Desde que en enero de 1992 se efectuó el último enterramiento en el cementerio de San José, la clausura del mismo se ha visto ralentizada por el complicado, y delicado, proceso de desalojo de todos los restos que allí descansan.

Tres décadas más tarde el camposanto sigue sin estar clausurado de forma oficial. Hace ya tiempo que concluyó el proceso de traslado de los restos que descansaban en los nichos y panteones. A la vez, en las últimas semana se han realizado los últimos trabajos relacionados con la Memoria Histórica y el caso de los Bebés Robados, que han tardado meses en ejecutarse pues implicaron una búsqueda muy minuciosa entre los restos enterrados en varias de las fosas comunes del camposanto.

Más allá de algún panteón que aún no se ha desmantelado (muchos ya se han reubicado en el cementerio mancomunado, incluyendo los de mayor valor histórico y artístico), el cementerio de San José guarda en el subsuelo el principal problema para consignar su cierre definitivo: la existencia de decenas de miles de restos de otros tantos fallecidos y que fueron enterrados en distintas fosas, sobre las que después se construyeron las cuarteladas para los niños.

Aunque los registros del camposanto gaditano siempre han sido muy minuciosos, no hay una cifra exacta sobre lo que nos podemos encontrar bajo tierra, aunque sí se cuantifica por miles de restos.

La presencia de tantos restos es un caso único. Se han desalojado muchos cementerios, pero pocos con tal cantidad de enterramientos bajo tierra y en fosas comunes.

Todo ello está dificultando el proceso de clausura, que no podrá ser oficial hasta que no quede totalmente vacío.

“Esta es una operación de tal volumen que no hay ninguna empresa del sector que facilite un presupuesto para realizarla, y el tiempo necesario para concluirla”, destaca a este diario el concejal de Cementerio, José Manuel Cossi.

Para buscar una solución, Cemabasa, la empresa pública que gestiona varios camposantos públicos de la Bahía, ha cerrado un acuerdo con una empresa para actuar sobre un espacio limitado del cementerio de Cádiz, con un tiempo de trabajo de dos o tres semanas.

Se verá entonces cómo se puede realizar todo el proceso de extracción y su dificultad, la situación en la que se encuentra el subsuelo, los restos que se localicen y el estado de ellos. Concluida esta operación se analizarán los resultados y las medidas que deberán adoptarse para poder ampliar el trabajo a todo el terreno.

En todo caso, el Ayuntamiento pretende que todo este proceso pueda estar terminado a lo largo de 2024. Sólo entonces la Junta de Andalucía podrá dar por clausurado el camposanto de la capital.

A partir de ese momento el Ayuntamiento tendrá vía libre para reurbanizar el terreno.

El PGOU proyecta para la zona la construcción de un gran parque público, con equipamientos en sus laterales, tanto para uso vecinal como de apoyo al cercano IES Drago.

La intención del actual gobierno municipal es construir una zona verde frondosa, con espacios abiertos, aunque el proyecto final no está totalmente cerrado.

Cossi destaca la importancia que tiene esta operación urbanística, pues supone actuar sobre la última gran parcela sin uso ubicada en pleno Paseo Marítimo.

El concejal resalta igualmente la necesidad de concluir con la reordenación de esta zona de la ciudad, vecina al polígono de San Juan Bautista (popularmente conocida como los Chinchorros), donde ya están en marcha varias operaciones inmobiliarias.

A un ritmo bastante más lento marcha la construcción de un bulevar que debería de unir la Avenida con el futuro parque, eliminando las últimas casas del barrio pesquero de San José.