“A Cádiz se le ha mentido demasiadas veces y es hora de que se cumplan las demandas”
José Antonio Nieto | Consejero de Justicia de la Junta de Andalucía
Comprensivo con “algo lógico y comprensivo como la incredulidad del gaditano”, el consejero confía en que la Ciudad de la Justicia, “un proyecto precioso y complejo”, sea ya imparable
El pasado lunes se colocó la primera piedra del proyecto
Llegó hace tres años y medio a la Consejería, provocando una nueva polvoreda cuando paralizó el proyecto que estaba preparando su antecesor para buscar más metros cuadrados, que conllevaba también más trámites y más financiación. Y tres años y medio después ha conseguido poner la primera piedra de un proyecto que acumula casi un cuarto de siglo de retraso y que se conoce al dedillo. El consejero José Antonio Nieto analiza el proyecto de Ciudad de la Justicia que ha empezado a hacerse realidad en Cádiz.
Pregunta.–¿Cuánto ha costado poner la primera piedra?
Respuesta.–Ha costado tres años y medio de este equipo en concreto, después de pedir y conseguir que se elevara el 100% de la edificabilidad, que era algo vital para nosotros para tener un proyecto serio para el presente y futuro. Y ha costado vencer algo muy lógico y legítimo, como es la incredulidad del gaditano que no creía que se fuera a hacer. Hasta la semana anterior de la primera piedra, todavía, con razón, había personas que lo dudaban. Ahora tenemos que ir venciendo esa incredulidad con los próximos pasos.
P.–¿Palpa eso de que la gente no se cree que haya empezado la obra?
R.–Es legítimo, porque a Cádiz se le ha mentido demasiadas veces y es hora de que se cumplan las demandas, porque además necesita ese impulso después de años de perder población y tener problemas en su desarrollo, que en parte se solucionarán con equipamientos como el de la Ciudad de la Justicia.
P.–¿Cómo se le explica al ciudadano este retraso de más de 24 años en un proyecto a priori tan necesario para la ciudad?
R.–Durante décadas no sólo Cádiz no ha sido prioritario, sino que la propia Justicia no lo era tampoco. Por eso las carencias se multiplican por toda Andalucía. Tenemos provincias como Málaga, que todavía está peor que Cádiz, con la única diferencia positiva de que tiene la Ciudad de la Justicia en la capital, que se construyó ya pequeña, como estaba prevista en un principio la de Cádiz. Tenemos también carencias espectaculares en la provincia de Sevilla. Y en Cádiz es evidente porque no existía la Ciudad de la Justicia y era una necesidad imperiosa, igual que lo es la de Algeciras o la de Jerez, donde quizás no es tan perentoria pero sí necesaria; y luego hay situaciones como la de Barbate, que se arregló la pasada legislatura, o La Línea y San Roque, donde vamos a hacer nuevas sedes. Ha habido muchos problemas durante mucho tiempo, evidenciando que se ha relegado la Justicia y a Cádiz, y eso se hace visible especialmente en el caso de Cádiz.
P.–¿Comprende entonces la exasperación ciudadana con este proyecto, especialmente por parte de los colectivos y colegios profesionales del sector jurídico?
R.–Sí, lo entiendo perfectamente. Mire, la primera visita que hice a un Ayuntamiento tras asumir Justicia en la Junta fue Cádiz. Tomamos posesión el 26 julio de 2022 y los primeros días de agosto pedimos reunión con el alcalde de Cádiz, que la tuvimos en septiembre. Ese día me chocó mucho la reacción de los operadores jurídicos, que en aquel momento no entendí. Pero hoy entiendo perfectamente esa desesperación, ese hartazgo. Se había abusado de la paciencia de los gaditanos en general, y de los operadores jurídicos gaditanos en especial. Eso se transmitió en los titulares que leí en aquella ocasión, y lo entiendo y asumo la responsabilidad de cumplir, por eso hemos querido explicar bien el proceso de la Ciudad de la Justicia, que va a ser un proyecto precioso pero que es complejo de ejecutar por hacerlo en distintas fases, por la obligación de preservar y garantizar el patrimonio histórico que es de los gaditanos y hay que mantenerlo para generaciones futuras, y por construir un edificio nuevo muy potente que será el corazón de actividad de la Ciudad de la Justicia, preservando el espacio urbano, que ha conllevado algunas modificaciones para respetar la zona verde. Hemos aprendido mucho de este proyecto estos años.
P.–¿Qué se encontró usted sobre la Ciudad de la Justicia al llegar a la Consejería?
