El cierre especial de la estatua de Moret en Cádiz será retirado esta semana

La estatua de Segismundo Moret en la plaza de San Juan de Dios de Cádiz fue protegida en la pasada Semana Santa con un cierre total de la valla que la rodea. Casi tres semanas después de acabada la festividad religiosa y con ella los desfiles procesionales, el Ayuntamiento de Cádiz aún no ha retirado este cierre aunque anuncia que se hará esta misma semana descartando así que el conjunto escultórico siga cerrado de forma indefinida.

Los cambios registrados en la carrera oficial de la semana mayor gaditana, ampliando los realizados de forma paulatina en años anteriores, hicieron necesario cambiar también en lo posible la estética de la plaza del Ayuntamiento gaditano, por la que han tenido que pasar todas las cofradías y hermandades y en la que se instalaron palcos para seguir los desfiles. En la estatua de Moret se optó por cerrar la verja por sus cuatro lados con una cristalera y con un panel de color corinto y con el escudo de la ciudad en el centro. Con esta medida se mejoró la estética del conjunto ante el paso de las procesiones y, también, se eliminó el acceso a la escalinata del monumento, sobre la que se asienta el pedestal, para impedir la aglomeración de personas.

Fuentes municipales han explicado que en primer lugar se han retirado del lugar toda la estructura de los palcos que ocupaban buena parte del centro de la plaza, con lo que los puestos ambulantes de los artesanos gaditanos han vuelto a situarse su lugar habitual. Una vez quitados los palcos, el Ayuntamiento va a proceder esta semana, posible mañana viernes, a quitar el cerrado de la estatua del histórico político gaditano.

Moret, nacido en Cádiz el 21 de junio de 1833, fue ministro de distintas carteras con tres reyes, Amadeo, Alfonso XII y Alfonso XIII. Antes de ser presidente del Gobierno y, también, presidente del Congreso de los Diputados, fue titular de Gobernación, Ultramar, Hacienda, Estado y Fomento. Murió en Madrid el 28 de enero de 1913.

En Cádiz tuvo como gran aliado político a Cayetano del Toro, uno de los más reconocidos alcaldes de la ciudad en el inicio del siglo XX. Los dos fueron los que pusieron en marcha toda la estrategia administrativas que permitió que el Estado autorizase al Ayuntamiento de Cádiz el inicio del derribo de las murallas que rodeaban la ciudad.