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Ortodoncia invisible: la ortodoncia más estética

Ortodoncia invisible: la ortodoncia más estética

Ortodoncia invisible: la ortodoncia más estética

Imposible que hasta nuestros oídos no haya llegado la existencia de un novedoso sistema de ortodoncia que apenas se aprecia en nuestra dentadura, acorta el tratamiento y, además, resulta cómodo de llevar dado que no ocasiona rozaduras. Aunque es ahora cuando hacen furor, estamos hablando de un sistema ideado hace varias décadas. 

En concreto, corría el año 1997 cuando Zia Chishti y Kelsey Wirth, dos estudiantes de la Universidad de Stanford, en California, concibieron un sistema que efectuaba ligeros movimientos dentales progresivamente gracias a una serie de alineadores de poliuretano extraíbles. Este dispositivo se fabricó de manera informática y, sin duda, supuso el principio de una era en el mundo de la ortodoncia.

Los datos hablan por sí solos y es que los aparatos de ortodoncia invisible crecen desde 2016 a un ritmo anual del 12,16 %. Una fórmula discreta e higiénica que pulveriza récords en cuanto a resultados, aunque siempre hay casos que debido a sus particularidades requieren de más tiempo para lograr su cometido.

A esto se suma que estamos hablando de una ortodoncia muy personalizada, que tiene muy en cuenta las características y las medidas de la boca del paciente. En concreto, a través de un escáner, se captan las imágenes de la boca del paciente. Estas son remitidas inmediatamente al laboratorio para que con la ayuda de un software sean analizadas y puedan fabricarse los alineadores. No obstante, además del escáner, también se pueden emplear las tradicionales impresiones de silicona para tomar las medidas de la boca, y confeccionar posteriormente los alineadores.

En definitiva, hay muchas razones que explican el tremendo éxito de la ortodoncia invisible y su crecimiento imparable. Así, a grandes rasgos, podemos considerar los siguientes aspectos: 

  • Favorecen la higiene dado que pueden retirarse con comodidad a la hora de comer o cuando estemos bebiendo para luego volver a insertarlos en la boca sin mayor complicación. De esta manera, se pueden cepillar los dientes con facilidad e incluso emplear hilo dental. En suma, no quedará resto alguno de comida.
  • La estética es inmejorable dado que prácticamente son inapreciables para los demás. En este sentido, las férulas son transparentes y, por lo tanto, invisibles. Tampoco podemos pasar por alto que cuando los pacientes las llevan puestas no se modifica en absoluto la forma de la cara.
  • Los primeros resultados llegan de manera rápida, pues ya es posible apreciar una mejora en la alineación a los pocos meses. Además, conviene recalcar que los plazos con respecto a un tratamiento tradicional con brackets se acortan ostensiblemente.

Otra de las especiales características de este método es que permite visualizar a la perfección cómo quedarán los dientes tras concluir el tratamiento. Sin duda, todo un aliciente y un estímulo dado que sabremos a la perfección cuál será la recompensa al finalizarlo.