Pronto, a mediados de septiembre, se cumplirá un año de la llegada al convento e iglesia de San Francisco del Instituto Id de Cristo Redentor Misioneras y Misioneros Identes, que se hizo cargo cuando los franciscanos se marcharon por falta de vocaciones después de 456 años en la ciudad. El sacerdote Manuel Vázquez fue el elegido por el Instituto como rector y se vino a Cádiz desde Bolonia (Italia) para gestionar tan histórico templo. Y en este año, las dificultades han sido máximas y la antigüedad del inmueble, principalmente la iglesia, ha dado la cara y ha revelado la dificultad que conlleva conservar un legado con más de cuatro siglos y medio de vida.

En plena Cuaresma de este 2023 se desprendió el remate del marco de una pintura de Sixto IV (aunque puede leerse IIII) en el cimborrio de la iglesia. Cayó de madrugada al prebisterio, la zona del altar mayor, y desde entonces se encuentra inhabilitada, ubicándose ahora el altar a pie de los bancos donde se sientan los fieles. Cuenta Manuel Vázquez que esta semana ha estado allí, a petición del Ayuntamiento de Cádiz, la empresa Gares Restauraciones para realizar una intervención de urgencia. A la espera del informe, en principio todo parece indicar que no habrá problemas para la vuelta a la normalidad.

“Hay mucho que hacer en temas de conservación y se necesita un mantenimiento constante”, asume Manuel Vázquez. Pero para eso se necesitan fondos y eso es lo que precisamente no tienen los misioneros identes, actuales gestores de convento e iglesia. “Económicamente los únicos ingresos son las bodas y el alquiler para caterings del patio del convento. Desde que ocurrió lo de altar se han cancelado las bodas”, lamenta el sacerdote.

San Francisco no está declarado BIC (Bien de Interés Cultural). De serlo, la Junta de Andalucía podría intervenir en más acciones y efectuar arreglos. “Es una de las cuestiones que queremos tratar en el convenio pendiente de firmar con los franciscanos para la cesión temporal del convento: la posibilidad de que se puede solicitar esta catalogación”, expone Vázquez. En ese mismo convenio deberán aclararse varias cuestiones que competen al funcionamiento de San Francisco incluidas las organizaciones seglares, y franciscanas, que allí radican. “No podemos ocuparnos de todo”, admite Vázquez.

“He visto el enorme amor que tiene Cádiz hacia este templo. Nuestra esperanza es formar un asociación de amigos de San Francisco que puedan ayudar a sufragar los gastos”, indica con deseo.

Y es que Manuel Vázquez cuando arribó a Cádiz se enamoró de San Francisco. “Llegué aquí el 15 de septiembre del año pasado directamente desde Bolonia (Italia). Enseguida comprobé que el gaditano es una persona excelente. Cuando llegué me estrené con una ciática y me ayudaron muchas personas en pocos días”, destaca señalando a Emilio Bienvenido, hermano mayor de la Vera-Cruz, una de las tres cofradías con sede canónica en San Francisco, que asiste al encuentro de Vázquez con la prensa.

“Vinimos para que no cerrara este convento y su iglesia, de las más bonitas que he visto nunca. Como misioneros identes estamos siempre al servicio del Instituto para ir donde nos necesiten. Estamos en 30 naciones y en todos los continentes salvo Oceanía”, asegura. El Instituto que fundó Fernando Rielo Pardal en 1959 en Santa Cruz de Tenerife tiene una relación especial con la universidad. “Quisiéramos acercarnos de alguna manera a la Universidad gaditana”, reconoce Vázquez.

“Si estamos aquí es para ayudar a los gaditanos en todos los sentidos, principalmente cultural y espiritualmente”, apunta. Con las tres cofradías de San Francisco (Vera-Cruz, Amor y Caído) dice haber conectado: “Las hermandades son columnas de la fe. Sin ellas las iglesias estarían vacías”. A lo que Bievenido añade “la buena relación de colaboración y cercanía” de las tres corporaciones nazarenas con el rector del convento.

Pronto, la comunidad de misioneros identes crecerá, lo que fortalecerá su presencia en San Francisco. Ahora son dos los sacerdotes que viven en el convento pero al final de la próxima semana serán dos más, procedentes de dos parroquias puertorrealeñas: Santa María Auxiliadora y Buen Pastor. Allí, el obispado gaditano ya ha nombrado a sus sucesores. Manuel Vázquez espera llegar a un número de cinco también en breve.