El desarrollo de Cádiz

Adiós al viejo cementerio de Cádiz, adiós a los Chinchorros

  • La operación urbanística entre la Avenida y el Paseo Marítimo de Cádiz da un paso esencial pendiente del derribo del camposanto, donde se van a desalojar decenas de panteones

A la izquierda, la nueva promoción de pisos junto a lo que queda de los Chinchorros y el cementerio.

A la izquierda, la nueva promoción de pisos junto a lo que queda de los Chinchorros y el cementerio. / Miguel Gómez

La ciudad de Cádiz afronta la penúltima fase de una operación urbanística de gran calado en sus extramuros. Una operación que dio sus primeros pasos hace treinta años, tiempo extenso que demuestra lo complicada que está siendo de ejecutar. Al fin y al cabo afecta al cementerio de San José y al vecino polígono de San Juan Bautista, popularmente conocido como los Chinchorros.

Por una parte, tras la clausura para nuevos enterramientos del camposanto en enero de 1992 quedaban por exhumar los restos que aún descansan bajo tierra; por otra, los Chinchorros, en parte formado por un barrio levantando a finales del siglo XVIII y principios del XIX, ha ido sustituyendo sus viejas casas y las destartaladas naves por bloques de vivienda en altura.

En todo este proceso se ha dado un avance más que notable que culminará con la urbanización del cementerio y su conversión en una zona ajardinada, con la eliminación total de las viejas edificaciones y la apertura de un bulevar que conecte la Avenida con el futuro parque.

La situación actual de cada parte del proyecto es la siguiente.

Cementerio: Suspendidos los enterramientos el 22 de enero de 1992 y desalojadas y derribadas todas las cuarteladas, en los últimos meses se ha estado trabajando en la búsqueda de los restos de fusilados tras el golpe militar del 18 de julio de 1936 y en la búsqueda de los restos de bebés robados. Todos, con sepulturas en tierra ubicadas tanto debajo de las cuarteladas como en las fosas comunes.

La previsión del Ayuntamiento es terminar el próximo mes de diciembre las tareas de exhumación vinculadas a la memoria histórica. Será entonces cuando se puedan iniciar las tareas para el desalojo de los demás restos óseos que quedan en el viejo camposanto.

No será una operación sencilla, tanto por los miles de restos que quedan como por el cuidado con la que hay que realizar esta operación, antes de su traslado al Cementerio Mancomunado en Chiclana. Será por ello un trabajo que se alargará durante meses.

Varios de los panteones del cementerio. Varios de los panteones del cementerio.

Varios de los panteones del cementerio. / Joaquín Hernández Kiki

A la vez, el pasado junio se aprobó el proceso de traslado a Chiclana de varios de los panteones que aún permanecen en Cádiz. Desde 1992 ya se han reubicado numerosos en el Mancomunado, en operaciones ejecutadas por los propietarios de estos enterramientos.

En total se van a trasladar 26 unidades, entre las que se encuentran los panteones de varios alcaldes de la ciudad. Para ello en una parte de ellos se ha llegado a un acuerdo con los titulares de los mismos y en otros hay un interés de Cemabasa (la empresa pública que gestiona estos camposantos) para incorporar las esculturas que tienen, por un valor artístico, estético, histórico o cultural, en el patrimonio del Cementerio Mancomunado.

Otros panteones que quedan en San José. Otros panteones que quedan en San José.

Otros panteones que quedan en San José. / Joaquín Hernández Kiki

De esta forma se procederá a la exhumación de los restos que se contengan en ellos, conservarlos en cajas e inhumarlos después en Chiclana. Tras el desmontaje de las estructuras en San José se levantarán de nuevo en su nueva ubicación.

La intención del Ayuntamiento es terminar este mandato corporativo, a mediados de 2023, con el cementerio de San José ya totalmente vacío.

Para ese momento se quiere tener avanzado el diseño del parque que ocupará este solar, a pie mismo del Paseo Marítimo. El anterior gobierno del PP ya realizó un diseño para el que denominó Parque del Descanso. El actual equipo pretende reforzar la zona ajardinada, con más vegetación y juegos para los pequeños.

En su momento se planteó un monumento en recuerdo de los fusilados que fueron enterrados en San José. También el Ayuntamiento informa que reutilizará en una parte del nuevo parque los bolos retirados de las calles que ahora se están urbanizando en los Chinchorros, y que datan de hace dos siglos.

Zona residencial: En manos de la iniciativa privada, avanzan a muy bien ritmo el complejo de viviendas Residencial Nuevo San José. Por las obras de canalizaciones de los nuevos servicios urbanos llevan cerradas desde hace semanas varias calles.

A la vez se han derribado varias de las viejas construcciones de planta baja, que permitirán crear una gran plaza de acceso al futuro parque. Junto a este nuevo bloque de viviendas sigue en pie la estructura de otro edificio que quedó parado hace años. Fuentes del Ayuntamiento indicaron que la promotora terminará este inmueble en una siguiente fase. No ha sido posible contactar con la constructora para conocer plazos de ejecución.

Con todo, quedará pendiente el derribo de las últimas casas del viejo barrio. El lateral más cercano al cementerio ya no existe, pero en el resto de la parcela siguen en pie un buen número de ellas, habitadas en su gran mayoría y muy cuidadas por sus vecinos. Además, hay cerca de media docena de locales comerciales, algunos muy activos.

Esta fase de reordenación de este suelo de Puerta Tierra aún tardará en estar terminada. Al fin y al cabo lleva esperando treinta años.

El proyecto incluido en el actual PGOU supone su derribo y apertura de un gran bulevar que conecte la Avenida con el nuevo parque. Pero para realizar esta operación será fundamental la participación de la iniciativa privada. Aún queda por construir otro edificios de viviendas para cerrar el semicírculo que conformará la nueva plaza, a la vez que los promotores tendrán que negociar con los propietarios de las viejas edificaciones que aún siguen en pie, entre las que hay casas con dos siglos y otras construidas o rehabilitadas hace apenas unas décadas.

En todo caso, no hay perspectivas inmediata para afrontar esta operación que supondría cerrar un plan urbanístico iniciado hace tres décadas y, a la vez, eliminar los últimos vestigios del barrio más antiguo de Puerta Tierra.

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