El casco histórico de Cádiz está a punto de perder otro comercio tradicional. Una vez vendido todo el género en liquidación cerrará sus puertas Calzados Patricia, una tienda de zapatos para niños con 35 años de vida ubicada en el número 8 de la calle Sagasta. El motivo del cierre es la jubilación de su propietario, Eulogio Macías Castaño, que abrió el negocio en noviembre de 1984 después de trabajar desde los 17 años en Galerías Preciados.

Próximo a los 65 años, que cumplirá en febrero, Eulogio Macías, ante una estantería en la que lucen los míticos zapatos Gorila, recuerda la "ilusión" con la que abrió el establecimiento en una época de buenas sensaciones para el comercio de siempre. "Había poca oferta de zapatos para niños. Estaban Bambi en la calle Rosario y Calzados David en la calle Ancha, junto a Los Italianos. Poco más. Había mercado", recuerda. Hasta 2007 "fueron años buenos", pero entonces la crisis golpeó con fuerza a los comerciantes gaditanos. Eulogio se pudo mantener gracias al buen trato, y cercano, con los consumidores. "Ahora todo va más rápido, demasiado, por internet. Se ha perdido el contacto con los clientes", lamenta. En Patricia se han calzado muchos niños de la ciudad, que aprovechaban para jugar en las llamativas escalinatas de colores de un rincón de la tienda. 

Calzados Patricia es de los pocos comercios históricos que quedan en la zona. Enfrente, Eulogio recuerda a Almacenes Jaén. Muy cerca, en las esquinas de Sagasta con Ancha, la cafetería-pastelería La Camelia, la heladería Roma (antes Bar Niza) o la Óptica Malet. 

Curiosamente, la finca número 8 de Sagasta, donde se sitúa esta tienda, acogió a finales del siglo XIX la primera central de teléfonos que hubo en Cádiz.