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Transporte público

Pesadilla en el Alvia de Cádiz a Madrid: más de once horas de viaje, paradas largas en mitad del campo y con poca comida

Un tren Alvia, entrando en la estación de Cádiz

Un tren Alvia, entrando en la estación de Cádiz / Julio González

Los viajes en tren del domingo 3 de septiembre, en pleno temporal de la DANA, fueron toda una odisea. Todos los pasajeros que escogieron este medio de transporte para ir a Madrid desde Cádiz, Sevilla o Málaga sufrieron para llegar a destino. 

Los problemas causados en las vías de alta velocidad, sobre todo a la altura de Toledo, interrumpieron el tráfico ferroviario. Dos días después, la normalidad no ha vuelto. Tanto que ayer lunes 4 de septiembre, dos Alvia no salieron de Cádiz a Madrid y un tercero lo hizo con un importante retraso. Miles de afectados en toda España que estos días se han quedado tirados en el hall de una estación o encerrados durante horas en un vagón.

Uno de los trayectos más accidentados de los muchos que tuvo Renfe el domingo pasado fue el último Alvia de Cádiz a Madrid, que estaba programado para las 18.30 horas con llegada a las 23.12 horas. La información oficial de Adif fijaba la llegada de este trayecto poco después de las 02.00 horas. Diario de Cádiz ha obtenido el testimonio de uno de los pasajeros que estuvo a bordo de este tren que, insiste, entró en Atocha poco más tarde de las 07.00 horas. 

Según narra,  todo empezó al llegar a la estación de El Puerto, donde el Alvia procedente de Cádiz debía aparecer a las 18.56 horas y ya existía un clima de nerviosismo. Un poco antes de esa hora, el tren deja de anunciarse por el panel del apeadero portuense. En taquilla, solicitaban tranquilidad, no había nada cancelado. Sin embargo, los minutos pasaban y no había información oficial. Así que muchos pasajeros optaron por solicitar la devolución e irse. Otros, persistieron.

Dos horas después, en mitad del caos de personas desinformadas entrando y saliendo de los andenes, el Alvia a Madrid salió de El Puerto sobre las 20.45. Las circunstancias se agravaron por una incidencia en Río Arillo (entre Cádiz y San Fernando). Era una tarde de improvisaciones y decisiones sin pensar, tanto que muchos pasajeros que ya habían devuelto su billete, decidieron viajar igualmente.

La peor parte aún estaba por venir. Después de pasar Sevilla, los vagones avanzaban a trompicones debido a las afecciones de las vías. Y al pasar Córdoba, tras varios parones anteriores, se frenó a la altura de Villafranca de Córdoba en medio de la sierra cordobesa, a oscuras, sin nada alrededor. Aquí estuvo alrededor de una hora, fuera no se alcanzaba a vislumbrar nada. Al cabo de un tiempo, por megafonía se anunció que el tren debía volver a Córdoba, volviendo en sentido contrario por la misma vía. El tren estuvo en la ciudad califal desde las 00 horas a las 2 horas aproximadamente. No partió de allí hasta las 2.15 horas.

El pasajero incide en destacar el descontrol y la falta de información por parte de Renfe. Otro aspecto negativo del trayecto es que la cafetería, considera, no estaba preparada para un viaje tan largo. Por lo que la comida escaseaba. La compañía dio la solución de dar agua de forma gratuita, reconoce uno de los usuarios de este tren. Aún así, no se buscaron provisiones en este punto del recorrido. En este punto, se abrieron las puertas de los vagones, para aquellos que desistieran de seguir el trayecto o quisieran estirar las piernas.

Desde Córdoba a Madrid, quedarían aún 4 horas más, aproximadamente. Aún quedaba la zona más dañada, la provincia de Toledo. Si el resto del recorrido, la velocidad no era la habitual, desde aquí se incrementaron los períodos a unos 20 kilómetros por hora. "Lo peor de todo fue falta de información, no se atrevían a decirnos nada, los empleados tampoco sabían lo que estaba pasando. De hecho, ellos también se estaban lamentando de la situación vivida", mantiene la fuente consultada por este periódico, que matiza que los profesionales a bordo estuvieron atentos. "La app de Adif dejó de actualizar sobre averías a partir de las 00 horas. Cuando llegamos a las siete de la mañana, aún ponía que el tren había llegado a las 02 horas a Atocha", aclara con frustración.

Sobre todo, afea que se hiciera un desplazamiento tan largo en esas circunstancias, con mayores y niños a bordo. "Igual no tenía que haber salido el tren en esas condiciones. Con retraso de más de 8 horas y un trayecto de más de 12 horas, no puedes tener gente así. Había personas mayores con más de 80 años y niños. O al menos se podría haber buscado la alternativa del autobús o un sitio para pernoctar", lamenta con indignación. Finalmente, un viaje que debía haber concluido a las 23.12, lo hizo pasada las 7 horas. 

La sensación generalizada entre las personas a bordo era de resignación. No hubo gritos, ni momentos de tensión, pero sí algo de decepción. En su mayoría, los pasajeros se aquejaron de los pocos intentos por mejorar la situación por parte de la compañía estatal, quedando todo a merced de un arreglo de las vías por parte de Adif. Algo que no podía ocurrir en mitad de esa noche, ya que las fuertes lluvias seguían azotando buena parte del país. En esa situación, algunos usuarios esperaban un ofrecimiento en forma de pernoctación o un viaje en bus al destino.

Dos días después, las incidencias persisten. Adif, la encargada de gestionar la infraestructura ferroviaria, anunciaba a las 11 de la mañana  de esta martes que se restablecía un tráfico que ha tenido que ser interrumpido varias veces desde el domingo pasado. 

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