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La población en Cádiz

El casco antiguo recupera vecinos por segunda vez en este siglo

  • El padrón de 2019 refleja un leve incremento de 110 habitantes frente al millar de residentes perdidos en el conjunto de la ciudad 

  • En dos décadas intramuros ha bajado el 19% de su censo

Acción de protesta contra la proliferación de pisos turísticos en el casco antiguo

Acción de protesta contra la proliferación de pisos turísticos en el casco antiguo / Julio González

Las cifras son siempre frías, pero reflejan bien la realidad y, a veces, dejan en evidencia críticas o análisis sobre cuestión que, los datos, acaban por rebatir.

El estudio de población publicado hace unos días por el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, referidos al censo a 1 de enero de 2019, ha vuelto a evidenciar la pérdida de habitantes en la ciudad de Cádiz, como viene ocurriendo desde 1995, con casi un millar de vecinos menos.

Si el dato global de la capital vuelve a ser negativo, el mismo censo oficial aprobado por el INE aporta una cifra positiva: el 1 de enero de 2019 había más vecinos residiendo en el casco antiguo de Cádiz que los que estaban censados el 1 de enero de 2018. Se ha pasado de 35.489 a 35.599. Son 110 más.

Es la segunda vez en lo que vamos de siglo en el que se produce un aumento de habitantes en intramuros, tras el incremento de 426 entre 2001 y 2002.

Este dato al alza pone en entredicho los mensajes lanzados en los últimos meses, por algunos colectivos, de la incidencia negativa que estaba provocando en la población del casco antiguo la apertura de apartamentos y pisos turísticos. Frente a un intramuros deshabitado por el efecto del turismo, según estas alertas, el INE pone sobre la mesa un casco que sigue siendo muy dinámico, mucho más que otras capitales donde las áreas históricas están inmersa en una profunda decadencia.

Lo cierto, también, es que este crecimiento, aunque leve, se produce cuando desde hace una década las administraciones públicas, especialmente la Junta frente a un leve dinamismo por parte del Ayuntamiento, mantienen casi totalmente paralizada la construcción o rehabilitación de nuevas viviendas en intramuros lo que sin duda permitiría un alza mayor de la población.

La vitalidad del casco antiguo es evidente. Más allá de la fuerza de su comercio, el potencial cultural e histórico y la evidente presencia de los centros administrativos, el escaso kilómetro cuadrado que ocupa el suelo residencial refleja una densidad de población, sobre los 30.000 habitantes por kilómetro cuadrado, que lo sitúa a la cabeza del país.

Es cierto, no obstante, que el casco antiguo está sufriendo un descenso en su censo, por encima de la limitada subida ahora reflejada por el INE.

No hay que comparar este censo con datos de hace más de un siglo, cuando en intramuros vivía la mayor parte de los habitantes de Cádiz capital, con 70.000 habitantes y más y apenas unos cientos en extramuros. Sí hay que tener en cuenta la paulatina pérdida de población que las estadísticas vienen reflejando desde 1999, año en el que se puso en marcha el Plan de Rehabilitación del Casco Histórico por parte de la Junta con el que, por primera vez en la historia, se actuaba de lleno en un parque de pisos con un grave deterioro y donde abundaba la infravivienda.

Esta operación eliminó en buena parte los pisos con varias familias. Se rehabilitaron edificios enteros para mejorar de forma radical la habitabilidad del casco. Y, a la vez, se recuperaron fincas vacías o infrautilizadas desde hace años.

En 1999 habitaban intramuros 44.274 vecinos. Hasta los 35.599 que hoy quedan supone un descenso del 19,59% de la población. Sólo en 2018 (cuyo censo acaba de conocerse) y 2002 contabilizaron cifras positivas en cuanto a la evolución de la población.

La rehabilitación emprendida en 1999, y ralentizada y después paralizada desde 2008 hasta el año pasado, con la que se actuaron en nuevos inmuebles a la vez que ha mejorado la calidad de vida de muchos vecinos, ha permitido un cierto rejuvenecimiento de la población fundamentalmente en barrios como el Pópulo, donde se actuó también gracias al Plan Urban.

Por el contrario, como se destaca desde el propio Plan de Salud elaborado por el gobierno de Adelante Cádiz, hay un evidente envejecimiento de la población en barrios como Mentidero, La Viña o San Juan. En los dos primeros es donde, además, se concentra la mayor pérdida de habitantes: donde en 1999 vivían 14.000 vecinos hoy no llegan a los 10.000.

El Ayuntamiento reactivó hace dos años la promoción de nuevas viviendas. Entre las que ya se han entregado en los últimos meses y las que están en ejecución se supera el centenar de pisos. La Junta, por el contrario, apenas ha entrado dos edificios, uno de pequeñas dimensiones, sin haber iniciado ninguna nueva promoción.

Las dos administraciones públicas son propietarias de fincas que están cerradas por lo que su puesta en el mercado ayudaría a mantener la población ya residente en la zona. La iniciativa privada sí lleva ya un quinquenio invirtiendo con fuerza, más en Puerta Tierra, aunque en este caso un elevado porcentaje de los pisos que salen a la venta acaban en manos de residentes en otras capitales que quieren contar con una segunda residencia en el casco antiguo, un ejemplo, en todo caso, de la vitalidad de intramuros, muy lejos de la decadencia anunciada por colectivos ciudadanos.

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