Los comerciantes califican de "fracaso" el primer día de cruceros

Las tiendas estaban desiertas a la hora de la comida a pesar del esfuerzo realizado por unos 200 establecimientos del centro de la ciudad para abrir ininterrumpidamente durante toda la jornada

Un crucerista mira un escaparate de una tienda de zapatos mientras otro espera sentado en el interior.
J.m. Sánchez Reyes / Cádiz

28 de abril 2010 - 01:00

Fueron, quizás, exageradas las expectativas creadas ayer con la llegada de los cruceros a Cádiz y esos miles de turistas que debían dejar llenas las cajas de los establecimientos. Los comerciantes se mostraron muy decepcionados una vez que los buques atracados en el muelle gaditano partieron para el siguiente destino. No fueron pocos los que usaron la palabra "fracaso" para definir una jornada en la que 200 comercios decidieron no cerrar a mediodía. Frases como "me esperaba más" o "no ha merecido la pena" se convirtieron en el denominador común entre los comerciantes consultados. Con vistas al día de hoy, segundo de los tres días de cruceros en Cádiz, hubo quienes manifestaron con rotundidad que no abrirán a la hora de comer. Es el caso de la zapatería Nuria Cobo, en la calle San Francisco. Aniceto Peral manifestaba que "ayer -por el lunes- tuve un día mejor y sin cruceros. A esto le están dando mucho bombo y no deja dinero". José León Moral, de Confecciones Moral, hablaba de "fracaso rotundo", añadiendo que no abrirá hoy miércoles "porque este no es el tipo de turista que nos interesa". Por la calle San Francisco, donde se ubica la tienda, a la hora de comer no había pasado "ni un alma". Olga Muriel, empleada de la perfumería Marionnaud en Columela, afirmaba que abrir "no nos ha supuesto nada de beneficio ni a esta tienda ni a la que tenemos en la plaza de las Flores. Hemos tenido una venta normal y no abriremos mañana (por hoy)".

Otros, también descontentos, anunciaron que abrirán hoy para mantener su compromiso con la causa. Como la zapatería Ormas, en la calle Novena, donde Chelo Collantes decía que ante la tienda no había pasado "ni un guiri". A esta dependienta le había servido abrir a mediodía "sólo para adelantar trabajo". "Te ponen la tienda boca arriba y no compran", aseguraban desde For Kids, también en Novena. Ni siquiera en Souvenirs Columela estuvo la cosa para tirar cohetes. María José García, empleada, manifestaba que la arribada de cruceristas "no ha sido para tanto y hemos vendido apenas más que el día anterior". Igualmente mostraba su descontento María José Domínguez, de Confecciones Eutimio en Columela. "La idea es abrir mañana (por hoy), porque nos hemos comprometido, pero no ha merecido la pena", señaló. "Abriré mañana según me coja el cuerpo, pero me ha costado el dinero y creo que no compensa", lamentaba José Luis Ferreiro, de la tradicional papelería de la plaza de las Flores. "Lo mismo no abrimos", comentaban en El Pilar, tienda de moda infantil en la calle Compañía. Pocos metros más allá, el joyero Jose Gorbe exponía un paisaje "desértico" a la hora de la comida, realizando un negativo balance de ventas. "Creo que mañana -por hoy- será mejor", decía con optimismo.

En la zapatería Catchalot de la calle San Francisco las ventas a cruceristas rondaban el 20 por ciento del total del día. El encargado, Juan Marín, espera que pasen estos tres días para realizar "un cómputo general", aunque hablaba de una hora "muerta": de tres a cuatro de la tarde. Curiosamente, en este comercio habían entrado muchos gaditanos aprovechando su apertura ininterrumpida.

"Sólo hemos vendido gorras, que son baratas". Jesús Aragón, de Calzados Bernal, en la calle Pelota, recordaba haber vendido más "en otros días con un sólo crucero y sin tanta parafernalia". Las gorras volaron para evitar el sol. Turistas con piel rosada también asaltaron farmacias buscando protectores solares. Los estancos también fueron muy visitados, pero los bares con terrazas se llevaron la palma en cuanto a ocupación. Lleno en los exteriores, aunque sin grandes alardes. Con almuerzo a bordo ya pagado y el barco a 500 metros del centro, el crucerista suele tomarse una cerveza o un café. Poco más. San Juan de Dios, Catedral, plaza de las Flores... todas las terrazas repletas de turistas.

Muchos guiris, pocos euros. Gastaron principalmente la goma de los zapatos... y de los 'tacatacas'. Ancianos con escasa movilidad. La media de edad era muy avanzada. Quedan dos jornadas y Cádiz, de momento, no ha visto la lluvia de dinero anunciada. ¿Será verdad la tan cacareada leyenda del turista 'diesel' que anda mucho y gasta poco?

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