Con sus brazos cruzados y la mirada fija en el muelle y en los barcos que ahora no llegan, la estatua del político gaditano Segismundo Moret, tarjeta de presentación de la ciudad en la entrada a la plaza de San Juan de Dios, presenta un lamentable estado de suciedad. Más propias del disfraz de aquella memorable chirigota de ‘Los mohosos’, del Carnaval de 1983, las manchas que cubren de manera evidente la imagen de quien llegó a ser varias veces ministro y presidente del Consejo de Ministros requieren de una actuación urgente, una limpieza a fondo y, de camino, un arreglo de los desperfectos de la base del monumento.

Hace escasamente unas semanas que la asociación Cádiz Abandonada denunciaba en su cuenta de Twitter el mal estado del mármol que cubre la base de este monumento, lo que afea de manera considerable el inicio de la plaza de San Juan de Dios, y más ahora cuando parece que el turismo, aunque sea el nacional, va regresando de manera paulatina a la capital gaditana.