excellence.
La decisión no digustó demasiado a los cientos de británicos que conformaban parte del pasaje de Arvia, ya que la naviera P&O comunicaba en sus diarios de a bordo que la compañía había tomado la decisión de saltarse el atraque en Cádiz y que optaron por cambiar la capital gaditana por Gibraltar, con lo que eso conlleva para ellos en cuanto a idioma, en cuanto a la posibilidad que les permite jugar en el casino incluso estando atracado el buque, algo que Europa no permite. Y, a la vez, la propia naviera podría aprovechar y surtirse de combustible a un precio menor que si lo hace en cualquier otro punto de la geografía porutaria española.
Con un tonelaje bruto de aproximadamente 184.700 toneladas, el Arvia, construido hace tres años en el astillero alemán Meyer Werft, es el barco más grande que se ha puesto en servicio para el mercado de cruceros británico. Fue botado el 27 de agosto de 2022. La capacidad operativa normal del Arvia es de 5.200 pasajeros aunque su capacidad máxima si se utilizan las literas 3 y 4 es de 6.264 pasajeros.
En esta ocasión fueron, según adelantó la delegación de Turismo del Ayuntamiento gaditano, 5.664 las personas que viajaban a bordo del Arvia. De ahí que utilizando los cálculos que obran en manos tanto de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz como de la Universidad de Cádiz, la ciudad se quedó sin el desembolso que conlleva la visita de un número tran grande de cruceristas.
Según los estudios que obran en poder tanto de la APBC como de la UCA, cada crucerista que llega a un puerto de escala (en un puerto base las cifras son mucho mayores) se gasta una media de 42 euros por persona durante su estancia en la ciudad. Siendo los recuerdos y, en muchos casos, los zapatos los artículos que suelen llevarse más de la ciudad.
Pero finalmente esos cientos y cientos de británicos que venían en el Arvia se quedaron sin su cervecita en la plaza de San Juan de Dios o sin probar los chicharrones del Manteca. Ellos salieron perdiendo, pero la peor parte se la llevó Cádiz y sus comerciantes que vieron que cuando el Arvia pasó de largo se les escapó en torno a un cuarto de millón de euros que podrían haberse quedado en Cádiz.
Finalmente se quedó en Gibraltar y desde allí se fue directamente a Lisboa dejando a Cádiz en el horizonte.
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