Balas de plata
Montiel de Arnáiz
El abismo
Jerez y Cádiz viven de espaldas. Los poco más de 30 kilómetros que las separan son, mental y económicamente, muchos más. Ambas ciudades sufren crisis de naturaleza distinta, pero de parecidos resultados. Esto no fue así siempre. La riqueza de Jerez fue la riqueza de Cádiz, y viceversa. Hace más de doscientos años eran ciudades más cercanas que ahora. "Sumemos", dijo la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, ayer, al recibir el regalo de la casa bodeguera jerezana González Byass para celebrar el Bicentenario de la Constitución del Doce: una edición limitada de palo cortado con marchamo constitucional, ya que su origen data de 1978, el año de la Constitución vigente.
El solemne acto en el salón de plenos municipal, al que dieron colorido las chicas Tío Pepe y la diosa y ninfas del Carnaval vestidas de piconeras -otro guiño a la "suma"-, estuvo protagonizado por el emotivo discurso del presidente de González Byass, Mauricio González-Gordon, miembro de la sexta generación vinculada a la firma. González-Gordon hiló una hermandad entre las ciudades: "Dos meses después de que se promulgara la Constitución del Doce nació Manuel María González, fundador de la bodega. Entre sus nombres llevaba el de Felipe Neri, en honor al Oratorio de la Constitución". La biografía del que llegó a ser uno de los empresarios andaluces más notables del siglo XIX corre en paralelo a Cádiz. En esta ciudad en la que bullía el comercio trabajaba, en una banca, el joven Manuel María, y en esta ciudad vio las posibilidades de exportación de su vino.
"Al igual que la Constitución de Cádiz se adelantó a su tiempo, Manuel María González también lo hizo: tuvo instalación eléctrica en la bodega antes que el propio Ayuntamiento de Jerez, realizó la traída de aguas, apostó por el ferrocarril, instauró la escuela gratuita para los hijos de empleados y el médico de empresa..." Y González-Gordon considera que ese legado de su sangre a Jerez fue riqueza que se consiguió gracias a Cádiz, por lo que lo agradece con un vino excepcional con el nombre del Doce, que incluye en seda extractos del texto constitucional. Una joya para coleccionistas de sólo doscientas botellas, de las cuales cien han sido entregadas al Ayuntamiento de Cádiz para que sean utilizadas como regalo para visitantes ilustres a lo largo de estos meses de conmemoración.
La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, contestó al recibir el 'ejemplar número 1' de esta joya con emoción: "Es un regalo muy especial". Reseñó que González Byass era la primera iniciativa privada que participaba públicamente en los actos oficiales del Bicentenario y, a partir de ahí, tras mostrar su admiración por la bodega y por su secular sello familiar, enlazó con un discurso de fuerte impulso provincial: "No hay provincia en Europa con tantas y tan variadas cosas para sentirse importante y respetable. Hubo un tiempo en que todos se volvían para admirar nuestra capacidad. Nuestro puerto era escala entre tres continentes y aquí llegaban sedas y porcelanas que se intercambiaban por el vino de Jerez. Queremos ser copartícipes del éxito de nuestras empresas. Sumando somos más fuertes".
Y por esas buenas intenciones se brindó con Tío Pepe, un parentesco universal que, nacido en Jerez, salía de Cádiz a conquistar el mundo.
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