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Alianzas que miran de reojo al puerto de Cádiz

La entrada de Marsa Maroc en Boluda Maritime Terminals abre interrogantes sobre el verdadero alcance estratégico de la operación y su posible proyección en puertos clave del sur de España

Cádiz aparece como un enclave donde materializar la sinergia entre ambos grupos

Boluda está lista para la mudanza a la nueva terminal de contenedores del puerto de Cádiz

El Reina Sofía, con los contenedores todavía en casa, a la espera de que lleguen las grúas y se haga por fin la mudanza prometida. / Julio González

joaquín Benítez cádiz

La adquisición del 45% de Boluda Maritime Terminals por parte de Marsa Maroc, a través de su filial Maroc International, por un importe de 80 millones de euros no es solo una operación financiera relevante, sino también un movimiento cargado de lecturas estratégicas. El teletipo difundido por Europa Press subraya la “clara sintonía estratégica” entre ambas compañías y su ambición compartida de reforzar el corredor Marruecos-España, un eje marítimo de creciente relevancia logística y comercial. Sin embargo, más allá de esa formulación general, surgen preguntas sobre el verdadero alcance de la alianza y sobre quién lidera, en la práctica, la expansión hacia nuevos nichos de negocio y nuevos puertos.

Sobre el papel, Marsa Maroc entra como socio minoritario y Boluda mantiene el control y la gestión de Boluda Maritime Terminals, especializada en terminales de carga y logística portuaria. El grupo marroquí aporta experiencia y, sobre todo, una sólida posición en el norte de África, donde gestiona buena parte de las infraestructuras portuarias del país. En conjunto, ambas compañías suman 34 terminales en 20 puertos repartidos entre la península, Canarias y África, una dimensión que refuerza su capacidad de competir en el ámbito internacional.

La reflexión que se abre es si este movimiento responde principalmente al interés de Marsa Maroc por ganar presencia fuera de Marruecos en terminales de carga españolas —como podría ser el caso de futuras infraestructuras estratégicas— o si, por el contrario, es Boluda quien ve en esta alianza una oportunidad para ampliar su radio de acción hacia otros segmentos portuarios, como el de los cruceros, apoyándose en un socio institucional fuerte y con respaldo estatal como es el operador marroquí.

En este contexto, el puerto de Cádiz emerge como un escenario especialmente significativo. La dársena gaditana tiene aún por delante proyectos clave: por un lado, la futura terminal de contenedores, cuya gestión y explotación estará en manos de Concasa, sociedad en la que Boluda ostenta la mayoría del capital; por otro, la eventual construcción y adjudicación de una tercera terminal de cruceristas, un proyecto largamente esperado que podría redefinir el papel de Cádiz en el tráfico turístico marítimo del sur de Europa.

No sería descabellado pensar que, llegado el momento, Boluda pudiera presentarse a la gestión de esa futura terminal de cruceros, ya no solo como actor nacional de peso, sino acompañado por Marsa Maroc como socio estratégico. Esta fórmula permitiría al operador marroquí dar un paso decidido en su internacionalización, saliendo de las fronteras del reino alauí y posicionándose en un puerto europeo de primer nivel, mientras que Boluda reforzaría su presencia en Cádiz y diversificaría su actividad más allá de la carga y la logística tradicional.

La operación sugiere un reposicionamiento a medio plazo en el sur peninsular

La alianza, en ese sentido, podría interpretarse como un movimiento de doble dirección: Marsa Maroc encuentra en Boluda la puerta de entrada a mercados maduros y regulados como el español, y Boluda gana un socio con capacidad de influencia y conocimiento en el eje Marruecos-España, clave tanto para el tráfico de mercancías como para el de pasajeros. Cádiz, por su ubicación estratégica y por los proyectos pendientes, encaja de forma natural en esa visión compartida.

Habrá que esperar a futuras licitaciones y decisiones de las autoridades portuarias para comprobar si esta sintonía estratégica se traduce en iniciativas concretas. Pero lo que parece claro es que la operación va más allá de una mera participación accionarial: apunta a una reordenación de fuerzas en el mapa portuario del sur peninsular, donde Cádiz podría convertirse en uno de los principales escenarios de esa nueva etapa de cooperación entre Boluda y Marsa Maroc.

Al final, las grúas impondrán su calendario

En el caso de Cádiz, la estrategia de Boluda está estrechamente ligada a la futura terminal de contenedores y a la esperada mudanza de los tráficos desde el muelle Reina Sofía. Un traslado que no se producirá hasta que la compañía disponga de las nuevas grúas necesarias para operar con plena eficiencia. Sin ese equipamiento, la nueva terminal no tendría capacidad real para absorber el tráfico actual ni captar nuevos servicios. En este contexto, la entrada de Marsa Maroc refuerza la posición de Boluda a medio plazo y aporta experiencia en entornos portuarios altamente competitivos, especialmente en el eje del Estrecho y el corredor Marruecos-España, clave para el comercio marítimo.

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