El comodín de la llamada

Quienes conocían los problemas para agilizar las obras del nuevo hospital de Cádiz afirman que una orden de la presidencia de la Junta hubiera desbloqueado el proyecto

Así será, alguna vez, el futuro Hospital Regional de Cádiz.
Así será, alguna vez, el futuro Hospital Regional de Cádiz.
José Antonio Hidalgo / Cádiz

26 de agosto 2012 - 01:00

"Lo que falló fue el impulso político. Faltó que quien podía levantar el teléfono y mediante una simple llamada dar la orden oportuna de agilizar el proyecto, lo hiciese". Quien debía haber levantado el teléfono, y no lo hizo, era el presidente de turno de la Junta de Andalucía y el proyecto que debía de impulsarse era la construcción en Cádiz de un hospital de referencia regional.

Un centro médico excepcional, con una elevada inversión pública (más de 250 millones de euros), y con el apoyo de todas las administraciones y partidos con gobierno en Cádiz y la provincia. Era la gran apuesta que se puso sobre la mesa en 2005 con el objetivo de construirlo, en terrenos de la antigua CASA en Loreto-Puntales, en poco más de cuatro años que, siete años más tarde, apenas sí cuenta con un solar baldío y muchas dudas sobre el futuro del propio equipamiento.

Pendiente de que la Junta, y más la Consejería de Salud, aclare qué va a pasar con el proyecto del Hospital Regional de Cádiz y de cómo le va a afectar los drásticos recortes en materia de inversiones impuestos en todas las administraciones, Diario de Cádiz saca a la luz algunos de los capítulos que han conformado una historia de negociaciones, discusiones, enfados y olvidos que han protagonizado esta historia incompleta.

"Era una oportunidad única, pero a la vez era un proyecto muy novedoso, muy imaginativo que empezaba con el propio concepto burocrático de su desarrollo, lejano a la lentitud habitual de la administración", recuerdan las fuentes consultadas, cercanas a la negociación en todo este periodo. Que desde un principio se implicase la Zona Franca, como gestor de todo el proyecto, suponía una clara ruptura de los moldes anteriores. Ya no eran los políticos y los técnicos de la administración, fuese la central o la autonómica, los que iban a controlar directamente el proyecto. Iban a ser los técnicos del Consorcio, con una visión más 'privada' de la gestión diaria, los que tenían la misión de sacar adelante este ambicioso plan. Ahorro de tiempo y de dinero, justificaba esta decisión. Y todo ello fue complicado de entender para muchos. Directivos del SAS aseguraban que un centro sanitario como el que se quería para Cádiz suponía un periodo de obra de siete u ocho años, demasiado para los deseos de los socialistas gaditanos.

Por si fuera poco, la Seguridad Social, propietaria del hospital Puerta del Mar, también dejó ver su malestar sobre cómo se quería desarrollar la operación, y aunque en las fotos todos salieron sonrientes se asegura que desde la Tesorería General se criticó cómo se estaba trabajando y la poca información que sobre el plan habían recibido en un primer momento.

A pesar de la presencia de la Zona Franca, las dificultades que se ponían desde determinados departamentos de la Junta y de la Seguridad Social, y las nacidas de la propia burocracia, comenzaron a ralentizar toda la operación. Era en aquel momento cuando, dicen los conocedores del proceso, "debería de haberse producido el impulso político", la llamada telefónica y la orden de ponerse todos firmes y a trabajar en un mismo sentido. Sí se reconoce que tanto Manuel Chaves como José Antonio Griñán, más el primero que el segundo, apostaron desde un principio por el nuevo hospital, pero también se asume que en algún momento dejaron a un lado el proyecto sin prestarle la atención necesaria. "Si se hubiera actuado en este sentido, las obras del hospital se hubieran iniciado antes de que la crisis inmobiliaria y financiera hubiera trastocado todo".

Hoy se tiene claro que la situación económica ha cambiado de forma radical. El dinero que se quería obtener por la venta del solar del Puerta del Mar, con el que se iba a financiar buena parte de la operación, se ha diluido en gran parte por la crisis inmobiliaria. La presencia de la Zona Franca ha quedado igualmente diluida desde la última etapa de gobierno del PSOE provocando incluso conflictos soterrados entre la Consejería de Salud y el mismo Consorcio. Hoy, curiosamente, es la ZF la institución que más insiste en reactivar este proyecto, ante el silencio de la administración regional y las acusaciones, surgidas desde las filas socialistas gaditanas, del "desinterés de la consejera María Jesús Montero" por este proyecto. En este sentido, otras fuentes del PSOE de Cádiz consideran que Montero sí ha apoyado la obra aunque siempre por órdenes de la superioridad.

¿Y el futuro? Aquí todos tienen claro que el Hospital Regional es necesario, y ahora más pues ya se han realizado todas las obras de mejora posibles en el Puerta del Mar. Es cierto que se han ampliado las especialidades hasta ponerlo a nivel de los otros grandes centros andaluces, pero también se advierte que ya no hay hueco para más. "Hoy el Puerta del Mar aguanta, pero a medio plazo la propia dinámica del desarrollo sanitario puede provocar la pérdida de su categoría de hospital regional y quedarse como un hospital para la ciudad". La única visión optimista es que, una vez concluya la crisis inmobiliaria, Cádiz necesitará solares donde construir por lo que el del Puerta del Mar seguirá siendo uno de los más golosos. Aprovechar ahora esta circunstancia podría facilitar acuerdos con las grandes constructoras para intentar, en la manera de lo posible, reactivar de nuevo el proyecto del Hospital Regional.

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