Los bloques que dejarán paso a la nueva avenida transversal son antiguos y se encuentran en mal estado. Pero los vecinos no se atreven a hacer ningún arreglo porque no quieren gastarse dinero en algo que pronto demolerán. Así llevan varios años y las viviendas cada vez están en peores condiciones: tienen grietas, humedades y algunas hasta el techo derrumbado.

"Yo tengo la cocina de pena, pero no la cambio porque sé que no me va a caber en otro sitio porque estas cocinas son muy peculiares, con varios pilares", afirma María Guijeño.

Por su parte, Vanessa Payán cuenta el caso de su vecina del séptimo, a la que se le cayó el techo del cuarto de baño hace aproximadamente un año y desde entonces tiene cinco puntales y una tabla de madera en el techo que le sirve de suelo al de arriba. Además, se está desprendiendo la parte de abajo de algunos balcones. Hasta tal punto, que se ha vallado el acceso a los pisos y se han puesto andamios en el patio de los bloques 5 y 7 de la calle Cooperativa para que no les caigan cascotes a los vecinos cuando entren y salgan.

Vanessa añade que las tuberías son antiguas y las han ido arreglando "a trozos, cuando se han ido estropeando, porque el seguro no nos cubre muchas cosas al ser el piso tan antiguo. Y no ha pasado la ITV de los 40 años, porque como lo iban a tirar... Aquí no se arregla nada y cada vez está todo en peores condiciones".

María Guijeño cuenta que en su edificio tienen que reparar el ascensor y ningún banco quiere darles un préstamo porque saben que se va a tirar el bloque. "Estamos amarrados con los bancos. No podemos arreglar nada, vamos parcheando desde hace tiempo. Pero el ascensor tiene que pasar la revisión porque si no, en Industria nos han dicho que nos lo paran por seguridad", se lamenta.