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Neumáticos El Vaca cumple 40 años

40 años dedicados a reparar vehículos

  • El primer taller ‘El Vaca’ se abrió en el 79 en pleno barrio de la Viña

  • Actualmente se erigen como uno de los principales talleres de reparaciones en Cádiz

La plantilla al completo de El Vaca.

La plantilla al completo de El Vaca. / Joaquín Hernández Kiki

Era necesario ponerle un nombre al taller, y Jesús Díaz Cuesta decidió que el mejor nombre era el apodo que tenía con 14 años, El Vaca, que estuvo perdido hasta que lo abrió con 45 años. Ahora es su hijo, Jesús Díaz Barragán, el que nos cuenta de donde vino ese nombre: “Mi padre trabajó en la panadería La Rosa de Oro, y entonces el pan se cocía en tablones. Por lo visto, todo el mundo cogía uno o dos tablones y él cogía siete u ocho de una vez. Entonces los compañeros ya decían que siempre cogiese el los tableros porqué tenía más fuerza que una vaca”.

Bajo ese apodo abrió el 3 se septiembre de 1979 en la calle La Rosa un taller, proveniente de un antiguo negocio llamado Autos La Viña, que en su mocheta tenía el nombre “Vulcanizados El” junto al dibujo de una vaca. Díaz Barragán cuenta que comenzó a trabajar en el taller de su padre cuando solo tenía 8 años, alternando el colegio con el taller. Con un poco de anhelo, Díaz Barragán, relata que trabajaba con un mono de astilleros arreglado por su madre. “Mi padre sufría mucho de las piernas, y cuando no podía andar el taller se quedaba cerrado y aquello era una ruina. Ya que a mi me gustaba, decidí meterme de lleno en el taller con 14 años”.

El negocio comenzó con trabajos de chapa alternados con neumáticos y mecánica hasta que pocos años después se dedicaron al neumático al 100%. Los inicios fueron muy difíciles y Díaz Barragán relata que veía cómo en el taller no entraba ningún coche. “Los tres primeros años fueron difíciles, pero sí es verdad que pronto despegamos y la gente comenzó a conocernos. Remontamos pronto”.

El negocio sufrió el salto más grande en el año 97, cuando pasaron, en el taller de la calle La Rosa, de ser dos empleados a diez, quintuplicando la plantilla. En septiembre del mismo año abrieron el taller de la Zona Franca, logrando una diversificación del servicio, ofreciéndolo al cliente también respecto a las pastillas de freno, mecánica rápida, embrague o la revisión previa a la ITV. Desde aquel 1997 hasta el 2015 lograron mantener los dos centros de trabajo y la distribución. Desde el 1983 hasta el comienzo de la crisis vivieron una situación de mejoría, “había años que crecíamos un 15 o 20%”, comenta Díaz Barragán.

El taller de la Rosa finalmente cerró sus puertas en diciembre de 2017, dadas las dificultades que había para mantenerlo y teniendo en cuenta que estaba arrendado y que las restricciones en la movilidad de vehículos por el casco histórico empeorarían la llegada de coches.

Después de tantos años en este negocio Díaz Barragán afirma que ha visto de todo. “No hay un solo tipo de cliente que vaya a lo barato o a lo caro. Hay gente para todo. Desde personas que traen un BMW X5 y le montan dos cubiertas viejas, y clientes que tienen un Renault 5 y le ponen cuatro cubiertas Michelin nuevas”.

‘El Vaca’ ha logrado asociar el neumático a su taller aunque no solo se dediquen a esto

En la actualidad, tras 23 años de la diversificación, todavía El Vaca tiene clientes que no conocen todos los servicios que ofrece el taller y se quedan asombrados al ver que hacen mecánica. “La gente nos relaciona tanto con el neumático que todavía hay gente que viene a que le pongamos las gomas, ve el coche de al lado que le estamos mirando el aceite y dice: ¿Tú cambias el aceite?”. El Vaca ha conseguido que en Cádiz haya un alto porcentaje de personas que asocian los neumáticos a su taller. En este ya asentado negocio gaditano se han hecho muchas reparaciones que nada tienen que ver con los coches o las motocicletas. Allí han arreglado desde patinetes eléctricos hasta cortacéspedes, pasando por bicicletas y buggies de golf. “Redondo y negro hemos arreglado de todo”, dice con guasa.

Jesús Díaz Barragán achaca gran parte de ‘la culpa’ de perdurar 40 años en el mercado a la buena clientela que tienen, a la que considera el mayor activo de una empresa. También hace referencia al personal de trabajo del centro, ya que gracias a ellos consigue dar un servicio óptimo y de calidad. “Se puede tener la mejor maquinaria del gremio pero formar a un equipo humano bueno es mucho más complicado”. Jesús Díaz sabe que ha llegado tan lejos gracias a la labor de sus trabajadores:el que menos lleva más de 20 años a su lado, y no quiere despedirse sin que antes se haga mención de todos los que ayudan día a día a la mejora del negocio: Lole y Luna en oficina, y Álvaro, Paquito, Juli, Jesús y Coke en el taller.

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