Cádiz

El Obispado de Cádiz juzga desde hoy al cura Rafael Vez

  • Se enfrenta a una suspensión de su ministerio sacerdotal y a la privación perpetua de sus cargos de profesor y de canónigo por sus públicos ataques a Zornoza

El sacerdote Rafael Vez Palomino, en una eucaristía.

El sacerdote Rafael Vez Palomino, en una eucaristía.

Este jueves ha arrancado la causa eclesiástica abierta contra el sacerdote Rafael Vez y que en primera instancia juzga el Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Cádiz. Sobre la mesa del tribunal está la petición de que Vez Palomino, excesivamente crítico con el obispo Zornoza y con su gestión desde la llegada a Cádiz en 2011, sea suspendido como sacerdote durante un tiempo (que tendría que delimitar el propio tribunal) y que sea privado de sus cargos de profesor del Seminario y de canónigo de la Catedral. Todo ello en base a los continuos ataques que ha ido profiriendo en los últimos años por medio de las redes sociales y medios de comunicación.

En concreto, el promotor de Justicia nombrado por el propio Zornoza en esta causa, Rafael Rabasco, señala a Vez como autor de hasta media docena de delitos eclesiásticos. Cuatro de ellos irían contra la ley canónica, acusándole de un crimen de falsedad, otro de desobediencia a la autoridad eclesiástica, un tercero por impedir o condicionar la libertad y ejercicio de la potestad o ministerio y un cuarto delito por suscitar odio en los súbditos contra el obispo e inducirles a la desobediencia; y los otros dos atentarían contra la ley divina, habiendo vulnerado los mandatos octavo (no dirás falsos testimonios ni mentirás) y quinto (no matarás). Sobre este último delito, precisaba el promotor judicial que el Catecismo contempla una acepción de este quinto mandamiento referida a la muerte espiritual de alguien a través del escándalo, que sería la que aplica a este procedimiento.

Fruto de estos delitos, Rabasco solicita para Vez Palomino “la privación perpetua de sus oficios de profesor del Seminario y canónigo de la Catedral de Cádiz, la suspensión del ejercicio del ministerio sacerdotal por el tiempo de la pena que le sea impuesta”. De igual modo, se solicita “la retirada ipso facto” de todos sus comentarios y críticas contra el obispo, “sus próximos colaboradores y las decisiones de gobierno de la propia Diócesis” vertidas en las redes sociales tanto a nivel personal como de la parroquia de Santa Catalina de Conil que atendía hasta julio de 2020. Y, por último, reclama también el promotor (que en la justicia ordinaria vendría a representar la figura del Ministerio Fiscal) que a Vez Palomino “se le imponga el deber de reparación pública y petición de perdón por el daño ocasionado”.

El propio sacerdote, que desde noviembre de 2020 fue apartado del ejercicio ministerial por decreto episcopal ante su incomparecencia al nuevo destino encomendado como capellán del hospital de Puerto Real, ha sido el encargado de anunciar en sus redes sociales el inicio de este juicio eclesiástico. “A lo largo de casi un mes, iremos pasando por el Tribunal junto con los testigos de la defensa y de la parte acusadora. Es todo un gesto de “generosidad”, sabiendo que el abogado que tuve que buscar, ya que la diócesis en ningún momento me ofreció esa posibilidad, vive en Palma de Mallorca y que tendrá que desplazarse 5 veces hasta el Obispado de Cádiz”, explicaba Vez, que precisaba que este jueves, primer día del juicio, sería él quien prestara declaración en el Tribunal Eclesiástico; y tras él, dos testigos a la semana. “Mientras, aquí sigo sin posibilidad de ejercer mi ministerio lo cual me hace pensar que estoy realmente cumpliendo una condena, porque así lo ha querido el obispo diocesano quien, aún cuando no he sido ni juzgado ni sentenciado, ya me ha condenado”, lamentaba.

No ha escondido en esta nueva publicación el sacerdote sus críticas al proceso eclesiástico abierto en su contra, llegando a denunciar insultos, humillaciones o trato de favor en su contra. “Han sido muchas las trabas que hemos tenido que sortear; los desprecios dirigidos hacia mis abogados; las humillaciones sufridas, llegando al insulto, al desprecio y a la falta de respeto, con testigos incluidos; y las puertas que se han cerrado, quedándose algunas entreabiertas por pura curiosidad, como las llamadas viejas del visillo”, afirma Vez, que recuerda que desde septiembre de 2019 no ejerce de profesor en el Seminario y que desde noviembre de 2020 no celebra misas en público; además de reconocer que sigue viviendo en la casa parroquial de Conil, “de la cual, a pesar de la insistencia, no he podido salir porque no se me ha garantizado una vivienda digna”.

“Los Tribunales Eclesiásticos son lentos, muy lentos. Y soy cada día más y más consciente de que cuando la Justicia es lenta, deja de ser justa”, afirma Vez Palomino, que asiste desde este jueves al proceso eclesiástico que en primera instancia ha abierto la Diócesis de Cádiz tras la denuncia elevada por el promotor judicial en septiembre de 2020. Otro peldaño más en este enfrentamiento entre el cura diocesano y el obispo Zornoza.

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