Son adictos a Internet. Así se presentan ellos mismos, estudiantes de Secundaria y Bachillerato de entre 15 y 19 años de edad que estudian en un instituto de la capital gaditana. Los cuatro jóvenes que han accedido a ofrecer su testimonio a este medio aseguran que se conectan a alguna o algunas redes sociales cuando llegan a casa, al mediodía y tras almorzar, y que no apagan el ordenador hasta que se acuestan. Algunos incluso se llevan el portátil a la cama para seguir chateando una vez acostado.

José Luis hace uso diario del Messenger, del Facebook, del Tuenti y ahora se está iniciando en Twitter. Reconoce que decidió abrirse una cuenta en estas redes por "aburrimiento", ya que entre semana no suele salir de sus casa durante toda la tarde. Y también reconoce que ha caído en la red de las redes sociales. "Aunque por las tardes me pongo a estudiar, tengo siempre el ordenador al lado y encendido, y voy actualizando los contenidos y leyendo lo que va escribiendo la gente".

El joven es consciente de que su adicción le está repercutiendo en su rendimiento académico. Sus padres decidieron suprimirle Internet del móvil por tal motivo. "Yo intento controlarme, pero no puedo evitar estar delante de la pantalla. Y sé que así rindo bastante menos".

Marta termina de comer y se va a su habitación a estudiar y... a encender el ordenador, claro. Ella sólo maneja Tuenti, pero le dedica mucho tiempo, más del que sabe que debe. "Me pongo a estudiar con el ordenador al lado y me distraigo mucho porque a través de Tuenti me pongo a hablar con gente de mi entorno. Siempre estamos en contacto". Sus padres saben que su hija está muy pendiente de la pantalla del pc, y le aconsejan que se olvide de ella, pero aun así ella sigue moviendo el ratón y dándole a las teclas. "Es que en mi casa existe la costumbre de no salir por las tardes a la calle, así que me quedo en casa estudiando y conectada a Internet". En su domicilio viven cuatro personas y hay cuatro ordenadores. Marta tiene el suyo propio, un portátil, en su habitación. Sus padres nunca le han restringido el uso del mismo.

Tampoco lo han hecho los progenitores de Marina, a pesar de que, según comenta la estudiante, le han pedido en varias ocasiones que "me aparte un rato" del ordenador. Esta adolescente también está toda la tarde conectada a Internet y suele apagar el ordenador cuando se va a quedar dormida.

Ella es consciente de que esta adicción le está repercutiendo en su vida como estudiante. "Lo noto bastante, mis notas han bajado, pero no puedo evitar ponerme a estudiar con el ordenador encendido al lado". Algunos de sus docentes han advertido a Marina y a sus compañeros de los riesgos que conlleva un uso indebido o en exceso de Internet. Pero por el momento, conectarse a Tuenti o Facebook es su gran afición, junto a la fotografía.

Eric también se maneja con Tuenti y Facebook, más con esta última. Para él, estas redes sociales suponen mucho, pues le permiten seguir en contacto con los amigos que dejó en su país, la República Dominicana. Al igual que el resto de estudiantes entrevistados, este alumno de Bachillerato se conecta todas las tardes, desde aproximadamente las cinco hasta la una o las dos de la madrugada. Él es consciente de que su adicción le está afectando en sus estudios, en su rendimiento académico. Además, reconoce que no saca buenas notas. Sus padres conocen sus calificaciones y también saben que se pasa buena parte de la tarde comunicándose a través del ordenador con diferentes personas. Pero aun así, no han limitado ni prohibido el uso que debe hacer el joven de su computadora.

Eric no practica deporte. Algunas tardes sale de casa pero para acudir a clases particulares. Aunque es consciente de su adicción e incluso él se presenta como un adicto a Internet, resta importancia al asunto. Considera que no tiene ningún problema grave por vivir tan atento a la pantalla.