Javier Vela llegó al panorama literario con los poemarios Aún es tarde y La hora del crepúsculo, galardonado con el Premio Adonais de Poesía. Entre sus títulos se encuentran Tiempo adentro (Acantilado), Imaginario (Visor) -por el que obtuvo el Premio Loewe- y Hotel Origen (PreTextos). Nacido en Madrid pero vinculado con Cádiz, es director de la Fundación Carlos Edmundo de Ory.

el "soho atlántico" "Encaramado a una de las siete colinas sobre las que se levanta el centro histórico de Lisboa, Bairro Alto tiene a honra ser el foco de ocio y cultura más dinámico y desinhibido de la capital lusa, una versión atlántica del SoHo neoyorquino, en el que nativos y turistas de todas las edades, cada cual a lo suyo, conviven sin prejuicios -explica Javier Vela-. Estudios de diseño y tatuaje, tiendas multimarca y locales de música independiente se mezclan de manera tan espontánea como respetuosa con librerías de viejo, galerías de arte y establecimientos de comida tradicional".

vistas "Antes de comenzar la visita merece la pena detenerse en el apacible mirador de São Pedro de Alcântara, ubicado en la calle del mismo nombre, para contemplar el extenso paisaje de tejados rojizos coronado por una vista privilegiada sobre el castillo de São Jorge y el barrio de Alfama", indica el escritor. "Hecho esto, conviene penetrar en "el barrio" (como lo llaman popularmente sus residentes) a través de la Travessa da Queimada, su arteria principal, desde la que se despliega un sereno trazado de calles estrechas y adoquinadas excluidas al tráfico rodado".

comida casera "A la hora del almuerzo, su atmósfera respira todavía una calma un poco provinciana, pues muchos establecimientos no abren hasta la cena, y todos, casi sin excepción, cierran por domingos y lunes. Las mejores opciones -aconseja Javier Vela-, pasan siempre por buscar restaurantes de cocina casera, mesas pequeñas y mantel a cuadros. En la Adega do Fidalgo, por ejemplo, sirven un suculento pastel de bacalao con patatas cocidas y disponen de excelentes vinos nacionales".

pasado y presente "Para bajar la comida, nada mejor que un paseo por las numerosas tiendas de artesanía diseminadas por todo su callejero, donde el pequeño comercio tradicional convive sin esfuerzo con las nuevas tendencias". Así, "a media tarde, las calles empiezan a poblarse de jóvenes en busca de cultura y diversión. Mods, punkis, góticos, skaters: todos los estilos y tendencias tienen cabida aquí, y hay locales y tiendas consagradas a cada uno de ellos".

"Pero este es también el barrio por excelencia de los costureiros, diseñadores de moda independiente que, además de su estudio, tienen en Bairro Alto sus puntos de venta principales, como Fátima Lopes o Filipe Faísca", comenta el autor.

Para los más inquietos, señala Vela, no faltan "recoletas librerías como Ler Devagar; galerías como Zé dos Bois, consagrada al arte emergente y las nuevas tecnologías, o tiendas de música como Matéria Prima, con una oferta de vinilos, cedés y revistas internacionales de lo más escogida".

no sólo fado "Bairro Alto no es el lugar más propicio para escuchar buen fado. Dicho esto, en algunos lugares como el Café Luso, la Bodega Machado o la Tasca do Chico podremos cenar mientras oímos el canto quejumbroso de los fadistas, profesionales en los dos primeros casos (ostensiblemente más caros), aficionados en el último. Nada nuevo, no obstante, encontraremos bajo la pálida luna eléctrica de estos establecimientos, abarrotados siempre de turistas; pero ahí queda".

La recomendación de Javier Vela señala a las casas de comida local, "como el sencillo restaurante A Primavera, de ambiente familiar y estilo rústico, con sus conocidos calamares rellenos y su sorprendente tortilla al ron. Y si después de cenar aún nos quedan fuerzas para apurar la noche tomando unas copas, mi opción preferente, una vez más, consiste en hacerme pasar por lisboeta y acudir a sus bares de costumbre, como el Maria Caxuxa, de ambiente retro, buena música y mejores bebidas".