El Baluarte del Orejón de Cádiz, por fin, está listo para recuperar su vida cultural

El Espacio Quiñones compartirá el antiguo Club Marte con una programación de actividades municipal tras la obra que ha mantenido cerradas sus puertas durante casi un año y medio

Las obras del Baluarte del Orejón de Cádiz finalizarán a principios de 2025

Una imagen desde la terraza de la nueva nave del Baluarte del Orejón tras la segunda fase de rehabilitación.
Una imagen desde la terraza de la nueva nave del Baluarte del Orejón tras la segunda fase de rehabilitación. / D. C.

Cádiz/Aunque con no pocos parones y retraso en su plazo de entrega a sus espaldas, el alcalde de Cádiz, por fin, puede confirmar que la segunda y última fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón -vulgo Espacio Quiñones y antiguo Club Marte- ya ha culminado y "muy pronto" volverá a abrir sus puertas junto a la playa de La Caleta.

Una obra que ha sido "difícil", no oculta Bruno García, pero que ha valido la pena para devolver "a la ciudadanía un nuevo espacio cultural" que, como novedad, ya no sólo será sede de la Asociación Cultural Amigos de Fernando Quiñones, que ocupaba el inmueble desde que finalizó la primera fase de restauración iniciada en 2015, sino también un espacio de actividades culturales programadas desde el Ayuntamiento de Cádiz.

Así, si la entidad quiñonera se quedará con el edificio que habitaba hasta ahora, "y al que se le ha ganado una bóveda" que había permanecido innacesible en estos años, precisa el primer edil, el Gobierno municipal gestionará la gran nave del conjunto cultural, es decir, el nuevo espacio que se ha levantado en el lugar que ocupaba el ruinoso edificio dotado de una primera planta que no se tocó en la etapa primigenia de la rehabilitación y que permanecía clausurado desde los tiempos del Club Marte.

Una imagen de las dos naves, unidas en L, del Baluarte del Orejón.
Una imagen de las dos naves, unidas en L, del Baluarte del Orejón. / D. C.

De hecho, este espacio a estrenar -ya sólo con una planta baja, pero con una gran y encantadora terraza acristalada que permite muchas posibilidades estivales- será el protagonista de la (re) inauguración del enclave viñero que a finales de diciembre de 2023 cesó su actividad para que se iniciaran estas obras. Una reapertura sin día concreto, pero sí con evento ya decidido, "una gran exposición sobre Fernando Quiñones", casi como simbiosis de las dos vocaciones (la actividad cultural municipal y la realizada por la fundación dedicada al insigne escritor gaditano) del nuevo contenedor.

Unión también física pues, como han explicado alcalde y sus primeros tenientes de alcalde, Maite González y José Manuel Cossi, esta obra ha permitido que los dos edificios, antes independientes, tengan ahora una continuidad "en L". "Así, en el espacio de intersección es donde hemos colocado los servicios y el recibidor, que serán comunes a ambos espacios", ha precisado la responsable de Cultura.

Dos naves tan unidas como diferenciadas que también comparten, como compartirán asociación y programación municipal, el uso del patio (también objeto de una profunda remodelación) en el que se han salvado los problemas de accesibilidad de sus dos alturas con una estilosa rampa que, según las fotografías mostradas por los responsables municipales, no altera el resultado armonioso del conjunto. Eso sí, ha apostillado el edil de Urbanismo, "la terraza de la nave sí se tiene que alcanzar desde el patio a través de una escalera".

La nave diáfana, que gestionará el Ayuntamiento, y que se gana en esta segunda fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón.
La nave diáfana, que gestionará el Ayuntamiento, y que se gana en esta segunda fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón. / D. C.

Unas obras "delicadas" que contaron con la colaboración del colegio público Santa Teresa

La segunda fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón comenzó a finales de diciembre de 2023 con un plazo de ejecución de ocho meses que, tras un par de parones importantes, se han ido alargando en el tiempo. Así, si el pasado verano la obra se paró a expensas de recibir "una serie de autorizaciones a la Comisión de Patrimonio", según reconocieron en su momento fuentes municipales; antes, en sus mismos inicios, se produjo otro intervalo sin actividad, reanudándose la intervención en el mes de febrero. De hecho, a finales del pasado año se aseguraba que el Baluarte del Orejón abriría sus puertas a principios de este 2025, plazo, obviamente, no se ha cumplido.

"Primero, como sabéis se perdió una subvención que tenía el Ayuntamiento en su momento", ha enmarcado Cossi sobre la financiación del 75% de la obra con el 1,5% cultural que otorga el Ministerio de Fomento pero que, ante el fracaso del primer pliego de licitación que se ofertó desde el Ayuntamiento en 2022, se decidió afrontar con recursos propios. Con todo, "el principal problema" que ha surgido en los trabajos, que en noviembre de 2023 fueron adjudicados a Ejoc2004 S. L. por por 484.324,28 euros, recae en su "dificultad técnica" porque es "una restauración que tenía que respetar enclave tan especial como el Baluarte del Orejón, donde todo lo que se abra o se toque en entorno de muralla por lo que todo tiene estar autorizado, muy controlado y había que hacer consultas a Patrimonio", ha explicado el edil que ha agradecido el "esfuerzo importante por parte de la empresa", pero también "al colegio Santa Teresa".

"Desde la posicición desde donde se estaba accediendo a los trabajos no se podía trabajar en la nave" con lo que se tuvo que hacer "una demolición parcial del muro del colegio, autorizada por el centro", al que luego, en compensación, "se le han pintado los patios", ha contado el teniente de alcalde sobre una intervención que ha tenido "algunos momentos delicados" pero que ha llegado "a muy buen puerto".

La nave del Espacio Quiñones, tras la rehabilitación.
La nave del Espacio Quiñones, tras la rehabilitación. / D. C.

Un resumen de la intervención realizada

Las labores de la segunda fase de la restauración del conjunto cultural se han centrado, sobre todo, en la demolición del edificio ruinoso de dos plantas y la construcción de otro de una sola pero con una terraza acristalada en su cubierta a la que se accede por una escalera exterior situada en el patio alto del Baluarte del Orejón.

Así, el dibujo final contempla, en realidad, un solo edificio que se distribuirá desde un vestíbulo de entrada a dos naves diáfanas, una situada a la izquierda (la que ya fue rehabilitada) y otra al frente (la de nueva construcción). Cada una de estas naves se corona al fondo con uno de los espacios abovedados preexistentes. Además, se incluye un núcleo de aseos, también un trastero con pileta, en la charnela entre ambas y la posibilidad de acceder al patio desde cualquiera de esos dos espacios.

Eso sí, en el edificio de nueva construcción existe una mayor conexión con el espacio al aire libre a través de un cerramiento horadado constituido por un paño con diez huecos de puertas dobles que permiten hacer uso del espacio exterior en plena interconexión con el interior.

El patio, por su parte, seguirá contando con las dos alturas que lo caracterizan pero el rasante superior se ha llevado a su cota histórica y la diferencia de nivel que sigue existiendo entre ambos se salva por una rampa.

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