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Cádiz

La bandera republicana quedó izada en el Ayuntamiento

ESDE las primeras horas de la tarde circuló con mayore visos de exactitud la noticia de que el Rey declinaba el cargo, y que la proclamación de la República en España era de he-

cho concreto. Los grupos más nutridos cada vez, que recorrían las calles, llevaban todos banderas republicanas y no cesaban de vitorear con el mayor entusiasmo al nuevo régimen. Escuchándose igualmente algunos mueras, cánticos funerarios, etc.

Niceto Alcalá Zamora fue nombrado presidente de la Segunda República

Próximamente a la siete, llegó la confirmación de la noticia al Círculo Republicano, organizandose entonces una nueva manifestación, con la bandera republicana a la cabeza y una de la F.U.E., que se dirigió al Gobierno Civil.

Eran las mismas que firmaron el manifiesto revolucionario de diciembre, lanzándose a tal efecto los siguientes nombres: Presidencia, don Niceto Alcalá Zamora.

Gobernación, don Miguel Maura.

Estado, don Alejandro Lerroux.

Gracia y Justicia, don Fernando de los Ríos. Trabajo, el Sr. Largo Caballero. Instrucción Pública, don Marcelino Domingo. Guerra, don Manuel Azañas. Hacienda, don lndalecio Prieto. Comunicaciones, el señor Martínez Barrios. Marina, el señor Casares Quiroga. Fomento, el señor Albornoz. De momento, se desconocía la persona que se encargaría del Ministerio de Economía, que es el que falta en esta relación. Van llegando conocidas personas de las más destacadas en la coalición republicano socialista, como son entre otras don Agustín Muñoz, los señores Silvan, Romaní Rey, Guillén, Muñoz Martínez, Bartús, Conejero, don Manuel Hervia, Reyes, Suífo, Baras Artés, etc. Anuncian que viene ya la comisión que ha de izar la bandera, integrada por los señores Sola, Santander, Cancelo, y Baras Artes.

El señor Silvan, tmbién de la comisión, ya se ocupaba en los preparativos del esperado momento. Llega también con la masa de público una mujer llamada Agustina Muñoz, tocada con un gorro frigio que demostraba gran entusiasmo por la República. A ruegos de algunos de los presentes, se coloca un varal, con bombillas eléctrica, alumbrando el balcón donde está el retrato de los señores Galán y García Hernández.

Por fin eran las nueve menos veinte minutos cuando fue elevada en el mástil del balcón de la Casa Capitular la bandera republicana.

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