Cultura

Víctor Manuel visibiliza el "trabajo en el alambre" de los "desamparados" de la creación en la entrega de las Medallas de las Bellas Artes

Víctor Manuel, al recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, con los Reyes de España, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun y el presidente de la Junta, Juanma Moreno

Víctor Manuel, al recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, con los Reyes de España, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun y el presidente de la Junta, Juanma Moreno / Julio González

Tan exquisito como reivindicativo, el cantautor Víctor Manuel ha enfocado su discurso de agradecimiento en representación de la treintena de galardonados con las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes mirando a "los desamparados" de la creación, es decir, visibilizando "el trabajo en el alambre" de los escritores, músicos, pintores y actores premiados de un "país desmemoriado" donde "vales lo que vale tu último trabajo".

En el Palacio de Congresos de Cádiz, y tras hacerse efectiva la entrega, por parte de los Reyes de España, de 30 de las 32 distinciones concedidas -Javier Cámara y Manuel Rivas no han acudido a la cita-, el veterano músico ha tomado la palabra para reconocer "la larga entrega y excelencia" de todos los agraciados en sus diferentes disciplinas y expresar sin miedo su "debilidad y predilección" por "estos trabajadores de la cultura a quienes identifico por su trabajo en el alambre".

"Ese equilibrio inestable que es no saber nunca de cómo va a ser tu vida profesional, también personal, en los próximos meses o años, en actividades tan precarias como la interpretación, la música, la pintura o la literatura, a las que unen un hilo invisible, siempre a punto de quebrarse, que las hermana y que consiste en inventarte unos trabajos por los que nadie va a remunerarte hasta que no corras la suerte de entrar en el mercado asumiendo previamente que tu supervivencia laboral depende única y exclusivamente de la aceptación pública de tu actividad con la certeza añadida, porque ya los has experimentado, que en este país tan desmemoriado, vales lo que vale tu último trabajo", ha fijado el tiro el autor de Sólo pienso en ti.

Así, el veterano cantautor no ha dudado en mostrar la otra cara de la moneda de esas labores, a priori, "no remuneradas", que aunque a veces encuentren "un gran reconocimiento artístico y económico", en otras procuran "un ostracismo agravado que te haga desaparecer porque de todos es sabido que no se puede gustar a todo el mundo y todo el tiempo, y además ahora, las redes las carga el diablo", ha apostillado.

Los tiempos transcurridos desde que un escritor "entra en ebullición" hasta que ve su obra editada; las repetidas miradas de un intérprete "a un teléfono mudo" mientras espera la llamada que "le reenganche de nuevo a la profesión"; el desvelo del artista plástico al que le "asalta una idea" en pleno sueño; el empeño de "bajar la música a la tierra" (porque "la música está en el aire"), de "retorcer la inspiración para imaginar algo que no estaba hecho" y de la dependencia de "unos derechos de autor siempre en entredicho" de los músicos, han sido los argumentos empleados por Víctor Manuel que ha pedido "disculpas" por ocuparse "un poco más" en su discurso "de los desamparados, de los que dependen de sí mismos, los que solo tienen cabeza y manos para defenderse, porque les va la vida en ello". 

Dos pellizcos más dio Víctor Manuel para terminar su intervención en Cádiz, "a la que siempre vale la pena volver". Una advertencia y un asidero de esperanza. El aviso fue para los padres -"hay muchas vocaciones en todas estas profesiones premiadas pero seguro que en el pasado, y entre todas estas Medallas, han habido pésimos estudiantes, gente con dificultades para explicarnos su propia historia como buscadores de agujas en un pajar, y algún desahuciado prematuramente desde el punto de vista académico"- y la luz, para todos los artistas venideros: "voy a decirlo muy bajito, para que no se enteren ahí afuera, cuando uno trabaja en lo que le gusta, siempre está de vacaciones".

Los premiados

Además del cantautor Víctor Manuel, las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2022 han recaído en la Academia de España en Roma (recogió el premio María Luisa Sánchez), el pintor Augusto Ferrer-Dalmau, la cantante Concha Buika, el actor Karra Elejalde, el productor musical Jesús López, la cocinera María José San Román, la artista de circo Miss Kay, la periodista Rosana Torres, la montadora Teresa Font, el artista Carlos León, la actriz Carme Elías, la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao (cuyo galardón recogió Amagoia Loroño), el arquitecto Patxi Mangado, la Ganadería Miura, el cantautor Luis Pastor, el escritor Manuel Rivas (que no acudió a la cita), el director teatral Mario Gas, la pintora Mirazo, el diseñador de artesanía Tomás García Alía, la coreógrafa y bailaora Rocío Molina, la escuela Taller de Músics (premio que recibió Luis Cabrera), la escritora Rosa Montero, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), el pintor Pedro Cano, el actor Javier Cámara (tampoco estuvo presente), la cantaora Lole, la química Carmen Muro, el músico Santiago Auserón y el productor musical Gay Mercader.

También, dos de estos premios se han otorgado a personas ya fallecidas como la cantante María Jiménez, cuyo galardón recogió su hijo, Alejandro Sancho, y el ex ministro de Cultura y gestor cultural José Guirao, cuya distinción recibió su hermana Beatriz Guirao.

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