Esta es la ciudad con un singular entramado de túneles y pasadizos subterráneos

Patrimonio

Formaba parte del sistema defensivo de la urbe

Antiguamente eran accesibles por varios lugares que hoy están cegados

De Mala Moco a Maríamocos

Cuevas de Maricamocos
Cuevas de Maricamocos

Pocas ciudades disponen bajo sus pies de un entramado de laberínticos pasadizos que no forman parte del metro. Se trata de una de las construcciones más singulares de Cádiz, las Cuevas de María Mocos, un conjunto de galerías subterráneas que se expanden en la zona anexa a las Puertas de Tierra, y cuyo origen eran los glacis, el sistema defensivo que dificultaba el asalto a la ciudad por tierra. Lo que se hacía en estas galerías subterráneas terminadas en pozos era cargarlos de pólvora para evitar el avance del atacante, aunque esto nunca ocurrió. También se proyectó como vías de escape o de refugio en caso de asedio o invasión, en una ciudad acostumbrada a este tipo de acontecimientos.

Bajo los pies de la capital gaditana se expande, por tanto, una red de laberintos subterráneos, lleno de galerías, cuevas y túneles construidas durante el XVII y XVIII que, aunque no son visitables, están repletas de historia e historias. El origen del nombre que toman popularmente estos pasadizos, el de María Mocos, se vincula al de la famosa leyenda de una mujer gitana que elaboraba pócimas y que se alojaba en estas cuevas, cuando ya no tenían uso militar, y que un buen día desapareció sin dejar rastro. Y es que estos túneles se convirtieron también en refugio de contrabandistas y forajidos, y también de personas sin recursos. Hasta los años 80 los niños de Cádiz la recorrían a sus anchas en busca de aventuras accediendo por lugares que ya hoy están cegados, debido al peligro que pude suponer.

Este conjunto de galerías y pasadizos se conserva entre la zona de Bahía Blanca, junto a las Puertas de Tierra, y la playa de Santa María, siendo accesible -que no visitables por no estar acondicionadas- en algunos tramos. Antiguamente se podía acceder desde otros lugares como la estación de Renfe o el foso de Puerta Tierra, además de las laderas que daban a la playa de Santa María del Mar.

Los expertos que las han recorrido atestiguan que existen restos de diversas épocas: romanos, medievales, modernos y contemporáneos. Y entre los hallazgos producidos, que también puede formar parte de otra leyenda, dicen que unos niños que se perdieron en ellas aseguraron haber visto estatuas de mármol representando doce moros o apóstoles alrededor de una mesa.

También hay que hacer referencia a las segundas galerías de Cádiz, de época medieval, otro entramado de túneles que conectaban el antiguo Castillo de la Villa con la Alameda, con extramuros y con el puerto, que fueron construidas como escapatoria en caso de asedio o ataque a la fortaleza, cruzando bajo tierra buena parte del casco antiguo gaditano,

Para quienes no la conozcan, que es la gran mayoría de la población, la maqueta de Cádiz del año 1777 que atesora el Museo de las Cortes de Cádiz ofrece una visión de parte de estos glacis.

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