La pericia del conductor de un autobús de Damas evita un grave accidente en la Cuesta de las Calesas de Cádiz

El chófer del bus logró frenar el vehículo y echarlo a un lado hasta chocar contra la valla protectora del carril bici antes de sufrir un desvanecimiento

El autocar procedía de Chipiona y estaba completo y con muchos estudiantes y personas mayores a bordo que tuvieron que ser desalojadas tras el incidente

Así fue el accidente mortal del autobús en Cádiz

La pericia del conductor de un autobús de Damas evita un grave accidente en la Cuesta de las Calesas de Cádiz

Han pasado ochos meses desde aquel accidente que dejó congelados a todos los gaditanos. Cuatro personas murieron tras ser atropelladas por un autobús que perdió el control tras perder los frenos en la bajada del segundo puente, en la intersercción con la Avenida de Las Cortes de Cádiz.

La enorme pendiente del viaducto de acceso a Cádiz provocó que el autobús circulara a gran velocidad y sin control, provocándose este trágico suceso. En su recorrido, el vehículo se llevó por delante un semáforo, señales de tráfico, dos palmeras y varias farolas tras superar la mediana e invadir la acera en el momento en el que varios peatones andaban por ella.

A muchos de los gaditanos que transitaban en la mañana de este viernes por la Cuesta de Las Calesas les vino a la memoria ese triste suceso que dejó conmocionado a toda la provincia en un suceso cuya noticia trascendió mucho más allá de las fronteras de España.

La posición en la que quedó el bus complicó el desalojo del mismo tras el incidente
La posición en la que quedó el bus complicó el desalojo del mismo tras el incidente / Joaquín Benítez

En esta ocasión hay que salvar, por fortuna, las distancias. El chófer de un autobús de la empresa Damas sufría un desvanecimiento mientras conducía en bajada en dirección al centro de la ciudad. Pero su sangre fría y su pericia como conductor hizo que todo quedara en casi nada, en casi en una anécdota que, de no ser por su habilidad al volante y su entereza para controlar el autobús a pesar de sufrir el mareo y el posterior desvanecimiento.

Imagen del autobús en el momento en el que Guardia Civil y Policía Local entraron a ayudar al conductor y los pasajeros
Imagen del autobús en el momento en el que Guardia Civil y Policía Local entraron a ayudar al conductor y los pasajeros / Joaquín Benítez

El chófer, al parecer, según varios pasajeros que iban en el interior del autobús, empezó a sentirse mal y a marearse e incluso fue capaz de prever un posible desvanecimiento. Según estas mismas fuentes, el conductor logró aminorar la velocidad del vehículo hasta frenarlo aunque para ello tuviera que arrimarse a barandilla de protección del carril bici que cruza ya la ciudad de cabo a rabo y que, precisamente, en la Cuesta de las Calesas acumula mucho tránsito de patinetes y bicicletas e incluso de personas con movilidad reducida que usan este carril para ir con sus sillas de ruedas.

Pero bien está lo que bien acaba y finalmente la pericia de este chófer evitó lo peor, ya que el autobús podría haber tirado la valla y haberse llevado por delante tanto a los vehículos que circulaban por el carril bici como a las numerosas personas que transitaban por la Cuesta de las Calesas a las doce de la mañana que fue la hora en la que tuvo lugar el incidente.

A eso se le añade que a pocos metros del lugar donde logró frenarse el autobús hay una parada de autocares que en el momento del suceso estaba también cargada de público y, a pocos metros, un paso de peatones controlado por un semáforo en el que había más de una decena de personas esperando para pasar al otro lado de la gaditana Cuesta de las Calesas.

Destacar la rápida actuación por parte de dos guardias civiles que llegaron corriendo desde la entrada del puerto de Cádiz de la Plaza de Sevilla que asistieron al conductor transmitiéndole tranquilidad y fueron ellos los que coordinaron el desalojo del autobús de Damas que venía de Chipiona y que tenía como destino la estación de autobuses de Cádiz ubicada en la Carretera Industrial. Minutos después llegaron dos motoristas de la Policía Local que ayudaron a controlar el tráfico para aminorar la caravana que se formó a causa del accidente.

Ya casi como anécdota, hay que destacar que el desalojo del vehículo resultó complicado aunque nada peligroso, ya que el autobús quedó totalmente pegado a la valla protectora del carril bici, lo que imposibilitaba que la gente pudiera salir del mismo. Muchos de los jóvenes procedían de la Universidad y fueron los que, dada su juventud y pericia, tuvieron menos problemas para saltar la valla. No fue tan fácil para personas de más edad que sí tuvieron que ser ayudadas para traspasar la citada valla de protección, aunque a pesar de todo, lo principal es que este suceso que pudo haberse convertido en tragedia quedó en una mera anécdota para todos.

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