El Instituto 'Bahía de Cádiz' pasará a llamarse 'Fernando Aguilar Quignon'

El homenaje del Instituto de Enseñanza Secundaria 'Bahía de Cádiz' "a un docente gaditano que se dejó la piel en su tarea educadora" se traducirá en el cambio del nombre del centro, que pasará a llamarse 'Fernando Aguilar Quignon' en recuerdo al anterior director, fallecido de cáncer el pasado 15 de enero. Para ello, y después de aprobarlo en el Consejo Escolar, el IES tuvo que solicitar el cambio a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, que suele exigir muchos requisitos para variar el nombre de un centro educativo. "Que la Junta haya accedido a nuestro deseo demuestra que los argumentos presentados han sido correctos y que ha pesado el nivel de compromiso y dedicación ejemplar de Francisco Aguilar durante los 25 años de existencia de nuestro instituto", explicaba ayer el actual director e impulsor de la propuesta de cambio, Nicolás Corchero.

El IES 'Bahía de Cádiz' ha querido reivindicar "el nombre de un compañero, de un docente, que solo tenía una ilusión que le ataba a la vida: recuperarse de su dolencia para volver al Instituto, a la labor en la que creía profundamente, a la tarea de formar ciudadanos responsables, libres y solidarios, es un empuje testimonial e inspirador a nuestra tarea, por encima de las idas y venidas de quienes gestionan los sistemas educativos". Corchero destacó además la capacidad de trabajo y compromiso, el sentido del humor y la solidaridad, la inquietud intelectual y la integridad y dignidad de Aguilar Quignon. "Que nuestro centro lleve su nombre nos permite ejercer la potestad del lenguaje en la facultad de dar nombre a las cosas. Hace 25 años, el Consejo Escolar de entonces, decidió que nuestro centro se llamara Bahía de Cádiz, y dentro de 25 años, quienes estén aquí, decidirán lo que es oportuno, y ahora nos toca vivir el tiempo presente y decidir con la misma libertad y autonomía que antaño, cómo queremos ser reconocidos".

Corchero apuntó que Fernando Aguilar "se fue sin un homenaje, sin una cena de jubilación con la que habitualmente despedimos a nuestros compañeros y compañeras, sin un discurso de reconocimiento, sin una merecida distinción a su tarea. La muerte nos lo arrebató con premura". El recordado docente fue directivo durante 19 de los 25 años del centro: secretario, jefe de estudios y director en los últimos once años.