R.–Nos encontramos un proyecto con tres hitos. Uno, cuando siendo consejera Rosa Aguilar se desistió del proyecto de Tolosa Latour y se decidió trasladarlo a las antiguas instalaciones de Tabacalera. Dos, el proyecto posterior, que definió las capacidades que tenía ese suelo. Y tres, porque dentro de esa concreción había algo que nos chirriaba, y fue lo primero que intentamos cambiar. Me refiero a esa limitación urbanística que se traducía en una Ciudad de la Justicia de 20.000 metros cuadrados que era absolutamente insuficiente, porque aunque era más que lo de hoy en día, los estándares más básicos de calidad y las necesidades de espacios judiciales requerían mucho más cantidad, así como los crecimientos futuros del espacio judicial de Cádiz, para que no pasara como en Málaga. Entonces hablamos con el Ayuntamiento, pedimos una reinterpretación de las normas urbanísticas, y que nos permitieran construir el 100% de la edificabilidad permitida. Eso se admitió, se consiguió en noviembre de 2022 y ya hemos podido trabajar en un proyecto totalmente distinto, con más de 38.000 metros cuadrados de espacio, porque Cádiz tiene actualmente necesidad de espacio, pero también tiene que incrementar el número de jueces en el futuro, que aunque es cosa del Ministerio no queremos que la falta de sitio sea una excusa.
P.–E imagino que lo que no se encontró fue la financiación necesaria…
R.–Ese fue otro de los grandes problemas, en una comunidad que se financia con 1.528 millones de euros menos de los que necesita la tierra para dar servicios de calidad. Ante ese problema hay que poner imaginación, y una de las posibilidades era la concesión de obra pública, que se usa mucho en Europa pero poco en España, y por la que una empresa se adjudica el proyecto, lo financia a su coste y nosotros lo vamos pagando año a año. Eso resolvía la dificultad de financiar un proyecto tan grande y garantizar la primera y la última piedra, teniendo en cuenta que la Ciudad de la Justicia es una de las más necesarias de toda Andalucía. Con esta fórmula nos aseguramos que los grandes equipamientos que tienen dificultad se puedan abordar, como de hecho hace cualquier ciudadano que no tiene el 100% de lo que vale un piso, pero pide una hipoteca.
P.–Insistió el presidente el otro día que el proyecto quedará bien atado para que no haya posibilidad de vuelta atrás. ¿Cómo?
R.–Hay dos fases preparatorias, la 0 y la 1, que se van a quedar ejecutadas antes de las elecciones y que dejarán preparado todo el espacio para la construcción del gran edificio que tiene que construirse. Pero la normativa de la Junta obliga a tener preparadas las siguientes fases para ejecutar cada una, y eso es lo que hemos hecho. La rehabilitación del depósito está vinculada a la rehabilitación de las naves, aunque se hagan en fechas diferentes. Y esa vinculación de una fase con la otra es lo que garantiza que las siguientes piedras van unidas.
P.–Sorprende que las llamadas Casas de los Ingenieros no vayan a tener uso de momento. “Cuando se necesite ampliar espacios”, dice el proyecto…
R.–La Ciudad de la Justicia tiene que albergar las necesidades de hoy, de mañana y de pasado mañana. Por eso en el proyecto de las naves se diseña una holgura que apunta a que si el crecimiento de órganos judiciales fuese mayor habría espacio suficiente. Va a haber una ocupación progresiva del espacio. Podríamos haber hecho un edificio nuevo más pequeño, habiendo quitado más de 4.000 metros cuadrados, pero hemos querido ir al máximo en el nuevo edificio y que las Casas de los Ingenieros sean soporte de ese futuro crecimiento. Ahora mismo en lo que estamos es ordenando las necesidades. El Decanato, por ejemplo, irá en el edificio nuevo, y pasará a las Casas de Ingenieros cuando se necesite más espacio en ese edificio. Sacaremos de la torre nueva los servicios que sean necesarios y que puedan ubicarse en esos edificios, cuando haya que ganar más espacio. Ahora estimamos que se necesitará unos 26.000 metros cuadrados, pero el resto estará ahí para cuando haga falta.
P.–¿Y hay posibilidad de negociar con el Ayuntamiento el cambio de uso de esos espacios que por ahora no serán necesarios?
R.–No es descartable, porque no descartamos nada y el Ayuntamiento mantiene además una colaboración estrechísima con nosotros en este y otros proyectos, así que si el Ayuntamiento necesitara algún espacio, lo estudiaríamos, porque en este momento tenemos espacios más que suficientes. Si llegara el caso, lo estudiaremos sin duda ni problema. Pero debe quedar claro que nosotros nos estamos preparando para rehabilitar íntegramente el espacio, asumir íntegramente el coste y que el servicio de Justicia se desarrolle de la mejor manera posible por mucho tiempo.
