El éxito de cada campaña del Juan Sebastián de Elcano como buque–escuela y embajada flotante descansa en gran medida en las cualidades de su comandante, su equipo de oficiales y suboficiales y la dotación de marinería, todos ellos al servicio de objetivo principal del navío: convertirse en una extensión flotante de la Escuela Naval Militar, con sede en Marín, Pontevedra.

En su XCVI crucero, el majestuoso bergantín–goleta de la Armada zarpará de Cádiz con 82 guardiamarinas a bordo, pertenecientes a la 426 promoción del Cuerpo General y la 156 de Infantería de Marina. Estos jóvenes marinos, en la cúspide de su formación, navegan hacia un horizonte de conocimientos y habilidades marítimas.

A bordo de esta universidad flotante, los guardiamarinas se sumergirán en un currículo náutico avanzado. Sus días están repletos de estudios en Navegación, Astronomía y Meteorología, complementados con formación práctica en Operaciones Anfibias, Apoyos y Servicios de Combate, y la esencial Maniobra. Pero este crucero no es solo una travesía académica, sino una expedición hacia el crecimiento profesional y personal, donde la estrecha convivencia forja lazos duraderos y un profundo sentido de camaradería.

Dirigiendo el navío está el capitán de navío Luís Carreras-Presas do Campo. A su cargo, una dotación compuesta por 21 oficiales y 21 suboficiales, junto con 135 militares de la escala de Marinería y Tropa, y 2 maestros civiles, cada uno experto en su campo y esencial en la vida diaria del buque. Juntos, forman una sinfonía de liderazgo y enseñanza, asegurando que cada momento a bordo sea una oportunidad para que los guardiamarinas aprendan y crezcan como personas y futuros líderes.

El comandante debe poseer no solo una experiencia naval extensa, sino también una capacidad excepcional para el liderazgo, la toma de decisiones y la diplomacia. Debe ser un modelo a seguir en cuanto a integridad, disciplina y compromiso, inspirando a los futuros oficiales a través de su ejemplo y enseñanzas. Y, además, actuar con una elegante prudencia ante el viaje del año 2025, cuando embarcará como guardiamarina la princesa Leonor.

Hace unos días en Madrid, cuando fue preguntado sobre este tema por la periodista Sandra Golpe, con motivo de la entrega del Premio de La 11mil, Luís Carreras–Presas respondió con diplomacia: “Vamos partido a partido”, parafraseando al entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone. Porque, lo que toca ahora, su foco principal, es que el crucero de instrucción 2024 esté perfectamente organizado.A la doble condición de embajador y navegante, el Elcano suma otra: la de navío gaditano a punto de cumplir cien años al servicio de la Armada. Luís Carreras-Presas tiene desde hace semanas una amplia “carga protocolaria” dando respuesta a peticiones institucionales, conferencias y actos navales. No es ajeno a la vinculación de Cádiz, cuyo Ayuntamiento quiere fomentar esta relación como un recurso de atracción cultural y turística, con ayuda de asociaciones como Cádiz con Elcano.

Oficiales del 'Juan Sebastián Elcano' comprueban las cartas de navegación antes del crucero.

Los oficiales y suboficiales al mando de este experimentado marino de 51 años son pilares fundamentales en la estructura de formación y operaciones del buque. Deben combinar una sólida experiencia marítima con habilidades pedagógicas, capaces de transmitir conocimientos técnicos y valores como el trabajo en equipo, la resiliencia y el respeto mutuo.

La cohesión y la sinergia entre el comandante, los oficiales y los suboficiales son cruciales para mantener la alta moral y eficiencia a bordo, garantizando que cada crucero de instrucción sea una experiencia formativa integral y exitosa para los guardiamarinas, mientras las 20 velas del buque lo convierten en un ejemplo de sostenibilidad medioambiental con más de nueve décadas recorriendo el mundo.