La plaza de Candelaria va tomando su forma definitiva. Tras unas obras que dieron comienzo el 19 de junio del pasado año y que han servido para hacerla más accesible y eliminar las barreras arquitectónicas, ya solo quedan los últimos detalles para que gaditanos y visitantes puedan disfrutarla por completo.

En los últimos días se ha procedido a colocar los nuevos bancos que formarán parte de su fisonomía, que eso sí, la cambiarán por completo. Y es que los nuevo asientos nada tienen que ver con los antiguos, ya que son de color marrón y metálicos. En total se han dispuesto 12 de estos nuevos bancos alrededor de la plaza y se han restaurado 24 de los que ya lucían previamente, tanto los de madera que están situados en el centro como los de mármol que se encuentran en el lateral de la residencia de ancianos.

También se están plantando árboles en los alcorques que quedaron tapados tras la tala de ocho olmos que según el Ayuntamiento de Cádiz eran irrecuperables. En concreto se trata de cinco bahuinias, un naranjo y ocho almeces. Además, se está pendiente de la instalación de seis aparcabicis y nuevos faroles en los báculos antiguos. 

Antes de comenzar, los trabajos tenían una duración prevista de nueve meses y un presupuesto de 943.610 euros con el objetivo de ganar en accesibilidad y transformar la plaza en una plataforma única, instalando rampas en los cuatro puntos de acceso a la parte central de la misma y nivelando la parte exterior.

También se ha sustituido y renovado la red de saneamiento y abastecimiento, así como se ha cambiado toda la luminaria por tecnología LED. Queda pendiente la reposición de las fuentes.