El cambio de nombre del puente Carranza: El sueño de un alcalde para el desarrollo de su ciudad

José León de Carranza proyectó el paso sobre la Bahía como una forma de modernizar la ciudad

Mantuvo un duro enfrentamiento con el Gobierno franquista al no obtener ayuda para su construcción

Retirada la placa dedicada al alcalde Carranza en su casa natal

Busto de José León de Carranza en el acceso al puente Carranza. / Jorge Garrido
J. A. Hidalgo

31 de julio 2025 - 16:34

La historia del primer puente sobre la Bahía de Cádiz es larga, desde que se plantea por primera vez hasta que se hace realidad.

La primera propuesta data de hace ya un siglo cuando el entonces alcalde Ramón de Carranza encargó el diseño de un paso elevado que cruzase la Bahía al ingeniero Eduardo Torroja, saliendo de Puntales hasta Matagorda. El proyecto no salió adelante al toparse con la posición negativa de empresarios gaditanos y de ayuntamientos de la Bahía. La llegada de los II República paralizó cualquier desarrollo del proyecto.

Tras la tragedia sufrida por la ciudad en 1947, cuando explotó el depósito de minas submarinas en el barrio de San Severiano, provocando más de 150 muertos y 5.000 heridos en la ciudad, llega a la alcaldía José León de Carranza. Tras unos años centrados en la recuperación de la ciudad de los destrozos ocasionados en 1947, recupera el proyecto de construcción de un puente que dejó pendiente su padre.

Comienza entonces para José León de Carranza un largo camino, muy duro y complicado. El proyecto no será realidad hace dos décadas más tarde, en octubre de 1969.

Carranza tenía claro que el puente era esencial para el desarrollo de la ciudad. Elaboró varios informes en los que se constata el ahorro económico que suponía cruzar este paso elevado en lugar de rodear la Bahía. No solo un ahorro de tiempo, ya sustancial, sino también de costes. Era, también, un proyecto estrechamente ligado con la expansión de los extramuros de la ciudad, entonces ya en marcha.

Un puente con un diseño muy ambicioso

El plan original era ambicioso. El paseo incluía cuatro carriles, dos por sentido, más otros para peatones y uno más para el paso de bicicletas, estos últimos nada habitual en la época.

Para permitir el cruce de baros procedentes o con destino a La Carraca, en San Fernando, José León de Carranza propuso la construcción de un tramo móvil. Una operación nada habitual y técnica complicada. Para ello no dudo en viajar a Alemania pues su intención era que el puente fuese lo más moderno posible.

Todo ello disparó los costes. Desde un primer momento, José León de Carranza tenía claro que esta obra debía ser financiada por el Estado, sobre todo porque la situación financiera del Ayuntamiento era muy delicada. Fueron constantes las llamadas a miembros del Gobierno del general Franco, y de visitas a Madrid buscando esta financiación.

Sin embargo, desde el primer minuto la negativa de apoyo desde la capital fue rotunda. Todo ello encrespó a un Carranza ya muy delicado de salud, primero por un grave accidente de carretera que sufrió cuando iba en su coche a El Puerto de Santa María, y después por la grave enfermedad que sufrió y que le llevaría a la muerte.

Fueron numerosas las cartas que mandó el edil a sus contactos en Madrid reclamando esta ayuda y recordando que el Estado sí financiaba, por la misma época, infraestructuras de calado en otras ciudades del país. En un arrebato de indignación, José León de Carranza llegó a afirmar, en una carta que "el cariño" del pueblo de Cádiz con Franco podría diluirse de persistir este falta de financiación.

Ante esta situación, y teniendo en cuenta que contar con un puerto era esencial para Cádiz, el proyecto se puso en marcha financiado mediante préstamos bancarios, y tras una importante reducción del diseño de la infraestructura, que quedará como hoy se conoce.

Desde su cama del hospital, Carranza recibirá información diaria del desarrollo de la construcción del puente. Pronto rechazará la propuesta de muchos colectivos ciudadanos para poner su nombre a esta segunda puerta de Cádiz. El pleno, ante la negativa de su alcalde, propondrá el nombre de Francisco Franco. Sin embargo, José León de Carranza fallecerá a pocos meses de la inauguración de su puente, lo que llevará al Gobierno central a aprobar la denominación del mismo con quien fue su gran promotor.

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