Hay una parte de la Avenida que está echando un pulso a las calles más céntricas del casco antiguo que, hasta ahora, siempre se habían tenido como la zona comercial más activa de la ciudad.

Los soportales, el tramo de la Avenida de Ana de Viya que primero se urbanizó a mediados del pasado siglo, está demostrando un evidente dinamismo en lo que a oferta comercial se refiere. A día de hoy, entre la parroquia de San José y las inmediaciones del Hospital Puerta del Mar, no se dispone de ningún local cerrado hasta el punto que en las últimas semanas han abierto nuevas tiendas e incluso este lunes se anuncia la apertura de la agencia inmobiliaria, lo que de por sí ya es noticia pues este era un sector que venía acumulando cierre tras cierre desde el inicio de la crisis y el abrupto final del boom de la venta de pisos.

Es cierto que los soportales también han vivido los malos tiempos y que en este medio kilómetro de distancia entre un extremo y otro se ha llegado a acumular varios locales cerrados, mientras que otros también echaban la baraja con apenas unos meses de existencia.

Los más veteranos de esta vía aún aguantan tras la recesión. Uno de ellos es la droguería Corona, convertido ya en uno de los establecimientos más antiguos de los que permanecen en funcionamiento en Puerta Tierra. Su propietario hace una radiografía bastante precisa de la zona. Los 47 años que lleva trabajado en los soportales lo avalan. "Desde el año 2000 ha ido en declive. En este tiempo han cerrado muchos comercios, y los nuevos, en muchos casos, no duran más de un par de meses", explica. Él mismo reconoce las dificultades que soporta el pequeño comercio local: "hace tres años que podía haber cerrado, pero estoy aguantando", confiesa.

Hay que tener en cuenta en que esta vía abrieron con escaso intervalo de tiempo hasta tres grandes cadenas de perfumerías, dura competencia del comercio tradicional.

Su interpretación es compartida por otro de los históricos del lugar: Calzados San José. Su gerente confirma la tendencia: "están cerrando todos pronto. No duran". Su sector es sin duda el más prolífico de los alrededores. Se pueden contar hasta seis zapaterías, sin considerar el resto de comercios de moda. Una competencia a la que Calzados San José lleva haciendo frente desde el año 74. Aunque no sin dificultades. "La pequeña y mediana empresa no puede competir en igualdad de condiciones. Las grandes firmas pueden compensar las pérdidas de un centro con los beneficios de otros." En las últimas semanas han abierto o renovado varias zapaterías en este corto espacio urbano, hasta en punto de ser un referente del sector, como hace cinco décadas lo fue la calle Columela.

El sector de la hostelería también está teniendo su particular auge bajo el paraguas de los soportales. La histórica La Pasiega, con más de setenta años a sus espaldas y que en su tiempo fue también hostal, ha sabido renovarse tras un cambio en su gerencia con una carta variada y muy gaditana y con la venta, a determinadas horas del día, de churros. Hace apenas unos días se le ha unido una pequeña taberna que está logrando una clientela muy fiel, completando la oferta ya existente en otros locales de la zona. La oferta gastronómica se completa con la cafetería Granier, abierta en uno de los extremos de los soportales y que anuncia la apertura de su segunda tienda, integrada en una cadena nacional, en plena plaza de las Flores.

Sin faltar la siempre omnipresente tienda asiática, los soportales refuerzan su oferta competitiva con el casco histórico con estancos, farmacias, varias administraciones de lotería, una colchonería, una valiente papelería de reciente apertura, tiendas de moda (una de reciente inauguración y que cuenta también con un local en plena calle Ancha y otra que anuncia su pronta apertura), un supermercado, un local de belleza, varios de regalos e incluso una sala de juegos ..., a los que pronto se les unirá una nueva carnicería especializada, afirma, en carne de retinto. Y si se necesita una entidad bancaria, basta cruzar la Avenida. Que los precios de los alquileres de los locales se mantengan con cierta estabilidad, sin apenas incrementos, ayuda a que se mantengan un nivel de ocupación que ya quisieran otras zonas de la ciudad y más cuando están contadas en número de franquicias que se han instalado en la zona.