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IX Congreso de la Lengua

La RAE fortalece sus herramientas para atacar los errores lingüísticos

El académico Salvador Gutiérrez, durante su intervención de ayer en el Congreso de la Lengua.

El académico Salvador Gutiérrez, durante su intervención de ayer en el Congreso de la Lengua. / Miguel Gómez

Para empezar, hablemos del “solo”, que se ha convertido en la estrella lingüística de las últimas semanas. No hubo nada nuevo. Resaltemos dos intervenciones. Una, la del presidente de la RAE, Santiago Muñoz, que no pudo ocultar que empieza a estar harto del tema. “En la RAE trabajamos muchísimo, el tema del ‘solo’ es una pequeñísima parte”. Otra, la del académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, que abogó por “no tildar el solo nunca” (la alargada sombra de Pérez-Reverte recorrió de arriba a abajo la sala). Más allá de las opiniones, todo sigue igual, únicamente se puede acentuar si hay ambigüedad, aunque la RAE incluirá eso de “a juicio de quien escribe”. Punto y final al tema.

El “solo” no fue sino una anécdota en la conferencia de prensa de la mañana del segundo día del Congreso Internacional de la Lengua, que tuvo mucha enjundia para los usuarios del español. La presidió Santiago Muñoz y alrededor suya se sentaron lingüistas de primer nivel. Uno, el ya referido Salvador Gutiérrez, es el encargado del Diccionario panhispánico de dudas (DPD).

El DPD apareció en noviembre de 2005 y resultó un éxito, tanto en su versión en papel como digital. Las consultas se dispararon. Era un formato claro, con un lenguaje para todos los públicos, que solventaba dudas muy comunes, esas que todos tenemos desde tiempos antidiluvianos u otras que nos generan los nuevos usos del lenguaje. No obstante, tan solo cuatro años después, todo cambió. La RAE publicó en 2009 y 2010 dos obras mayúsculas, la Nueva gramática de la lengua española y la Ortografía de la lengua española. Muchas de las cosas que aparecían en el DPD ya quedaban desfasadas y el usuario no sabía si aquello que consultaba lo estaba o no. No era ya la archifamosa tilde del “solo”, eran decenas y decenas de cuestiones de toda índole las que cambiaban.

“Fue una revolución dentro de la academia”, señaló Salvador Gutiérrez, que recordó que fue la primera obra panhispánica. ¿Qué persigue el DPD? Responder a las preguntas del día a día. Por ejemplo, expuso Gutiérrez, estamos en pandemia, aparece la palabra “covid”. Primera pregunta, ¿masculino o femenino? El Departamento del Español al Día propone el género femenino. Pero hay más. ¿Es llana o aguda? ¿Todo en mayúscula o minúscula? Y así con muchas…

En el nuevo DPD aparecerá un sobresaliente número de novedades. Han pasado casi dos décadas desde la primera edición, un tiempo amplio en el que muchísimas palabras se han consolidado. Gutiérrez habló, por ejemplo, de brauni (brownie). Usted ya podrá decir que tras cerrar un bisnes fue al restorán para celebrarlo, tomó de postre un brauni y luego un güisqui. Impecable. Por el momento, lo que no se admite, dijo Gutiérrez, es “jol” (hall).

Esta segunda edición será digital, tendrá enlaces con otras obras de la RAE e irá modificándose a medida que se estime necesario, algo parecido a lo que ocurre con el Diccionario, que incluye, saca y cambia de significados palabras continuamente, dejando constancia en la edición digital. ¿Cuándo verá la luz la segunda edición de este Diccionario panhispánico de dudas? No hay fecha oficial, pero la RAE quiere que sea antes de que acabe este año.

Es el Diccionario panhispánico de dudas una magnífica herramienta, que ahora, en esta segunda edición, aparecerá potenciada. Usted, que, paciente, ha llegado hasta aquí en su lectura, se habrá dado cuenta de las erratas que contienen los párrafos precedentes, equivocaciones que, de haber consultado el arriba firmante el DPD, no hubiera cometido, esto es, no hubiera puesto *antidiluviano, sino la forma correcta, que no es otra que antediluviano; habría cambiado *alrededor suya por el correcto alrededor suyo; hubiera quitado *punto y final y puesto punto final; *de arriba a abajo hubiera sido borrado y colocado, en su lugar, el correcto de arriba abajo.

La segunda gran obra de la que se habló fue el Diccionario de la lengua española. Acumula ya 23 ediciones y una de las grandes dudas es si la 24, que aparecerá en el año 2026, será solo digital. El presidente de la RAE afirmó que aún no estaba decidido, pero que muy bien podría ser digital y tener, además, una pequeña edición en papel.

En la actualidad, el Diccionario se actualiza continuamente y tiene un número de visitas millonario (unos 50 millones mensuales). La edición número 24 tendrá una gran novedad, un diccionario de sinónimos, muy demandado por los hablantes, según expuso la académica Paz Battaner, directora del Diccionario. Aún se desconoce, señaló el presidente de la RAE, si se aparecerá independientemente del Diccionario o con esta obra.

También se anunció que el Glosario de términos gramaticales, hasta ahora solo en papel, tendrá versión digital, o sea, será de acceso sencillo y gratuito. ¿Se acuerdan ustedes de cuando en el colegio o instituto había que analizar oraciones: sintagma nominal, sintagma verbal, sujeto, complemento directo…? Pues de eso, entre otras cosas, va. Es bien conocido por profesores de enseñanzas medias, a quienes está dirigido especialmente. Un pequeño diccionario de gramática que vio la luz en 2019 y que busca, ante todo, claridad, justo lo que no tiene la Nueva gramática de la lengua española publicada en 2009, muy farragosa y para nada recomendada para el público general.

El académico Ignacio Bosque (indiscutible referente de la filología española contemporánea) fue el encargado de hablar de esta obra. La edición en línea tiene grandes ventajas, no es preciso, por ejemplo, tener varias obras en papel delante, algo hasta ahora necesario, ya que las remisiones a otros trabajos académicos son múltiples. Bastará un clic y usted viajará del Glosario a, por ejemplo, la Nueva gramática, la Ortografía de la lengua española o al Diccionario panhispánico de dudas. De igual modo, habrá enlaces con los esquemas, una herramienta muy útil que incorpora esta obra de la ASALE. Se da, por consiguiente, un notable salto cualitativo y tecnológico.

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