P.–¿Se ha decidido ya cómo se facilitará el aparcamiento en la zona?
R.–Tenemos bastante definidas las necesidades de aparcamiento propio, y tenemos un aparcamiento público muy importante muy cerca, lo que garantiza que las necesidades están cubiertas. Y luego hay una tercera cuestión, que es el equipamiento tan importante que va a haber cerca, el futuro hospital. Lo que tenemos ahora es ver con el Ayuntamiento cómo ordenamos toda esa movilidad; porque no es solo ver aparcamiento, sino saber si la zona puede asumir todo ese tráfico que puede generar los nuevos equipamientos. Pero eso le corresponde más a Urbanismo, que está haciendo un trabajo muy serio, porque unos cambios tan profundos como está viviendo Cádiz en los últimos meses obligan a una reflexión profunda. No va a haber problemas de aparcamiento, tenemos la absoluta seguridad, pero seguimos trabajando con el Ayuntamiento para ver cómo integramos todos esos servicios en una zona a la que se va a sumar el hospital.
P.–Algunos sindicatos dicen que la Justicia no puede esperar a 2030 por las necesidades de espacio y organización que tiene hoy. ¿Qué les puede decir?
R.–Lo que no podía la Justicia era seguir esperando sin fecha. Hemos sido absolutamente transparentes, y hemos cumplido los plazos más exigentes que se pueden tener. El plazo de 2030 es el máximo que podemos tener, teniendo en cuenta la dimensión y complejidad del proyecto. Ahora lo menos aconsejable es que quienes han tenido una tolerancia a la mentira ahora tengan una impaciencia ilógica. Las cosas tardan el tiempo que requieren, no se puede hacer un chasquido de dedos y tener las cosas hechas. Hay que respetar los plazos de la administración y las normas de la construcción. Milagros no puedo prometer; esfuerzo y compromiso sí. Nadie daba un duro porque empezara antes de 2025 y se ha empezado, ahora confiemos en seguir cumpliendo plazos y que a finales de 2028 podamos empezar a trasladar los primeros servicios jurídicos.
P.–¿Teme al 1 de enero y la puesta en marcha de la Ley de Eficiencia Procesal?
R.–Le temo muchísimo. Me parece que es de las decisiones menos afortunadas que ha tomado el Gobierno de España en la última legislatura, y mira que ha tomado decisiones equivocadas. La aprobación de la ley sin diálogo, debate ni consenso; la imposición a todas las comunidades y todos los operadores jurídicos; no se habló con jueces, fiscales, letrados, funcionarios… Es una ley absolutamente impuesta y con unos plazos que rozan la temeridad. Hemos vivido ya dos fases, y ahora tenemos que incorporar los doce partidos judiciales más grandes de Andalucía, sin ninguna ayuda del Ministerio y ni un solo euro de apoyo a los gastos que ha habido que asumir, y generando una tensión que se podía haber ahorrado con un poco de buena voluntad y buen criterio. Nos da mucho miedo, claro que sí; y muchas más cosas que no voy a decir por no tensionar más.
P.–Estuvo el lunes colocando la primera piedra de la Ciudad de la Justicia. ¿Cuándo tiene prevista su próxima visita a Cádiz?
R.–La prioridad es terminar bien la fase preparatoria, estamos ultimando la licitación de la fase 1, que junto a la 0 es más de 1 millón de euros. Y la fase 2 la queremos tener licitada en septiembre del año que viene. Hablamos de 19,1 millones de euros más que se incorporan. Y entre medias tenemos la parte más compleja, que es sacar la concesión de obra pública del nuevo edificio. Todo eso lo queremos para el año 2026. Creo que no se es consciente de la carga de trabajo que tiene todo esto, y le hablo solo de Cádiz, a lo que hay que sumar que en febrero queremos poner la primer piedra de la Ciudad de la Justicia de Algeciras y presentar el proyecto de la de Jerez; y estamos avanzando también en las sedes de La Línea y de San Roque. Hay que hacer muchas cosas en muchos sitios, y el proyecto de Cádiz absorbe muchos recursos económicos y técnicos. Así que no sé cuándo volveré por Cádiz, pero sí sé que el proyecto va a seguir adelante y los gaditanos van a poder asistir a todo el proceso en los próximos meses y años.
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