El Paseante

Ramadán en verano, sed y calor

  • Los musulmanes ya han comenzado esta práctica sagrada, renunciando a comer y beber desde el alba hasta la puesta de sol l Este año el ayuno coincide con el mes más caluroso del verano

El mes sagrado de los musulmanes llega este año en pleno agosto. Si paseamos al atardecer por las calles gaditanas, se puede observar que los comercios dirigidos por musulmanes cierran un poco antes. Llega la puesta de sol y con ella finaliza el día de ayuno. Los fieles musulmanes que realizan esta práctica deben lidiar con las altas temperaturas de los días y la sed que ello supone, además de compaginarlo con la jórnada laboral.

En pleno centro de la ciudad nos encontramos con Nabil El Hibabi, un joven vendedor para quien "el trabajo es una ventaja porque al menos estamos entretenidos. Lo más complicado es no poder beber agua". Nabil está acostumbrado desde pequeño al Ramadán, por eso lo ve como algo normal, pero confiesa que "a la gente de aquí le parece más sacrificado, pero es algo en función de las creencias de cada uno. Depende de la educación que te dan, y a mí, gracias a Dios, me lo han enseñado así desde pequeño".

Seguimos caminando y nos topamos con Aqil Morad, otro de los comerciantes musulmanes que residen en Cádiz. "Es un sacrificio, un mes para perdonarte a ti mismo y para hacer las cosas correctamente. Tener hambre, por ejemplo, es conocer el hambre que pasan otras personas. Si tú tienes hambre un día con el tiempo vas a saber lo que puede pasar un pobre". Para Aqil, el Ramadán es el tiempo de ayudar al prójimo, un tiempo más solidario.

Y es que no sólo el estómago realiza esta práctica, sino que el ayuno también debe ser moral. Es decir, es una fecha de oración y abstinencia , de evitar malas palabras y pensamientos y alejarse de todo acto pecaminoso. Eso sí, sólo bajo la luz del sol. Cuando el señor don Lorenzo se esconde, pueden desquitarse bajo la luz de la luna y saciar el hambre en todos los sentidos.

Esta práctica tiene un periódo de iniciación que suele ser a la edad de los 15 años, cuando ya se es un poco más fuerte. Sin embargo, algunos niños se van iniciando a la edad de 10 años, "que hacen uno o dos días de ayuno, para que vayan acostumbrando el cuerpo para cuando sean más mayores y que no les cueste tanto", afirma El Moulodi Bessam, quien posee un bázar en la calle Libertad.

Aqid Morad tiene una hermana que realizará el ayuno este año por primera vez, y reconoce que están "apoyándola e intentando que lo lleve lo mejor posible". Esta noche será su primera cena trás su primer día de Ramadán donde "haremos una especie de celebración para ella, que estrenará vestido y cenaremos todos juntos, en familia".

A los musulmanes les espera un mes de agosto duro, y seguro que más de uno pedirá a Mahoma que afloje las temperaturas para no tener que luchar con el calor además de con el hambre y la sed. Aun así, siempre les quedará la recompensa con la puesta del sol, en el reencuentro con la comida y el agua al caer la noche.

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